“Nada ha cambiado”, dijo el hijo de Ana Dominé

“Nada ha cambiado”, dijo el hijo de Ana Dominé

El joven y su hermano aún no se recuperaron del crimen de su madre. El juicio se demora por falta de jueces. “Hay pruebas para que se los condene a perpetua”, dijo Nicolás Quesada.

ETERNO RECLAMO. El crimen de la empresaria generó la marcha más importante en contra del Gobierno para exigir más seguridad. ASDFASD FASDFASDFADSF ETERNO RECLAMO. El crimen de la empresaria generó la marcha más importante en contra del Gobierno para exigir más seguridad. ASDFASD FASDFASDFADSF

“Todavía tenemos mucha impotencia, bronca. Algo que uno no puede superar. Tuvimos que aprender a convivir con los malos recuerdos”, aseguró Nicolás Quesada, hijo de la empresaria Ana Dominé, que fue asesinada de un disparo en un hecho que se registró hace exactamente un año en avenida Alem y Crisóstomo Álvarez. Por el caso, siete hombres esperan ser enjuiciados en un debate que no tiene fecha de inicio por falta de jueces.

El sábado 12 de septiembre, cerca de las 22, la víctima y su hijo Lucas Quesada, después de haber cerrado su negocio de ventas de bebidas de La Madrid al 1.300, se dirigían a descansar. A bordo de una camioneta Toyota Hilux, el joven se detuvo para comprar algo en el drugstore de esa cuadra. En ese momento, dos jóvenes (luego se conocería que el robo había sido planificado por toda una banda) se detuvieron y comenzaron a forcejear con la víctima para sustraerle el bolso, donde tenía $200.000. La empresaria se resistió, hasta que uno de los delincuentes le pegó un disparo en la cabeza.

Después del cruento ataque, los motochorros huyeron. El hijo, desesperado, comenzó a pedir ayuda. Cargó a su madre en la camioneta y la trasladó hasta el hospital Padilla, donde murió. “Ha pasado un año y todavía no podemos recuperarnos. Lucas continúa con ayuda profesional para superar lo que vivió. Y yo, desgraciadamente, debo pasar por esa esquina de mierda todos los días para ir a trabajar. Siempre miro para otro lado. Doy vuelta la cara, no quiero ni ver”, explicó Nicolás.

LA VÍCTIMA. Ana Elvira Dominé fue asesinada de un disparo. LA VÍCTIMA. Ana Elvira Dominé fue asesinada de un disparo.

La investigación

El caso se había transformado en un enigma para los investigadores. Un enigma que de manera casi artesanal se fue resolviendo. El fiscal Carlos Sale y los integrantes de Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib, se enfrentaron con un grave problema. Una testigo de identidad reservada, que luego fue ubicada en otra provincia por cuestiones de seguridad, aportó datos claves. Pero esa información fue difícil de chequear porque las cámaras del Estado de la zona no funcionaron, por lo que tuvieron que recurrir a las imágenes que fueron tomadas por los equipos de particulares. Luego de horas de análisis elaboraron una teoría.

Dominé habría sido víctima de una organización que se especializaba en atacar a comerciantes y empresarios. Normalmente, los atacaban en la calle, para evitar ser descubiertos, arrebatándoles el dinero cuando lo transportaban caminando, o rompiéndoles el vidrio del vehículo cuando se dirigían a realizar un pago o un depósito. Supuestamente, se trataba de una organización que tenía todos los roles bien establecidos. Hacían tareas de inteligencia, tenían gente que concretaba los hechos, otros que vigilaban y, por último, los que brindaban apoyo y colaboraban en la huida luego de cometer el ilícito.

Y basó en esta teoría en otro hecho. Por una nota en vivo que le hizo Matías Auad para LG Play a uno de los imputados, una víctima lo reconoció como una de las personas que lo fueron a buscar a su casa para secuestrarlo y exigirle que le entregaran U$S 6.000. Al damnificado lo trasladaron en un taxi, que sería el mismo que brindó apoyo en el robo a Dominé.

Fueron siete los acusados por el crimen de Dominé (se informa por separado). Todos los mencionados tenían causas pendientes con la Justicia por delitos contra la propiedad o por homicidios. El barrio Victoria la zona donde se refugiaban los sospechosos. Tierras de donde son conocidos Miguel “La Gata” Lizárraga, los miembros del clan Caro y Walter “El Petiso David” Lobos, investigado por una casa de drogas que se hizo famoso por aparecer en un video con L-Gante. Aunque no hay indicios que lo comprueben, los investigadores sostienen que ambos grupos habrían tenido contactos y que sus integrantes podrían haber realizado “trabajos” en común, pero no en este hecho en particular.

PRUEBA. El guante que fue clave en la investigación del caso. PRUEBA. El guante que fue clave en la investigación del caso.

Sale, de a poco, fue hallando elementos en contra de los acusados. Fueron los suficientes para que el juez Rafael Macoritto dictara -y fuera prorrogando- las prisiones preventivas a seis de ellos. Pero a la hora de solicitar que sean llevados a juicio, el titular de la Unidad Fiscal de Homicidios II logró presentar pruebas importantes. Por ejemplo, el estudio de ADN realizado a un guante negro encontrado en la escena del crimen con el que se logró identificar al autor material del hecho, las imágenes tomadas las cámaras de seguridad, el reconocimiento de varias personas.

“Al menos quedamos conformes con el trabajo que hicieron los de Homicidios y el fiscal Sale. Lograron identificar a los autores que participaron en el hecho. Se las rebuscaron para conseguir pruebas de calidad”, comentó Quesada. “Lo único que pretendemos es que se haga Justicia. Creemos que hay pruebas suficientes para que se les dicte perpetua a todos, que es lo que realmente corresponde”, agregó.

Las consecuencias

El crimen de Dominé tuvo sus consecuencias. Por su muerte se realizó la movilización más importante de los últimos tiempos exigiendo seguridad. El Gobierno entendió el reclamo y se aceleraron los procesos de la incorporación de efectivos (que luego pasaron a integrar el Programa de Cuadrantes de Patrulla) y la adquisición de cámaras de seguridad que recién se están instalando. Pero para el hijo de la víctima no es suficiente.

“Nada ha cambiado. El sábado 4, varios asaltantes ingresaron a un local comercial que está muy cerca del nuestro, los amenazaron a todos con armas, los tiraron al piso y le quitaron todo, pero todo. El martes pasado, les sucedió lo mismo. No lo podían creer”, explicó Quesada. “Me pregunto dónde están los policías y las cámaras. Mi mamá siempre se quejaba de lo mismo: que en nuestra cuadra no había ni un uniformado, sino que estaban a la vuelta custodiando a no sé quién. Por eso digo que su muerte fue en vano”, concluyó.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios