Imprudencia y humedad, los peligros de la Cuesta del 25

Las obras en el camino no alcanzan para suplir la irresponsabilidad de algunos conductores.

VEHÍCULOS DE TODO TIPO. Autos, motos, camionetas, furgonetas, colectivos, camiones y otros rodados pesados circulan a diario por la Cuesta del 25. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO VEHÍCULOS DE TODO TIPO. Autos, motos, camionetas, furgonetas, colectivos, camiones y otros rodados pesados circulan a diario por la Cuesta del 25. LA GACETA / FOTOS DE INÉS QUINTEROS ORIO

La Cuesta del 25, ese tramo de la ruta 9 que une al Cadillal con Tapia, volvió a ser motivo de noticia la semana pasada por un accidente de tránsito en el que falleció el conductor de una ambulancia que impactó contra un camión. En ese caso, las circunstancias climáticas (llovizna) habrían tenido que ver en la tragedia. Con este informe, LA GACETA intentó buscar explicaciones de por qué se dan tantos accidentes en una de las rutas con mejor mantenimiento (a comparación de otras) en la provincia.

“En toda la zona, desde El Cadillal hasta Tapia, se construyó una trocha adicional para que en las pendientes los vehículos más pesados puedan circular por ese carril extra. Pero la gente se impacienta y cruza la línea amarilla, lo que está prohibido, y así se dan muchos de los accidentes; por la inconducta de los conductores”, indicó Jorge Correa, el jefe del tercer distrito de Vialidad Nacional, que se ocupa del mantenimiento de esta ruta. “En la 9 (norte) lo último que se hizo fueron esas tres trochas, una obra en el acceso a Raco (en 2016) y las repavimentaciones generales hasta el límite con Salta. Ahora está en construcción el acceso a la ciudad de Trancas, que incluye un trabajo de calzada, de colectora, iluminación, hidráulica y demás. La construcción de este acceso es muy solicitada no sólo por los tranqueños sino por muchos tucumanos, y ahora se está priorizando esta obra en la Provincia y en la Nación”, añadió.

Un daño frecuente

Correa explicó que constantemente están necesitando reponer la cartelería debido al vandalismo. Según pudo averiguar LA GACETA, en las rutas nacionales los daños serían más frecuentes en la 38, que atraviesa la provincia, y en el corto paso que tiene la 40 por nuestros valles Calchaquíes. Pero la 9 no está exenta.

“El robo de carteles y de barandas está muy acentuado en Tucumán. A diario se pierden muchos; nosotros denunciamos y los reponemos. Hemos propuesto un programa de semipórticos, que son estructuras en altura, más duraderas, aunque también más costosas, pero hay señales que lamentablemente deben ir a la altura del suelo. Sería importante que la gente tome conciencia de que la propiedad pública es de todos y que el daño que causan estos hurtos es grande”, concluyó Correa.

Historias de ruta

“Antes era muchísimo más peligroso cuando había solo un carril. Con el carril adicional el Estado dio una posibilidad de apaciguar estos casos, pero la imprudencia humana sigue reinando”, contó Gabriela Carrizo, que se detuvo en el descanso de la Cuesta 25, donde está la gruta del Gauchito Gil. “Creo que a los accidentes los causa principalmente la imprudencia humana. Los conductores no toman conciencia y especulan todo el tiempo para pasar a otro”, agregó.

Julio César Morán trabaja en una fábrica de Ticucho, de donde es oriundo. “A los motociclistas no nos respetan. Los camioneros se te tiran encima hasta que empieza la autopista. Cada vez que salís a la ruta no sabés si vas a volver por lo mal que maneja la gente”. Su compañero, César Acosta, a diario conduce desde la capital para ir al trabajo. “Yo noto que la parte de la Cuesta tiene más vegetación que otros tramos; eso a veces humedece más la calzada y hay días que deberían tomarse más recaudos. La ruta está bien señalizada, diría que es de las pocas que tienen todos los carteles”, consideró el santiagueño, radicado en nuestra provincia desde hace ya una década. “Es complicado venirse en moto desde la ciudad; hay muchos camiones y colectivos y poco respeto al volante, además pocos se dignan a encender las luces bajas, que es algo obligatorio”, agregó.

Maia Gigena a diario transita la 9 desde Trancas hasta Tapia por razones de trabajo. “La imprudencia se vivió siempre en esta ruta, que se caracteriza por los senderos, las curvas y por ser camionera. El doble carril ayuda con el tema de los vehículos pesados, pero el conductor debe ser paciente también”, sostuvo.

Entre Vipos y Choromoro: atención por el cruce de animales

“Entre Vipos y Choromoro (por ruta 9) la mayoría de los accidentes son por la imprudencia cuando empieza el camino sinuoso, o por el cruce de algún animal”, indicó el baqueano Juan Moisés Cornejo. Hay carteles a esa altura que advierten sobre dar aviso de animales sueltos. Pero en Vialidad Nacional le indicaron a LA GACETA que serían pocos los antecedentes de accidentes causados por animales en ese tramo. “Eventualmente se habrá dado algún caso, pero más en la zona sinuosa”, dijo el jefe Jorge Correa.

Para tener en cuenta

Peligro:Los conductores no respetan la línea amarilla durante el tramo de la triple trocha, entre Tapia y El Cadillal.

Debe tenerse en cuenta la vegetación, la humedad y las circunstancias climáticas. Manejar requiere paciencia.

Advierten que muchos conductores no encienden las luces bajas obligatorias. También se da mucho el robo de cartelería.

Entre Vipos y Choromoro se advierte sobre el cruce de animales sueltos. La estadística de casos de accidentes sería baja

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