San Martín: el suspenso nunca termina

San Martín: el suspenso nunca termina

Las películas de suspenso fueron de continuado y en dos sesiones. Sólo que la segunda fue como estar en una realidad virtual, cuando uno se siente efectivamente en escena. Una cosa fue la definición de la Zona B, ajena a las sensaciones que se sienten en la propia piel. Y otra la que se dio en la A, por la presencia de San Martín. El argumento fue perfecto: los cuatro que llegaban con chances estaban obligados a ganar. Cuando los tres partidos en ciernes comenzaron, Tigre lograba el boleto a la final con el empate. Pero Quilmes hizo un gol en Córdoba y pasó a ser el dueño de la sortija de la calesita infernal. Hasta que el “Matador” volvió a tomarla, desde los 19’ del segundo tiempo, y ya no la soltó. Ni San Martín -al que le faltó enjundia para ir por una oportunidad por la que tanto luchó-, ni Brown -sufriente pero ganador al final- tuvieron siquiera opciones de ilusionarse ni un ratito. Así es la Primera Nacional, el torneo que, como esas “pelis” de suspenso mencionadas en el inicio, tiene golpes de escena permanentes. Y eso es algo que nunca termina. Ahora se viene la final entre Tigre y Barracas, sin un claro candidato. Y un Reducido para seguir sentado desde el borde de la butaca. El “Santo”, como cualquier actor protagónico de tramas así, debe curar heridas y volver a la pelea. Y armar su propio final feliz.

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