Los saqueos y el pánico en un barrio tucumano

Los saqueos y el pánico en un barrio tucumano

Se estrenó el corto “Ahí vienen” en la muestra marplatense y estará disponible en Cine.ar Play durante 10 días, al igual que otras películas.

“¡AHÍ VIENEN!” Un almacenero sale a ayudar a un amigo, dueño de una carnicería, en la ficción del corto tucumano que se estrenó online.  “¡AHÍ VIENEN!” Un almacenero sale a ayudar a un amigo, dueño de una carnicería, en la ficción del corto tucumano que se estrenó online.

Durante el acuartelamiento policial en 2013 y en medio del pánico por la inminencia de saqueos, nació la idea de “¡Ahí vienen!”, el cortometraje tucumano que se estrenó ayer en la plataforma Cine.ar Play, en el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Dirigido por Pedro Ponce Uda y Lucas García Melo, con producción ejecutiva de Ignacio Klyver, estará disponible en forma gratuita hasta el domingo 28, al igual que otros seis cortos elegidos para la sección Historias Breves.

La trama se desarrolla en 14 minutos y presenta a un almacenero cincuentón, Roque (Fernando Godoy), y a su joven empleado David (José Pereyra). El primero es un hombre violento y prejuicioso respecto de los jóvenes de barrios populares. Entre ambos se instala una tensión que se va incrementando junto con los rumores sobre la inminencia de los ataques.

“Recuerdo que en esa época yo estaba en El Colmenar, con mi familia, y se escuchaba: ‘¡Ahí vienen!’ Era como algo abstracto, que acechaba. Me dije que tenía que contar eso de alguna manera. Pasaron los años, trataba de escribir la historia pero no funcionaba. Hasta que, pensando en la película que hice con Juan Mascaró (la premiada ‘Bazán Frías’, de 2018), se me ocurrió esa relación entre dos personajes y de telón de fondo, los saqueos”, comentó García Melo.

Por su parte, Ponce Uda señaló que el centro de la trama es un conflicto de propiedad: “Quién es el dueño de las cosas -resumió-. La gente estaba paranoica y por WhatsApp circulaban fake news, versiones incomprobables, sobre supuestos saqueos que estaban ocurriendo”.

En medio de esa situación anormal se pone en jaque el tejido social y se exacerban los prejuicios de clase. “Surge un odio más intenso hacia el otro: el que es de otra condición económica, de otra identidad sexual, de otro país o de otra ideología política. La máscara social que uno tiene, se desvanece. Los miedos hacen que las personas se pongan agresivas”, explicaron los realizadores.

Filmar en el interior

El proyecto había ganado en la convocatoria Historias Breves 2017 del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). Filmado en Villa Alem, terminó el rodaje justo antes del inicio de la cuarentena, en 2020, con un equipo integrado por tucumanos en todos los rubros. Luego, la edición tuvo que hacerse a distancia.

Con respecto a las dificultades que plantea llevar adelante en el interior del país un proyecto financiado por el Incaa, destacaron que si bien el presupuesto era amplio igual, tuvieron que hacer recortes a la idea original. Como ejemplo mencionaron una escena que estaba pensada con lluvia, neblina, humo, pero no se pudo hacer por falta de recursos.

“Es el problema de producir por fuera de los marcos estandarizados del Incaa, que están planteados para que se filme en Buenos Aires -indicó Ponce-. Es decir que no solamente hay dificultades burocráticas sino una incomprensión territorial del interior, que tiene otras lógicas diferentes”.

Los realizadores opinaron que el ente tiene un problema estructural de funcionamiento y también presupuestario. “Eso se agravó durante el gobierno macrista porque hubo un desfinanciamiento al cine independiente -afirmaron-. Se apoyó más a las grandes empresas y corporaciones de producción audiovisual. Eso, a los pequeños productores, sobre todo a los del interior, nos mató. A eso se sumó la inflación y un desorden institucional, burocrático, que demoró los trámites el triple de lo habitual. Lamentablemente, durante la gestión actual esos problemas no se han revertido”.

Concurso prestigioso

García y Ponce explicaron que el organismo mantiene el concurso Historias Breves porque es su certamen de cortos más importante, un verdadero semillero de nuevos realizadores. Por ejemplo, en la primera edición (1995) participaron cortos dirigidos por Lucrecia Martel, Bruno Stagnaro, Daniel Burman, Sandra Gugliotta, Israel Andrés Caetano y otros que luego se convertirían en autores reconocidos. De todos modos, el ciclo sufre recortes presupuestarios. Por eso este año la exhibición de los cortos se hace on line, sin la presencia de los autores en el festival.

“Para nosotros ha sido muy triste no poder estar en Mar del Plata representando a Tucumán, sobre todo porque es el único festival clase A de Latinoamérica”, lamentaron.

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