El grupo Estado Islámico vuelve a atentar contra los talibanes

El grupo Estado Islámico vuelve a atentar contra los talibanes

Mientras el nuevo régimen limita la vida pública de las mujeres, recibe ataques de parte de la versión afgana de los yihadistas.

RIVALES. El grupo Estado Islámico-Khorasan se adjudicó los atentados.   RIVALES. El grupo Estado Islámico-Khorasan se adjudicó los atentados.
20 Septiembre 2021

KABUL, Afganistán.- La filial local afgana del grupo terrorista Estado Islámico (EI-K) reivindicó dos ataques perpetrados el sábado y ayer contra los talibanes, en la ciudad afgana de Jalalabad, según su órgano de propaganda Amaq.

Son los primeros atentados sangrientos desde que las últimas tropas estadounidenses se retiraran del país el 30 de agosto, después de 20 años de presencia militar.

Las tres explosiones del sábado causaron la muerte a por lo menos dos personas e hirieron a otras 20, afirmó un alto cargo talibán, que pidió el anonimato. Otro funcionario, del departamento de salud de Nangarhar, cuya capital es Jalalabad, dijo que eran tres los muertos.

En el atentado de ayer, fue atacado un vehículo que transportaba a combatientes talibanes. Varios testigos dijeron que algunos de los combatientes del muevo régimen afgano fueron trasladados al hospital . La explosión, según un periodista, se produjo cerca de un cruce de carreteras en dirección hacia la capital, Kabul.

Estos ataques muestran la precaria situación de la seguridad en el país, donde el nuevo régimen ha prometido restaurar la paz y la estabilidad después de más de cuatro décadas de guerra.

Jalalabad es el principal foco del grupo EI-K, rival de los talibanes. Además, el EI-K también reivindicó el atentado que causó más de 100 muertos en el aeropuerto de Kabul el 26 de agosto.

Los talibanes intentan empezar a gobernar, luego de tomar el poder en Afganistán al entrar en Kabul, el 15 de agosto, pero enfrentan resistencia interna y desconfianza internacional por no cumplir sus promesas de respetar los derechos humanos.

Las mujeres son las más afectadas por la violencia fundamentalista del grupo religioso. Ayer, un grupo de mujeres volvió a salir a las calles de Kabul, para exigir su derecho a trabajar y estudiar.

Unas tres docenas de manifestantes y activistas se congregaron frente a lo que era el Ministerio de la Mujer en la capital, cantando “derechos de las mujeres, derechos humanos”.

La activista Fawzia Wahdat dijo a agencias de noticias extranjeras que reclamaban contra la eliminación del Ministerio de la Mujer y la ausencia de mujeres en el gabinete de ministros. Wahdat denunció que los talibanes impiden que las niñas vayan a la escuela. “Ya han privado a las niñas de educación, hoy las escuelas para niñas están cerradas”, dijo.

La protesta, en la que también hubo pancartas con lemas como “una sociedad en la que las mujeres no son activas es una sociedad muerta”, ocurre la misma jornada en que las funcionarias que trabajaban en la administración de Kabul fueron informadas por los talibanes de que deben permanecer en sus casas, y solo se permitirá la presencia de mujeres que no puedan ser reemplazadas en sus cargos por hombres.

Los talibanes cerraron el ministerio de la Mujer para reemplazarlo por el Ministerio de la Invitación, Orientación, Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, una suerte de policía religiosa, cuyo rol será imponer la “decencia pública” y un estricto apego a la sharia, su interpretación del Islam.

Durante el régimen talibán de 1996 a 2001, la temida policía religiosa era conocida por azotar y castigar públicamente a mujeres que se aventuraran a salir a la calle sin cubrir completamente su cuerpo. Ahora, han prohibido a las niñas la enseñanza secundaria y han segregado las clases universitarias en grupos masculinos y femeninos, y poco a poco limitan la participación de las mujeres en la vida cotidiana. (Especial)

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