Según un monje hindú, a la Argentina le espera un futuro "brillante"

Según un monje hindú, a la Argentina le espera un futuro "brillante"

“Se piensa que cambios positivosson sólo los económicos”, asegura Dada Sumitananda, que visita Tucumán por segunda vez, después de 47 años.

DE REGRESO. Dada Sumitananda vino por primera a la provincia cuando tenía 28 años, y ahora vuelve con 74 años, una vida dedicada a lo espiritual. LA GACETA / FOTOs DE Analía Jaramillo DE REGRESO. Dada Sumitananda vino por primera a la provincia cuando tenía 28 años, y ahora vuelve con 74 años, una vida dedicada a lo espiritual. LA GACETA / FOTOs DE Analía Jaramillo

Dada Sumitananda camina por las calles de Tucumán como una tajada de mandarina bañada por el sol. Su sola presencia ilumina, interpela y dispara hacia una dimensión universal la soñolienta cotidianidad comarcana. El monje hindú vuelve a recorrer las veredas de esta ciudad después de 47 años. La ve cambiada. Su mirada es distinta a la que el propio tucumano tiene de sí mismo. Observa que “ha evolucionado intelectualmente en este medio siglo” y le augura un gran crecimiento espiritual, de la mano de las nuevas generaciones. Y dice que confía en los jóvenes porque representan el neohumanismo que está naciendo, y que él predica desde el movimiento espiritual Ananda Marga, al que pertenece.

Por neohumanismo entiende una visión integradora del mundo que propone una existencia armoniosa entre los seres humanos, los vegetales, los animales y el entorno físico natural. Puede definirse como una ecología espiritual, basada en el respeto y la apreciación del valor existencial de todos los seres del universo. “Las filosofías basadas en la supremacía humana suelen tener una visión utilitaria del resto de los seres vivientes y del medio ambiente. Esto conduce muchas veces al abuso y al desequilibrio natural, ya que las personas nos arrogamos el derecho de disponer a nuestro antojo de todo lo que consideramos útil para nuestros intereses egoístas, mientras que destruimos o descuidamos lo que vemos como inútil para nuestros fines”, sostiene el monje.

Sumitananda, que en sánscrito significa “amigo de Dios”, salió a los 22 años de su casa, en la India, para recorrer el mundo, predicando una nueva forma de vida que se basa en alimentos saludables, meditación y pensamientos positivos. Su promesa es alcanzar una humanidad más sana física, psíquica y espiritualmente, más feliz. Por eso se puso el hábito naranja que es el color del “servicio” y llegó a Tucumán, por primera vez, a los 28 años. Ahora tiene 74 y asegura que nunca tuvo un dolor de cabeza, que hace gimnasia todos los días, come sólo vegetales y nunca sabe dónde va a dormir por la noche, pero sí que encontrará un buen lugar.

- ¿Qué cambios ha encontrado en Tucumán después de 47 años?

- Vengo de estar en Córdoba, Buenos Aires y Rosario y ahora aquí. He visto un gran crecimiento a nivel intelectual y espiritual. Hace 47 años la gente no sabía qué era el yoga, ahora hay muchas personas interesadas en esta práctica y en la meditación.

- Pero le cuento que nuestra percepción es que estamos cada vez peor social y económicamente.

- (Sonríe) El cambio al que me refiero no es el que espera la gente. Se piensa que los cambios positivos son únicamente los económicos, los que permiten tener más dinero para comprar más cosas, y cuando hay menos dinero y menos cosas la vida, desde ese punto de vista, se vuelve más difícil. Pero no debemos ser pesimistas. Esto va a cambiar para mejor. El futuro de la Argentina es brillante.

- ¿Qué deberíamos hacer para encauzarnos hacia ese destino?

- La gente tiene que conocerse más a sí misma. Pensar más hacia adentro, hacia el interior de ella misma. Porque comprendiéndose a sí misma es cómo va a poder entender a los demás, va a poder ponerse en el lugar del otro y sentir lo que los otros sienten.

- Sin embargo, lo que vemos hoy es mucho enfrentamiento social, posiciones irreconciliables. ¿Cómo se explica eso?

- Las nuevas generaciones piensan completamente diferente que el resto, porque están mentalmente mucho más desarrolladas que las anteriores. Esto pasa en las familias y se traslada a la sociedad; los jóvenes enfrentan un nuevo pensamiento. Esto es natural. Pero más allá de eso habrá grandes cambios y más desarrollo, porque en algún momento todos vamos a cambiar. Las nuevas generaciones van a traer nuevos desarrollos políticos, financieros y filosóficos. Esto también se va a reflejar en el arte, a través de la música y la pintura, vamos a asistir a artes superiores, distintas a las que estábamos acostumbrados. Desde Ananda Marga estamos enseñando esta nueva filosofía. Ananda Marga es una nueva forma de vivir, donde la gente encuentra una oportunidad de desarrollarse de otra manera física, intelectual y espiritualmente.

-¿Me está diciendo que se perfila una nueva humanidad?

- Sí, le llamamos un neo humanismo. Los neohumanos son personas que están con la mente muy expandida, muy acrecentada. Estas personas no sólo piensan en la gente de su entorno, en sus vecinos o familiares sino de manera global, en todo el mundo. Por eso es una humanidad más universal.

-¿La tecnología ha tenido que ver en este despegue?

- La tecnología ha tenido mucho que ver con esta expansión del conocimiento, sobre todo por el avance de las comunicaciones, lo que trae una visión y pensamiento universal. Yo mismo en mi primer viaje si hubiera querido comunicarme con India, hubiera tenido que irme a una oficina, hoy con sólo tomar el teléfono en segundos estoy comunicado. La tecnología ha derribado las fronteras y hace que la gente se perciba más cercana.

- ¿En esa lógica los países van a desaparecer?

- No, los países van a seguir existiendo pero no va a haber fronteras, porque en un futuro va a haber un solo gobierno mundial. Van a estar todos los países representados y la gente va a pensar en esta comunidad global y cualquiera va a poder ir vivir en cualquier lado y echar raíces. La evolución es algo natural, la evolución es imparable, no depende del ser humano, es un plan cósmico.

- ¿Piensa que va a disminuir la cantidad de gente del planeta?

- Tiene que disminuir. Las catástrofes naturales, como los tsunamis entre muchos otros, van a hacer bajar al 50% la población mundial actual. Después de la partida de esa gente que no está lista para evolucionar va a quedar la que está espiritualmente más desarrollada.

- ¿Cómo interpreta esta pandemia?

- Ocurrieron otras pandemias que duraron dos o tres años pero jamás se extinguió la raza humana y tampoco ocurrirá esta vez. La pandemia ahora se extendió más por la globalización, pero va a pasar. Tenemos que cuidarnos pero no caer en el miedo. Cuando la pandemia es física se puede curar, pero cuando llega a la mente ya no. Eso sí, debemos fortalecer nuestro sistema inmunológico, porque si está debilitado corremos más riesgo de que se enferme.

- ¿Cómo se eleva el sistema inmunológico?

- Cuando el sistema inmunológico decae se debilitan todos los órganos, especialmente hígado páncreas, pulmones y riñones. Primero hay que estar seguros de que nuestros órganos están sanos y después ver cómo los fortalecemos: comer y beber alimentos sanos y apropiados, hacer ejercicio físico todos los días, beber tres litros de agua por día, como mínimo. La comida debe ser más alcalina, preferir vegetales, frutas, legumbres, cereales, nueces, y menos carne, si es posible eliminarla, porque acidifica la sangre.

- ¿Qué piensa de las vacunas contra la covid?

- No puedo hablar de su composición porque la desconozco. Pero sí pienso que si uno chequea su sistema inmunológico y comprueba que está fuerte y además uno no tiene contacto diario con mucha gente, podría no vacunarse. Pero si su sistema inmunológico no es fuerte y además está en contacto diario con muchas personas debería vacunarse.

- ¿Qué agregaría además de la dieta, el ejercicio y la meditación?

- Cuidar los pensamientos, es muy importante. Del 100% de lo que pensamos, el 80% se nos va en recuerdos, a veces negativos, sufrimientos, cosas del pasado, o temores, sensación de miedo por cosas que deberíamos tener en el futuro. Pero solamente el 20% de esos pensamientos son positivos y enmarcados en el presente. ¿Qué sentido tiene pensar en el pasado que ya no existe o en el futuro, del cual no tenemos ninguna certeza? Deberíamos enfocarnos en vivir el momento presente, porque el pasado es historia y el futuro es pura imaginación, es misterio.

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