31 Agosto 2021
Luis Karamaneff
Analista político
No hay “un” voto joven, sino multiplicidad de juventudes; con mayor o menor grado de participación o de militancia política. No se trata de un grupo homogéneo.
En la política argentina se puede rastrear una estabilidad, al menos desde 1983. El clivaje peronismo/antiperonismo -hoy, polarización o grieta- es mucho más estable: los jóvenes suelen reproducir la dinámica familiar, y eso hace que la situación sea mucho más estable de lo que pareciera.
Entonces, no porque les hablen de ciertos temas, que uno tiene asociados a los jóvenes, llegarán a estos. Estos hoy están más preocupados por llegar a fin de mes, por pagar el alquiler, por cuestiones mucho más estructurales, vinculadas a la situación económica antes que a cuestiones de agenda. Algunos temas los podrían activar, pero es muy simplista pensar así. Cierta temática -aborto, diversidad, ambiente-, más vinculada a las juventudes, podría mostrar un punto de contacto con sectores progresistas del peronismo, por ejemplo.
Hoy dirimimos la crisis de la pandemia. Pero una persona de 25 años ya viene de siete u ocho años de crisis económica. Es gente que lo que vio en política lo vio en contexto de crisis. Diferente al caso de la generación de 40 años, para la cual el kirchnerismo representó algo diferente. Hoy ya no representa lo mismo, aunque en líneas generales se mantiene la polarización kirchnerismo/macrismo, peronismo/antiperonismo.
Por otro lado, habría que distinguir entre la bronca y la apatía que podrían llegar a sentir los jóvenes; porque el enojo puede movilizar, la apatía no. Y esa es la clave. El efecto de la pandemia o de la crisis económica, antes de traducirse en voto bronca o hacia sectores radicalizados se podría manifestar en una baja en la participación, o en un mayor voto en blanco.
Pero si bien eso se puede dar, la Argentina tiene una participación electoral histórica alta, más allá de que el voto sea obligatorio. En Tucumán viene votando alrededor del 80% del padrón. Por más de cierto discurso que se intenta instalar, un aumento en el voto en blanco o una reducción en la participación no atentaría contra la legitimidad de los resultados.
Además, en Tucumán se darán las PASO más competitivas. Y al aumentar la oferta electoral, hay más incentivo para el electorado y para que la dirigencia se movilice y llame a la gente. Eso contribuiría a que no baje tanto la participación.
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