Los efectos de la Covid-19 sobre los niños

Los efectos de la Covid-19 sobre los niños

23 Octubre 2021

César Chelala

Desde Nueva York

La pandemia de Covid-19 continuará teniendo efectos serios en todo el mundo durante mucho tiempo después de que la crisis haya pasado. Los pediatras y los expertos en salud pública han estado llamando la atención sobre un problema cada vez más grave: los efectos de la pandemia de -Covid-19 sobre la salud física y mental de los niños y adolescentes.

Aunque la Covid-19 es principalmente benigno en niños, causando síntomas leves similares a la gripe, también puede tener efectos más allá de la enfermedad en sí. Los niños pueden desarrollar síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), una condición rara pero generalmente grave.

MIS-C se caracteriza por la inflamación de múltiples áreas en el cuerpo y, aunque su causa aún no se ha determinado con certeza, muchos niños con esta afección han tenido el virus que causa Covid-19, o se han expuesto a alguien con la infección.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), al 4 de octubre de 2021, se habían informado 5,217 casos de MIS-C en el país, incluidas 46 muertes.

Además del riesgo de que los niños contraigan MIS-C, su salud mental ha sido afectada negativamente por la Covid-19. Desde una edad temprana, la socialización es crítica para el desarrollo de los niños.

Las medidas de aislamiento impuestas por la pandemia han reducido severamente estas actividades y han resultado en una amplia gama de problemas de salud mental, emocionales y de comportamiento.

Particularmente para los niños mayores, las medidas de aislamiento para contener la pandemia han disminuido oportunidades para construir relaciones socioemocionales cruciales con sus pares. A nivel mundial, 188 países han impuesto cierres de país, afectando a más de 1.500 millones de niños y jóvenes.

Los problemas de salud mental en los niños durante la pandemia se han agravado en forma de cierres de escuelas, que han hecho que los servicios de salud mental de base escolar no están disponibles para los niños. UNICEF estima que, a nivel mundial, los escolares han perdido 1,8 mil millones de horas de aprendizaje en persona por la pandemia de Covid-19 y los posteriores bloqueos.

La agencia infantil insta a los gobiernos, las autoridades locales y las administraciones escolares a reabrir las escuelas lo antes posible, tomando todas las precauciones posibles para mitigar la transmisión del virus en las escuelas.

La ansiedad y la depresión representan aproximadamente el 40 por ciento de los problemas de salud mental que sufren los niños y que han sido agravados por la pandemia.

Los estudios muestran que los síntomas de ansiedad y depresión se han duplicado en comparación con los niveles pre-pandémicos entre los niños y los adolescentes. Los niños que viven en instituciones y niños migrantes son particularmente vulnerables.

La pandemia también ha aumentado la tensión económica de las familias. Las familias pobres que luchan por pagar el alquiler y los alimentos enfrentan dificultades considerables para proporcionar los alimentos más esenciales a sus hijos. Al mismo tiempo, la pérdida de ingresos a menudo provoca estrés dentro de la familia, lo que puede manifestarse como violencia doméstica entre los padres o contra sus hijos.

Mientras el número de más de 700.000 muertes en los Estados Unidos continúa escalando, muchos niños y adolescentes tienen que enfrentar la experiencia traumática de perder a un pariente cercano. Según una estimación, 40.000 niños han perdido a un padre o una madre por el coronavirus en los Estados Unidos. Esto incrementa el riesgo de depresión y ansiedad.

Los eventos estresantes, llamados experiencias adversas de la infancia (ACES), tienen consecuencias a corto y largo plazo, incluido el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Según UNICEF, la exposición a al menos cuatro ACES está fuertemente asociada con la toma de riesgos sexuales, problemas de salud mental y abuso de alcohol y drogas más adelante en la vida.

La salud mental no está entre las prioridades de los gobiernos. A nivel global, el gasto en salud mental es solo alrededor del 2,1 por ciento del gasto medio de los gobiernos en la salud.

La falta crónica de inversión en salud mental significa que el personal de salud no está debidamente capacitado para abordar los problemas de salud mental. Además, el estigma generalizado de la salud mental disuade a los padres de los niños y a los jóvenes que buscan tratamiento, lo que limita sus oportunidades para la curación emocional y el desarrollo social.

De acuerdo a la ONU, “lo que comenzó como una emergencia de salud pública se ha convertido en una prueba formidable para el desarrollo global y para las perspectivas de la generación de jóvenes de hoy”. La pandemia de la Covid-19 ha creado una oportunidad para que los gobiernos aborden adecuadamente los problemas de salud mental de niños y adolescentes. El futuro de nuestra juventud depende de ello.

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