La seguridad vial, un problema de todos

La seguridad vial, un problema de todos

25 Noviembre 2021

Un accidente es, por definición, un suceso no planeado y no deseado que provoca un daño, lesión u otra incidencia negativa sobre un objeto o sujeto. Si bien los siniestros viales pueden no ser intencionales, no debemos olvidarnos de las responsabilidades que tenemos en esta problemática tanto los conductores como el Estado.

Circular por las rutas y calles tucumanos implica un gran riesgo. Hasta septiembre de este año han muerto 159 personas, de acuerdo a un informe publicado ayer por nuestro diario. El 42% tenía entre 15 y 34 años. Y seis de cada 10 víctimas son usuarios vulnerables de las calles y rutas porque van en moto y no llevan casco. Por cada fallecido, hay nueve personas que sufren heridas de gravedad y les dejan secuelas irreversibles.

Aunque, sin dudas, la mayor pérdida está en vidas humanas, tampoco se puede soslayar el fuerte impacto que tiene en la salud esta epidemia. Según un estudio realizado en el hospital Padilla, la atención de un accidentado cuesta hasta $ 140.000 por día. En este nosocomio, el 77% de los lesionados son motociclistas. El costo global promedio por paciente es de U$S 2.350 (casi $ 250.000).

Además de lo que se invierte en tratamientos, está la pérdida de productividad de las personas que mueren o quedan discapacitadas. El costo de la siniestralidad vial en el país equivale al 1,7% del Producto Bruto Interno de la Argentina.

Las causas de la inseguridad vial las hemos considerado innumerables veces en esta sección. Un número importante de estos percances serían evitable si los ciudadanos cumplieran con las normas de tránsito. Y también si se tomaran más medidas de prevención a largo plazo.

Sabemos que los controles son imprescindibles, mucho más teniendo en cuenta que una buena parte de los motociclistas circulan sin casco y sin luces, y que la mitad de los automovilistas lo hace sin cinturón de seguridad. Por otro lado está la problemática del alcohol y la velocidad, presentes en la gran mayoría de los siniestros graves.

Pero también hay otras cuestiones a largo plazo en las que es necesario pensar: la educación vial es una de ellas. Se deben invertir más recursos en este terreno, educar a la población en la prevención e inculcar el respeto de las normas, así como también mejorar las pruebas de manejo para que Argentina deje de ser uno de los países en los que más fácilmente se obtiene un permiso para conducir.

Asimismo, es esencial avanzar con el scoring o sistema de carnet por puntos, un proyecto que tiene pendiente nuestro país desde hace más de 10 años.

Por último, otra medida que según los expertos ayudaría a disminuir la cantidad de accidentes sería invertir en un buen servicio de transporte público de pasajeros. Según opinó un experto, se sabe que desde hace tiempo los que abandonan el colectivo por el mal servicio se suben a una moto y por eso se dispararon los lesionados en estos vehículos.

Si bien nadie sale con el deseo de matar a alguien cuando se sube a un vehículo, o de matarse, con esto claramente no alcanza. No estamos ante una fatalidad, ante algo inevitable. Estamos frente a una verdadera patología social. Y resulta imprescindible el compromiso de todos, del Estado y de los ciudadanos para cumplir con las normas y para mejorar un sistema de seguridad vial que día a día se cobra más vidas.

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