El ataque al edificio de Clarín vulnera a la sociedad

El ataque al edificio de Clarín vulnera a la sociedad

24 Noviembre 2021

El atentado ocurrido cerca de la medianoche del lunes, contra el edificio del diario Clarín, deja consternados a quienes aprecian el valor de la vida democrática. El ataque perpetrado por un grupo de encapuchados que lanzan bombas incendiarias amparados en las sombras tiene un altísimo grado de contenido simbólico, que nos retrotraen a un pasado violento de la Argentina, que ya pensábamos haber superado. Treinta y ocho años ininterrumpidos de democracia no es poco para nuestro país, aunque debiera serlo. Por eso nos alarma cualquier acto de violencia que tenga como blanco nada menos que a un medio de comunicación emblemático en la Argentina como es Clarín, por su tradición y trayectoria. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Asociación de Entidades Periodísticas (Adepa) y el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) se han expresado en defensa de la libertad de prensa porque es, justamente, lo que se ataca cuando se agrede a un medio de comunicación independiente. El mensaje está claro: acallar a la prensa, que es la institución de la democracia donde el pueblo puede encontrar datos, evidencias y distintos análisis para formar su propia opinión sobre lo que ocurre en el país y en el mundo.

La justicia tomó intervención en la causa y la caratuló como “intimidación pública”. Por suerte no hubo víctimas ni grandes daños materiales. Por lo visto el objetivo era alarmar, preocupar y amedrentar no solamente a una empresa periodística, sino a toda la sociedad que recibe ese mensaje. Hasta ahora nadie se adjudicó la autoría del ataque pero, en principio, se sabe que hay una asociación ilícita por detrás, porque fueron al menos nueve hombres los que perpetraron el acto de violencia arrojando las bombas molotov. Es por ello que se dio intervención a la Unidad Antiterrorismo del Estado.

Los investigadores detectaron una huella en una de las botellas que no alcanzó a explotar. Los responsables seguramente serán apresados porque también hay testigos y un video. Pero cualquiera fuera el resultado de la investigación por parte de la justicia, los argentinos debemos estar alertas y ser sensibles ante cualquier indicio que amenace con vulnerar el derecho a la opinión pública, porque es lo primero que se apunta cuando se quiere desestabilizar el sistema democrático de un país.

En lo antes dicho radica la temeraria importancia de este mensaje mafioso, disparado al abrigo de las sombras. La agresión sufrida por Clarín no es un acto de violencia más, el ataque al edificio de un medio de comunicación nos vulnera a todos como ciudadanos de un país democrático. Por ello no sólo esperamos que las autoridades cumplan en llevar a los tribunales a los autores materiales del atentado, sino, sobre todo, a quienes están detrás de ellos, a los instigadores de este lacerante mensaje para nuestra sociedad democrática.

Ya lo recordó la SIP en su declaración, pero no está de más reiterar: el punto 9 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión aprobada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos advierte que la “intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión”. Por tanto, “es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos” y “sancionar a sus autores”. Que se haga justicia.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios