El clásico francés del morbo

El clásico francés del morbo

En un fin de semana con buenos clásicos locales e internacionales, me quedo con el que juegan esta tarde PSG y Olympique, que será local en Marsella. Tal vez nunca antes nos habremos interesado tanto en Argentina por un clásico de la Liga francesa. Elegimos durante años Barcelona-Real Madrid (también juegan justamente hoy) por el duelo “Leo” Messi-Cristiano Ronaldo y también por Pep Guardiola-José Mourinho. Así como elegíamos en los ‘80 al Napoli de Diego Maradona contra la Juventus de Michel Platini. Sur pobre contra norte opulento. Y Diego ahí. O cuando nos vamos ahora a la Premier League y tenemos al mismo Guardiola jugando contra Jürgen Klopp. Manchester City vs. Liverpool. Hoy es Olympique-PSG a partir de las 15.30 por el canal de TV que nos trasmite todo.

Increíble que ese clásico sea hoy tan argentino. Por un lado el duelo entre dos técnicos nacionales. Uno muy conocido en Europa como Mauricio Pochettino (PSG) y el otro algo más nuevo en el Viejo Continente como Jorge Sampaoli (Olympique). El primero respetado como formador de equipos con pocas estrellas, tras sus pasos por Espanyol de Barcelona, Southampton y Tottenham. Hasta que llegó a un PSG, donde las tiene (a las estrellas) y de todos los colores. Y, si bien gana, Pochettino no la está pasando exactamente bien. El equipo, su juego y rendimiento colectivo, siguen en deuda. Gana porque finalmente impone la calidad individual de esas estrellas, especialmente Kylian Mbappé, Neymar o Messi. A un DT con las características de Pochettino, muy de grupo, puede no resultarle fácil lidiar con tantas estrellas, con sus egos. A uno que no le gusta salir, otro que se quiere ir a Real Madrid y otro indisciplinado afuera de la cancha.

Bien puede hablar del tema justamente Sampaoli. El casildense llegó a la Selección con todas las credenciales; fue creador de equipos con sello propio. Pero su deslumbramiento con Messi terminó jugándole en contra. Argentina fue un fiasco en Rusia 2018. Sampaoli no terminó bien con Messi cuando el propio “Leo”, según aseguran, fue quien sugirió su arribo a la Slección. El DT terminó aún peor con Ángel Di María, otra estrella de PSG y que lo cuestionó hace sólo semanas atrás. Mejor recuerdo de él deberían tener en cambio Leandro Paredes y Mauro Icardi, los otros dos argentinos de PSG y a quienes Sampaoli promovió inicialmente en la Selección. Su partido despedida de la Selección fue el último que marcó la eliminación de Rusia. El 4-3 justamente contra Francia, que terminó siendo campeón mundial. Por eso es toda una previa con mucho morbo y que alimenta no sólo a la prensa argentina, sino también a la francesa, que recuerda muy bien aquel partido extraño. Y la prensa francesa habla por supuesto del tema porque el partido de hoy es además un clásico con historia local. La supuesta “elite parisina” contra el Marsella más “del pueblo”.

Sampaoli evitó responder sobre el pasado en la conferencia previa. Y dijo también que Marsella jugará como siempre, buscando su protagonismo habitual, más allá de que tenga enfrente al poderoso PSG. Está haciendo una buena campaña. Y con su estilo de DT intervencionista. Si a Pochettino le resulta difícil hacer hasta un cambio para cuidar los egos de cada uno, Sampaoli, el mes pasado, cambió en tres partidos seguidos al capitán del equipo. Su electricidad combina con el fervor de los hinchas de Marsella y lo asimila un equipo que busca salida clara desde abajo con el juvenil zaguero que Boca dejó ir rápido (Leonardo Balerdi) y que ya no cuenta con Darío Benedetto. Pero si se trata de morbo, las miradas estarán puestas en Icardi, noticia todos estos últimos días y no precisamente por sus goles. Bastante tiene PSG ya con el ego de sus estrellas como para tener que lidiar también con el de una pareja (Wanda Nara incluida) que eligió a las redes sociales como vidriera de su vida supuestamente privada.

El clásico francés nos ofrece un morbo más, pero vinculado a los propietarios, esa figura tan de moda en el fútbol siglo 21. PSG, sabemos todos, es de Qatar. Y Olympique tiene como nuevo patrón a Frank Mc Court, un multimillonario que confirma el desembarco masivo de capitales estadounidenses al fútbol top de Europa. En una insólita votación de la FIFA de 2010, Qatar le ganó a Estados Unidos la sede del próximo Mundial de 2022. El FBI precipitó el FIFAgate y la nueva FIFA de Gianni Infantino, lo primero que hizo, fue darle el Mundial siguiente, de 2026, a Estados Unidos. Pasión, política y negocios. Eso es el fútbol. Y eso es especialmente un clásico.

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