De a poco, se acaban los secretos del prófugo Rejas

De a poco, se acaban los secretos del prófugo Rejas

Lo investigadores descubrieron que el condenado a perpetua recibió la visita de una ex novia en Bomberos. Investigan a otras mujeres. Se habría quedado sin dinero.

Marcha encabezada por Amalia Ojeda para pedir la captura del prófugo. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ÁRAOZ Marcha encabezada por Amalia Ojeda para pedir la captura del prófugo. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ÁRAOZ

“Por favor no le digan nada a mi pareja”, repitió una y otra vez la mujer cuya vivienda fue allanada por policías el miércoles por la noche. La joven en cuestión, integrante de una fuerza de seguridad, habría mantenido al menos una relación de amistad con Roberto Rejas, el condenado a perpetua por el femicidio de Milagros Avellaneda y el filicidio de su hijo Benicio. Al hombre más buscado de la provincia se le están acabando los secretos.

La mujer, cuyo nombre no trascendió, conocía al evadido desde adolescente. Habría reconocido que fue su novia, pero que luego de pelearse siguió siendo su amiga. También confirmó que lo había visitado el sábado 25 en el cuartel de la Dirección General de Bomberos, pero lo hizo sólo para acompañarlo por el difícil momento que estaba atravesando. Su condición de integrante de una fuerza le abrió las puertas, ya que no todos los días están habilitadas las visitas.

Al día siguiente, Rejas fue visitado por su novia Patricia Gómez y, según la teoría que maneja el fiscal Pedro Gallo, en ese encuentro habría terminado de planear su fuga. La monteriza, que se encuentra procesada y detenida por el caso, no sabía de esa visita previa, ni de los nombres de las otras jóvenes con las que el condenado podría haber mantenido relaciones paralelas. Ya estarían identificadas y siendo investigadas.

Meticuloso plan

Rejas, por su pasado en una fuerza de seguridad, pensó que tenía todo planeado. Sabía que sería trasladado a Bomberos, lugar que conocía muy bien porque ahí estuvo detenido varias semanas cuando se le dictó la prisión preventiva. Era el único detenido que no tenía celulares. Sus familiares dijeron que era porque se lo habían recomendado para que no tuviera problemas, pero los investigadores sostienen que lo hizo con el fin de que no quedaran rastros de su accionar.

Tanto es así que permanentemente realizaba todo tipo de anotaciones en un cuaderno que se llevó cuando escapó. Quizás allí hasta hizo algún croquis o un plano para ultimar todos los detalles. Según el fiscal Gallo, su novia, que ayer fue trasladada a la cárcel de mujeres de Banda del Río Salí, le dio toda la información para que huyera por la escuela Julio Argentino Roca, lindante a Bomberos, donde ella daba clases de educación física.

También fue Gómez quien habría organizado una colecta con el fin de juntar fondos para pagarle al abogado los recursos de apelación que debía presentar. Mario Leiva Haro, el ex defensor de Rejas, confirmó que sólo recibió una parte del dinero, por lo que se sospecha que la otra parte de lo recaudado fue destinado a solventar la fuga.

En Monteros se sigue hablando del tema porque una de sus hijas más dilectas quedó en el centro de la escena. LA GACETA se contactó con un allegado muy cercano que sólo dijo que Rejas la usó. “Ella es inocente. Él es un enfermo que la envolvió muy bien. Como será de psicópata que le prometía amor eterno y tenía novias en todos lados, incluso en esta ciudad. A todas le sacó algo”, dijo. “El doctor (Jorge) Muñoz mostrará pronto toda la verdad”, agregó.

Un error

Rejas, un hombre que parecía que había calculado hasta el mínimo detalle, se confió demasiado. No haber previsto que aquellos que creían en su inocencia cambiarían su opinión con la condena que recibió y más aún cuando concretó su fuga. Por eso, como dijo Gómez, no lograron recaudar el dinero que esperaban para escaparse al exterior. Al cruzar la frontera, los evadidos necesitan dólares para cambiar de identidad y comprar silencio. Billetes verdes que el ex guardiacárcel no tiene.

Después de haber permanecido casi 10 días en silencio, sus allegados comenzaron a hacer circular rumores sobre su posible paradero. Hablan de las fincas de limones ubicadas en las proximidades de Monteros. Pero en realidad, ese no es un dato nuevo. Rejas había declarado en el juicio que trabajaba en esa zona. Otros dos datos: uno de los amigos que lo visitó en Bomberos era su empleador y el único testigo que lo vio fue en esa zona.

Los pesquisas creen que, en realidad, se trata de otra maniobra de distracción plantada a propósito por los familiares. “No hay ningún dato nuevo, los conocemos a todos y lo seguimos analizando”, indicó una fuente.

El equipo que está tras sus pasos, integrado por varias secciones de la ex Brigada de Investigaciones, dirigidas por Jorge Dib y supervisadas por Gallo, entienden que el prófugo está pasando por momentos difíciles. Por ese motivo, decidieron aumentar la presión. Hasta ayer habían desarrollado 22 allanamientos y secuestraron números elementos.

“Debemos ser prudentes en investigaciones tan complejas como estas. Hay varias líneas que se están analizando, pero no vamos a dejar de trabajar hasta dar con él”, dijo el jefe de Policía Manuel Bernachi.

Los errores del evadido

Haber planeado su fuga sin contar con el dinero para solventarla. Para escapar al exterior, se necesitan dólares, billetes verdes que no tenía.

Creer que después de haber sido condenado y, más aún de haberse fugado, sus amigos lo seguirían ayudando.

Pensar que la Policía no descubriría los contactos que mantuvo después de haber sido condenado.

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