Caso Facundo: pleito, corridas y agresión a periodistas

Nada rompió la solemnidad de la lectura de sentencia. La relatora del tribunal leyó ininterrumpidamente los apartados de la condena a prisión perpetua que recibieron los policías Nicolás González Montes de Oca y Mauro Díaz Cáceres por el homicidio de Facundo Ferreira, de 12 años. Apenas se retiraron de la sala los jueces Wendy Kassar, Fernanda Bähler y Raúl Cardozo; comenzaron a oírse los insultos por parte de dos tías de uno de los condenados.

“Esa es la justicia que querían. ¡Ellos son los delincuentes, no nosotros!”, gritaba, cuando era retirada por la fuerza, una de las mujeres apuntando hacia la familia de la víctima y hacia los periodistas presentes. “¡¿De qué justicia están hablando?! ¡Mi hijo es inocente! ¡todos estaban prendidos, todo estaba planeado!”, se llegó a escuchar antes de que la guardia de Tribunales echara a esas personas. En simultáneo, Romina Ferreira, madre de Facundo, abrazaba en silencio a su madre, Mercedes Ferreira, que lloraba de felicidad sobre su hombro tras el fallo.

La familia de los condenados salió de Tribunales por la puerta de calle España. Allí, según denunció el taxista que trasladaba a un equipo de periodistas de Telefé, los allegados a los condenados patearon su vehículo y llegaron a arañarlo. “Me decían que yo traje a los que filman...”, dijo el chofer del auto, que terminó abollado.

Romina y Mercedes salieron minutos después por la misma puerta y se fundieron en un abrazo junto a Ana Reales y a Karina Rodríguez, y a otros miembros de la agrupación “Basta de gatillo fácil”. Teóricamente, la zona ya estaba despejada para evitar problemas, pero en la esquina de España y Laprida las familias de la víctima y la de los ex policías se cruzaron y hubo disturbios. Según acusaron los Ferreira, además de insultos comenzaron a ser agredidos a pedradas. Un gran número de Policías salió del palacio para separarlos (no pasó a mayores). Algunos de los Ferreira repudiaron además la actitud de algunos efectivos que habrían amagado con sacar sus armas para disuadir el conflicto.