El acto creativo es analizado por Pino Solanas en su película póstuma

El acto creativo es analizado por Pino Solanas en su película póstuma

Una charla con el pintor Luis Felipe Noé y el dramaturgo Eduardo Tato Pavlovsky.

CINE Y POLÍTICA. Pino Solanas fue un referente del cine militante de la década de 1960, cuando hizo el documental La hora de los hornos. CINE Y POLÍTICA. Pino Solanas fue un referente del cine militante de la década de 1960, cuando hizo el documental "La hora de los hornos".

“El arte está en sintetizar la realidad dentro de un rectángulo y poder moverla dentro del rectángulo, o mover el rectángulo, que es la cámara que se mueve”, afirma Fernando Pino Solanas en la película “Tres en la deriva del acto creativo”, que se estrenará hoy en la apertura del 36° Festival de Mar del Plata. Podrá verse on line, ingresando a la página web del encuentro.

El documental es la obra póstuma de Solanas y registra un diálogo entre el cineasta, el pintor Luis Felipe Noé y el dramaturgo Eduardo Tato Pavlovsky. Entre anécdotas y bromas, los tres artistas hablan sobre su forma de trabajar. Detrás de cámaras están Gaspar Noé y Juan Solanas, hijos del artista plástico y del director muerto en 2020.

Anécdotas y bromas

Los tres protagonistas comienzan la charla tomando un vino y, entre historias de vida, descubren la “cocina” de sus obras y su forma de trabajar. La deriva creativa de los tres se parece: conciben la obra abierta e inacabada y fusionando géneros y estilos logran un moderno barroco suramericano.

Todos ellos consideran al caos como el origen del proceso creativo. “La creencia generalizada -escribió Solanas- es que la creación es un acto único, perfecto y acabado, cuya materialización consiste en ejecutar al detalle lo que ha sido previamente concebido. Lo cierto es que toda obra nace con algunos chispazos de inspiración y que la luz que guía su desarrollo es la intuición. Sea cual fuere la metodología o el lenguaje utilizado por el autor, la creación es siempre un largo viaje de búsquedas, pruebas y cambios, desde donde van surgiendo nuevas ideas y hallazgos que la enriquecen. Rara vez la obra artística está definitivamente terminada”.

“Caos es la vida misma -amplía Noé-. La palabra caos no tiene opuesto, y si lo tuviera sería muerte”.

Pavlovsky, teatrista que falleció en octubre de 2015, llamaba afectación al origen de su propio caos creativo. “Nunca pienso en lo que voy a escribir -confesaba-. Sé que estoy afectado por ciertos temas o por ciertas imágenes. Soy un autor bastante desprolijo. Voy ‘pintando’ más que ‘escribiendo’. Tengo imágenes muy fuertes y así construyo. Ni siquiera hay un orden en el trabajo. Hay un orden en la conglomeración de imágenes en la escena. Hay una escena atractiva y de pronto, cuando el espectador empieza a querer comprenderla, yo estoy por allá jugando al voleibol con un chico”.

Tres experiencias

Solanas, fallecido hace un año en París, explicaba que para hacer la película partió de su propia experiencia y la de los dos grandes artistas de su generación, Noé y Pavlovsky.

“Los tres nos expresamos con diferentes lenguajes estéticos y venimos buscando nuestra propia identidad expresiva. Los tres mezclamos distintos niveles expresivos y mezclamos el humor y el sarcasmo con el drama y el llanto”, comparó el cineasta.

Durante su vida, Solanas pudo congeniar la militancia, la acción política y el cine. Fue un referente del cine militante de la década del 60, cuando en plena dictadura de Juan Carlos Onganía su película “La hora de los hornos”, codirigida con Octavio Getino, era exhibida en forma clandestina en unidades básicas y casas particulares.

En 2018, el Festival de Cannes lo homenajeó al proyectar una versión restaurada de esa cinta. Siempre defendió su raigambre peronista con documentales famosos como “Perón: actualización política y doctrinaria para la toma del poder”. Además, aportó a la cinematografía nacional otras películas ya convertidas en clásicos, como “Los hijos de Fierro”, “Tangos, el exilio de Gardel” y “Sur”.

Este año, el festival está dedicado a la memoria de David Coco Blaustein, destacado representante del cine testimonial. En su obra como director, productor y guionista (además de director del Museo del Cine) logró registrar los hechos intensos de la época que le tocó vivir.

Se podrán ver on line sus películas “Cazadores de utopías” (de 1995), sobre el movimiento Montoneros; “Botín de guerra” (2000), sobre la historia de Abuelas de Plaza de Mayo; “Porotos de soja”, sobre el conflicto iniciado en 2008 entre el Gobierno argentino y el sector agropecuario, y “Se va a acabar” (estrenada este año), que recoge los testimonios de trabajadores que participaron en distintos conflictos sindicales durante la última dictadura cívico-militar.

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