La Jugarreta Tango recupera la importancia del contacto

La Jugarreta Tango recupera la importancia del contacto

Se estrena en el teatro Rosita Ávila “Abrázame de nuevo”, dirigido por Noelia Cobos y Pablo Díaz Tolrá. Un futuro que ya se vivenció con la pandemia.

BAILARINES EN ESCENA. El elenco en pleno que participará en el estreno de hoy de “Abrázame de nuevo”.  BAILARINES EN ESCENA. El elenco en pleno que participará en el estreno de hoy de “Abrázame de nuevo”.

En tiempos de distanciamiento social obligatorio, la ausencia del roce con el cuerpo del otro se sintió más que nunca. Puente de comunicación no verbal, generador de vínculos sin decir una palabra, articulador de emociones silenciadas, el reencuentro debió esperar hasta el repliegue de los contagios de coronavirus.

En vías de construir esta nueva vida en sociedad, llega al escenario del teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550) “Abrázame de nuevo”, el espectáculo de La Jugarreta Tango que explora las vivencias que estuvieron relegadas más de un año, con funciones a las 20 y a las 21.

“Eso de que el tango es para viejos ya fue, encontró una forma de seguir vivo y siendo una opción. Es muy lindo ver que cada vez hay más jóvenes que se interesan tanto en su música y como en su danza. En las milongas populares es hermoso que puedan compartir sus experiencias personas de distintas edades. También es interesante que, al miemto tiempo en que conserva su formato original y tradicional, se va modernizando con distintos estilos y coreografías para permanecer actualizado”, afirma el director, Pablo Díaz Tolrá, en diálogo con LA GACETA.

El elenco está integrado por bailarines de folclore, danza contemporánea y tango: Enrique Pastrana, María Aguilera, Sergio García, Sonia Olmos, Valeria Buczek, Esteban Ruiz, Santiago Guzmán, Carolina Moreno y Noelia Cobos, quien asume la dirección junto a Díaz Tolrá. “Son personas con mucho talento y sobre todo con muchas ganas de hacer este arte en escena”, remarca el entrevistado.

- ¿Cómo es la historia que cuentan en escena?

- En un futuro utópico, donde la tecnología es piedra fundacional, la humanidad desconoce el contacto físico. En este contexto Amet, sin querer, descubre tras un impacto inesperado una nueva sensación que lo lleva a buscar y reencontrar elementos del pasado, una chispa que evocará algo nuevo y desconocido para todos: el tango se transforma en el abrazo que envuelve el deseo de todos. La obra expresa a través de la danza la importancia del contacto y la emoción del sentir al otro, características arrebatadas en pandemia.

- ¿Es un futuro que ya empezamos a experimentar, entonces?

- Es una realidad más cercana de la que todos piensan. Con el covid, la idea de abrazar a alguien, sea cual sea el motivo, pasó de ser de una hermosa sensación a un riesgo de vida. Cada uno, según su realidad, tiene un amor distinto al que desearía “abrazar de nuevo”, pueden ser padres, hijos, algún pariente cercano, amigos, colegas, etcétera. Particularmente, como artistas, aparte de desear abrazar alguna persona, tenemos el amor de hacer arte y danza. Poder volver a escena es de verdad un gran amor que deseábamos poder abrazar de nuevo y más allá de varios altibajos, este año estamos felices de poder reencontrarnos. Esta propuesta ecléctica no se limita a la expresión a través del tango, busca explorar las distintas sensaciones que tiene el ser humano al conectar con otro.

- ¿A qué le canta el tango?

- Como música popular expresa una variedad de realidades emocionales y de vida que fueron atravesando nuestros paisanos en la época que apareció este género. Las canciones de decepciones amorosas tocan muy de cerca a las personas y suelen ser más populares porque muchos pueden identificarse con sus letras y con la experiencia que ofrece la canción. El tango no es una excepción, hay piezas muy profundas de dolor por amor que de verdad te conmueven hasta los huesos, porque son muy honestas en lo que expresan. Se lo canta con sentimiento, y una de mis favoritas es “Pasional”.

- ¿Hay un resurgir del género en este siglo, con nuevo público?

- Creo que si. El tango pasó por muchas crisis, hasta un punto donde quizás podría haber desaparecido pero este género tuvo la capacidad de transformarse y adaptarse a cada época, sin que nunca haya perdido su gran estilo y esencia. Eso le permitió romper barreras no solo generacionales sino también geográficas: no por nada hoy es considerado patrimonio mundial.

- ¿Cómo surgió tu pasión?

- Cuando era un pibe de 12 años, vi a mi maestra de matemáticas bailando en mi escuela. En ese momento no lo entendí pero algo se despertó en mí; pasaron dos años, me empecé poner inquieto y bailaba en casa solo, hasta que me invitaron a una academia. De a poco le encontré el gustito y me fui enganchando, pero para ser honesto nunca elegí bailar tango. Dejé varias veces y de alguna manera el tango se las ingenió para aparecer nuevamente hasta que lo acepté y lo amé. Hoy no me veo fuera de todo esto.

- ¿Qué está pasando en Tucumán actualmente?

- Está prendido fuego el tango hoy en la provincia, hay un lindo movimiento en el colectivo, ha crecido mucho. Hay muchos espacios para tomar clases de técnica salón para distintos niveles, hay muchos espacios de prácticas milongueras donde se puede ir a bailar, tanto privados como públicos en las plazas, y también crecimos en festivales y en la visita de figuras nacionales importantes.

- ¿Hay una expresión norteña con identidad propia o se repite lo porteño?

- En 2016, junto a mi compañera Noelia, integramos el ballet del seleccionado federal de tango, donde cada provincia tenía una pareja que la representaba. Compartimos mucho con los bailarines del NOA y de otros lugares y es imposible decir que somos todos iguales. En cada región hay un identidad propia, influenciada por su folclore En La Jugarreta nos proponemos trabajar lo mejor posible en esta danza para que la gente pueda ver un espectáculo de calidad y variedad.

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