“La Gata” Lizárraga buscaría acuerdos para evitar ser enjuiciado

“La Gata” Lizárraga buscaría acuerdos para evitar ser enjuiciado

Los acusados tratarían de indemnizar a las víctimas para que retiren las denuncias.

UNA FOTO PARA EL “FACE”. Juan de Dios López junto a “Kuki” Caro en el frente de su negocio. UNA FOTO PARA EL “FACE”. Juan de Dios López junto a “Kuki” Caro en el frente de su negocio.

“No sé si esta persona quiera seguir con esta causa o quizás prefiera recibir un resarcimiento, si es que se pudiera. ¿No es momento de dar una respuesta alternativa?”. Esas fueron las palabras que utilizó Manuel Pedernera, defensor de Miguel “La Gata”, su hermano Néstor “Tuta” Lizárraga y su hijastro Juan de Dios López en una audiencia. Es la prueba de que los acusados de integrar una banda que habría cometido escruches millonarios en el Gran San Miguel de Tucumán, acorralados por las pruebas, estarían buscando llegar a acuerdos extrajudiciales a cambio de que se retiren las denuncias en su contra.

El fiscal Diego López Ávila investiga la causa conocida como la “industria del escruche”. Los acusa de haber cometido cuatro robos entre marzo y mayo de este año. En esos hechos, según la acusación del representante del Ministerio Público Fiscal, se apoderaron de $ 17 millones (más de U$S 70.000 y más de $ 4,4 millones) y casi un centenar de costosas joyas de oro y relojes. También les endilgó otros delitos menores como resistencia a la autoridad por haberse escapado en más de una oportunidad a la Policía.

PRUEBA. López aparece en una selfie con un auto que figura en la causa. PRUEBA. López aparece en una selfie con un auto que figura en la causa.

López Ávila elaboró una teoría. Sostiene que los miembros del clan Caro le podrían haber aportados los datos para que los Lizárraga, que residen en Córdoba, arribarán a la provincia y cometieran los robos. Esta operación se podría haber realizado a la inversa, es decir, los Caro viajaban a La Docta a realizar la misma tarea que hacían los Lizárraga en estas tierras. Por ese motivo, el fiscal decidió imputarle el delito de asociación ilícita, planteo que fue aceptado por el juez Eduardo González.

Pero esto es el comienzo de una causa que promete ser mucho más importante. Es una caja de Pandora. Pasan los días y surgen nuevos indicios. Por ejemplo, varias víctimas reconocieron como suyas las joyas que tenía para la venta Edgardo “El Joyero” Bornonville, vinculado a los miembros de la banda. Pero en las últimas horas surgieron pruebas de que este grupo habría participado del millonario robo de la galería de Mendoza al 700. Por ese hecho, encuentran detenidos con arrestos domiciliarios Cristian “Bichi” y  Walter “Kuki” Caro.

“Ahora resulta que todas las causas que desde el 2019 aparecen como autores desconocidos intervinieron mis defendidos”, explicó Pedernera. “No hay ninguna prueba de que se haya conformado una asociación ilícita. Sostenemos que el fiscal no tiene los elementos para describir cuál era la función que cumplía cada uno en esta organización”, razonó.

Acorralados

En los pasillos y en la zona de tribunales no se pueden guardar secretos. Después de su detención y al quedar al descubierto el nivel de exposición que tuvieron varios de los sospechosos, los miembros de estos grupos se ganaron muchas enemistades. “Aplastaron a muchos, traicionaron a varios y se hicieron los pesados con otros”, explicó un hombre que se dedicó gran parte de su vida a cometer escruches. Esa fue una de las razones por la que LA GACETA recibió dos fotos que podrían complicar la situación procesal de los sospechosos.

Una de ellas se lo puede observar al hijastro de “La Gata” Lizárraga junto a “Kuki” Caro, al frente de uno de los negocios de la familia. Los defensores del cordobés indicaron que López no viajaba a la provincia y que no se habría probado su relación con los acusados de esa provincia.

Pero hay más. Nuestro diario recibió una llamativa imagen que se tomó el cordobés en la puerta de un taller mecánico de su provincia. Aparece celebrando el arreglo de un auto. Ese vehículo habrían utilizado los miembros del grupo para cometer los ilícitos.

Tal como lo había anticipado en la última audiencia Pedernera, en las últimas, allegados a las víctimas habrían iniciado contactos con sus víctimas. El objetivo es llegar a un acuerdo extrajudicial para que desista de la acción penal en contra de ellos. Las mismas versiones dan cuenta que estarían dispuestos a pagarles hasta tres veces de la pérdida que le generaron.

El nuevo código procesal penal permite la utilización de este mecanismo para llegar más rápido a una solución del conflicto. Normalmente, el defensor del acusado se presenta realiza el ofrecimiento. Si es aceptado, se presenta un escrito ante el fiscal para que lo convalide y dicte el sobreseimiento de los acusados.

Esta herramienta no se aplica en todos los casos, sino en los delitos que puedan tener una pena máxima de hasta seis años. Pero el fiscal puede rechazar el acuerdo si entiende que el casa es de interés público. En caso de que ello suceda, el planteo deberá ser resuelto por un magistrado.

Pero esta causa es diferente. Los defensores, por ahora, tendrán que salir a buscar cuatro acuerdos diferentes, lo que dificulta las negociaciones. López Ávila, al haberles imputado el delito de asociación ilícita, les corta el margen de acción, y más aún si se tiene en cuenta que con el correr de los días, surgen indicios de que también actuaron en otros robos.

El principal acusado

Miguel “La Gata” Lizárraga, tucumano de origen, pero radicado en Córdoba desde hace varios años, fue considerado por el fiscal Diego López Ávila como el cerebro de la banda. Pese a haber tenido causas abiertas desde hace 40 años, sólo recibió una condena de cumplimiento condicional.

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Engranaje clave

Edgardo “El Joyero” Bornonville terminó siendo clave en la investigación de los robos. Vinculó al clan Caro con “La Gata” Lizárraga. Estuvo detenido menos de un mes y, desde que recuperó la libertad, se encuentra con custodia policial. Todavía sigue enredado en la causa.

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El clan Caro

Los miembros de la familia oriunda de barrio Victoria, están sospechados de haber sido los socios de “La Gata”. Cristian “Bichi” (foto) y Cristian “Kuki” Caro están procesados por el millonario robo de la galería ubicada en Mendoza al 700. Actualmente se encuentra cumpliendo arresto domiciliario.

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El acusador

El fiscal Diego López Ávila lleva adelante la investigación de la causa conocida como la “industria del escruche”. Él mismo considera que no sabe cuál es el techo de la pesquisa. Acusa a Lizárraga de integrar una banda que robaba viviendas en el Gran San Miguel de Tucumán.

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El defensor

El experimentado profesional Manuel Pedernera presenta una dura batalla en contra de las acusaciones del Ministerio Público Fiscal. Cuestiona la investigación y dice que todas son causas inventadas por la Policía. Desde hace meses que reclama la libertad de todos sus defendidos.

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Llamativos detalles

El fiscal Diego López Ávila sostiene que Miguel “La Gata” Lizárraga sería el jefe de la organización que se especializa en cometer “escruches”.

La situación del clan Caro se complica con el correr de los días. Están acusados de formar parte de ese grupo.

Los Caro habrían vendido datos a Lízárraga para que ellos cometieran los robos en Tucumán. Luego, él los habría convocado para hacer lo mismo en Córdoba.

El grupo también es investigado por otros delitos: asociación ilícita, enriquecimiento ilícito y haber recibido el apoyo de la Policía.

Aunque aún no está confirmado, no se descarta que los sospechosos también se los acuse por lavado de activos provenientes de actividades ilícitas.

El 16 de septiembre se le vence la prisión preventiva a “La Gata”. El fiscal está sumando más pruebas para pedir que siga detenido y que sea enjuiciado.

Los acusados se ganaron la enemistad de “colegas”. Ellos podrían estar aportando pruebas para complicar sus situaciones procesales.

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