Veinte cruces de rutas ponen en peligro a los tucumanos

Veinte cruces de rutas ponen en peligro a los tucumanos

“Las moras asesinas”, le dicen a una traza de la ruta 38 (en Villa Belgrano) donde se produjeron varios accidentes. Desde La Cocha hasta Monteros se extienden cruces similares.

“LAS MORAS ASESINAS”. Un monolito con una cruz recuerda la muerte de Omar Carrizo en una traza de la ruta 38, al sur de Villa Belgrano. “LAS MORAS ASESINAS”. Un monolito con una cruz recuerda la muerte de Omar Carrizo en una traza de la ruta 38, al sur de Villa Belgrano. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL

Al sur de Villa Belgrano (Alberdi) hay un cruce en la traza vieja de la ruta 38 al que los vecinos de la zona lo bautizaron el de “Las moras asesinas”. Otros también lo llaman el de “Las embrujadas”. Sucede que en el sitio hay tres árboles de esa especie que ahora cargan, con ese adjetivo, la condena por las muertes que se registraron ahí en los últimos años. Fueron en numerosos accidentes de tránsito. En las moras nacen los caminos de tierra que conducen al este hacia Los Guayacanes y al oeste a Donato Alvarez. Alberdi está a cinco kilómetros al sur por la misma 38. El tránsito es rápido e incesante. Debajo de uno de los árboles un monolito con una cruz testimonia la muerte en el lugar de Omar Carrizo (27). El joven, que era de Villa Belgrano, al parecer fue embestido por una camioneta cuando circulaba en su moto el 27 de abril de 2017.

“El fue una de las tantas víctimas que se accidentaron en esta zona. Uno ha perdido la cuenta de los que murieron y los que quedaron con problemas motrices. No hay semana sin novedades por aquí” contó Antonio Leandro Nieva, vecino del lugar. “A las moras le dicen de todo por estar cerca del cruce en que no faltan los choques. Pero esos árboles no tienen nada que ver. Aquí no hay luces ni señalizaciones. Y los vehículos pasan a muy alta velocidad. Cualquier descuido termina en un accidente” apuntó el hombre. El vandalismo carga también su culpa. La única lámpara del alumbrado público instalada en el sitio yace destruida a la par del refugio para pasajeros que también, destechado y con paredes dañadas, acusa los estragos de los salvajes. El cruce de “Las moras asesinas” es uno de los 20 de características y antecedentes similares que están desperdigados desde Monteros hasta La Cocha en las dos trazas de la ruta 38 y otras provinciales. Son parte de las preocupantes condiciones que exhiben las carreteras de la provincia. “En Tucumán no se hizo nada. Creció el parque automotor y no se invirtió en carreteras. Otras provincias sí lo hicieron. Y es que Vialidad carece de presupuesto y no hace siquiera mantenimiento. Por eso es necesario abordar la problemática partiendo de la necesidad de fortalecer el transporte público y generar recursos que se inviertan en obras” advirtió Pedro Katz, especialista en el tema vial. El profesional propone también recuperar algunos ramales ferroviarios.

Otros cruces

Hacia el norte de Alberdi, por la misma traza vieja de la 38 y en los accesos a Los Córdoba y a Rio Chico, la escasa iluminación, el deterioro de la carretera y la falta de señalización, también hacen la zona muy peligrosa. Los habitantes cercanos estiman que por mes se registran al menos unos siete accidentes de rodados. Entre Villa Quinteros y Río Seco, en el barrio Matadero, está el cruce de “Los pozos”. Ahí nace y se extiende hacia el este un camino alternativo que conduce a Amberes. Hacia el oeste está un acceso que va al ingenio La Providencia. Por ahí ingresa la producción de caña de azúcar de las comunidades de Amberes, Campo Volante, Buena Vista y Simoca. Le dicen de “los pozos” por las cavidades que se hicieron en el borde del paso por la 38 a causa de los transportes cañeros que circulan rumbo a la fábrica azucarera. “Los pozos frenan a los carros con cañas y lo demoran cuando van atravesando la ruta. Hubo ya accidentes porque a las cargas no se las ve de noche al ir de costado y muy despacio. Por eso pedimos que a este cruce se lo ilumine y arregle la parte con hundimientos en el camino de tierra” sostuvo la vecina Isabel Contreras. La gente del lugar dijo no tener registro de la cantidad de percances que se registraron en la zona. Sólo saben que fueron bastantes y todos los días está el riesgo de que se produzca otro. La oscuridad también expone a la gente a sufrir robos, principalmente la que muy temprano sale a tomar el ómnibus para dirigirse a su trabajo. “Pagamos un impuesto al camino que no sabemos qué destino tiene. Las calzadas deberían ser arregladas con ripios y también hacer obras desagües para evitar que se conviertan en un lodazal. El sector del cruce tiene que estar iluminado para evitar accidentes” advirtió el productor Rolando Campos. Por la ruta 329, que nace en Concepción y que llega hasta Monteagudo, hay dos cruces peligrosos en los accesos a Villa de Medinas y a Villa La Trinidad. La falta de iluminación, de señalización, el reducido ancho de la calzada y el flujo incesante de transportes cañeros en tiempo de zafra hacen la zona de extrema peligrosidad. Estos se potencian con los camiones cisternas con cachazas que salen del ingenio de La Trinidad salpicando el líquido pegajoso a la calzada. “Este año hubo al menos unos cinco accidentes de tránsito con muertos y heridos. La mayoría fue de noche” advirtió un lugareño. “La cachaza en el pavimento a veces hacen perder el control de sus rodados a motociclistas y automovilistas” denunció Alberto Juárez. En Concepción y Monteros, los accesos a la traza nueva de la 38 son otros de los puntos de alta peligrosidad por la total falta de iluminación y cartelería. “Aquí de noche no solo se corre el riesgo de sufrir accidentes, sino también de ser asaltados. Todo es oscuridad y abandono” dijo Carlos Díaz de Concepción.

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