La jubilada habría vivido un calvario hasta morir

La jubilada habría vivido un calvario hasta morir

Fue detenido el ex marido de Ana María Carrizo. Los detalles de un femicidio que presentó varias dudas. Un testimonio esclarecedor.

PERICIAS CLAVES. Policías y personal del ECIF requisaron analizaron durante horas las casas de los hombres sospechosos del crimen. PERICIAS CLAVES. Policías y personal del ECIF requisaron analizaron durante horas las casas de los hombres sospechosos del crimen.

Cuando se cumplió una semana del crimen, el halo de misterio finalmente terminó despejándose. El ex esposo de Ana María Carrizo (63) terminó siendo acusado del femicidio por la declaración de un testigo clave. Personal de Homicidios lo detuvo ayer por orden de la Justicia, medida que generó un importante revuelo en Los Bulacio, lugar donde se registró el hecho.

La mujer fue vista por última vez el jueves 2 de septiembre. Esa tarde salió de la casa en la que convivía con su ex esposo, Ramón Rosa Díaz (59). Se encontró con su nueva pareja, Raúl Salas, quien, según dijo, la dejó a 50 metros de su vivienda, cerca de las 23. Pero nunca más se supo de ella.

El lunes el cuerpo de Ana María fue encontrado en un cañaveral ubicado a unas 20 cuadras de su casa. Su familia cuestionó a la Policía por no haberla encontrado antes en un radio tan cercano. Tenían la esperanza de que en caso de haberla ubicado antes, se habría acelerado la investigación. Luego se enterarían de que la mujer había sido asesinada esa misma noche.

Complejidad

Los investigadores le reconocieron a LA GACETA que desde hace mucho tiempo no se topaban con un caso tan complejo como este. El avanzado estado de descomposición del cuerpo no les permitió desde un primer momento determinar cuáles habían sido las causas de la muerte y, por ende, no tenían un arma que buscar.

Recurrieron a las pericias pensando que los ayudarían, pero se equivocaron. En la camioneta de Díaz se encontraron supuestas manchas de sangre que fueron reservadas para su estudio. Pero lo mismo sucedió en la casa de Díaz, ya que también se encontraron posibles restos de sangre que también fueron enviados a peritar.

Los investigadores, dirigidos por el fiscal Carlos Sale, comenzaron a indagar sobre la vida de los señalados. Y descubrieron que ambos podrían haber tenido motivos para cometer el femicidio.

Salas fue el último que estuvo con ella y, según la familia de Carrizo, era un hombre violento y muy celoso. Un amigo de la mujer se comunicó con ellos para informarles que él había estado chateando con ella la noche que había desaparecido. Les informó que el intercambio de mensajes por WhatsApp llegó a su fin porque ella le dijo: “está Raúl por aquí y no quiero tener problemas con él”. Ese dato fue tenido en cuenta por los pesquisas.

Pero los allegados a Díaz también lo señalaron por dos razones. Él nunca dijo que la mujer se había ausentado; la denuncia la realizó una amiga varias horas después de su desaparición. El hombre y Carrizo, en las apariencias no tenían problemas en la convivencia, pero sí tenían una diferencia: la venta de la casa en la que vivían.

El rompecabezas

Hubo un dato que comenzó a despejar todas las dudas: en el lugar donde se halló el cuerpo, los peritos encontraron las huellas de un auto en el que podrían haber trasladado el cuerpo. Los efectivos secuestraron la camioneta de Salas y el Renault 9 de Díaz. Y, a simple vista, quedó descartado el vehículo de mayor porte.

Las sospechas se acrecentaron con un testimonio clave. Una persona se presentó para contar oficialmente que Carrizo, pese a que nunca había denunciado, era víctima de violencia de género. Sin dudar señaló que Díaz le habría hecho la vida imposible desde que se habían separado y que ella soportaba ese infierno por una sola razón: si se marchaba de la vivienda, perdería inmediatamente cualquier posibilidad de quedarse con la parte que le correspondía por una posible futura venta.

Paralelamente, el fiscal Sale recibió un informe mucho más amplio del resultado de la autopsia que se le practicó a la víctima. El forense confirmó que la mujer había recibido al menos dos fuertes golpes en la cabeza, pero que no le provocaron el fallecimiento. Para el profesional que intervino en el caso, Carrizo murió de un accidente cerebrovascular (ACV).

Con estos elementos el fiscal elaboró la siguiente teoría. Carrizo llegó a su casa como dijo Salas. Después de ingresar, podría haber sido agredida en medio de una fuerte discusión que le provocó una suba de presión que derivó en su muerte. Luego, Díaz la podría haber cargado en su auto y trasladado hasta el cañaveral donde la abandonó. Por último, regresó a su casa para, supuestamente, limpiar la escena del crimen.

Sale solicitó al juez Dante Ibáñez, con los indicios que recolectó hasta ayer, la detención de Díaz. Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib, se presentó en el domicilio del acusado. Le explicaron la acusación en su contra y lo llevaron a un calabozo.

Un caso complejo

Ana María Carrizo salió de la casa en la que convivía con su ex marido el jueves pasado. Su actual pareja, Raúl Salas, la llevó a cenar y luego la dejó en casa

La teoría fiscal indica que cuando regresó, su ex esposo, Ramón Rosa Díaz, la habría agredido a golpes hasta que la mujer falleció de un ACV

Díaz y Salas fueron investigados como presuntos autores del crimen. Las primeras pericias no despejaron las dudas ni lograron inclinar la balanza

Un testigo clave dijo que desde la separación Carrizo era víctima de violencia por parte de su ex, y que no abandonaba la casa por temor a que Díaz la vendiera

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