Comenzó el juicio por la desaparición de Milagros Avellaneda y su hijo Benicio

Comenzó el juicio por la desaparición de Milagros Avellaneda y su hijo Benicio

Declararon los sospechosos. Tenso interrogatorio

SE INICIÓ EL JUICIO. Roberto Rejas declara frente a la jueza Stella Maris Arce. Los demás camaristas vieron por Zoom. SE INICIÓ EL JUICIO. Roberto Rejas declara frente a la jueza Stella Maris Arce. Los demás camaristas vieron por Zoom. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI

Con una extensa declaración de Roberto Carlos Rejas (31 años), el principal acusado del hecho, comenzó ayer el juicio por el crimen de Milagros Avellaneda (26 años) y de su hijo Benicio Coronel (2 años). El guardacárcel negó la acusación y dijo que siempre le interesó saber si el pequeño era su hijo.

Avellaneda fue vista por última vez el 28 de octubre de 2016. Ese día salió de casa con su hijo y un bolso, pero no llevó la documentación del pequeño. Se habría ido a encontrar con Rejas en el parque 9 de Julio. El carcelero fue arrestado días después por la división Homicidios de la Policía y se le secuestró su vehículo VolksWagen Gol Trend rojo, en el que, según la investigación, se encontraron balas, una computadora y otros elementos de interés para la causa. Una pericia de luminol (se usa para intentar detectar restos de sangre) dio positiva en el rodado.

Con el transcurso de la investigación, fueron detenidos la por entonces pareja de Rejas, Estefanía Ávila, quien tenía un trabajo administrativo en la Policía Federal, y otro guardiacárcel, Marcelo Fabián Gómez.

“Me interesaba Benicio”

“Una mujer se presentó en la puerta de mi casa una noche y empezó a gritarme que yo tenía secuestrada a su hija. Me acusaba de haber golpeado a una chica en la terminal, después me enteré de que se trataba de Amalia Ojeda, la madre de Milagros”, señaló Rejas cuando comenzó a declarar ante los camaristas Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y Eduardo Romero Lascano. “No entendía nada en ese momento, ella no me escuchaba a mí y tampoco me daba ninguna explicación”, agregó.

Mencionó en varias oportunidades el detalle de que había comprado una funda para el tapizado de su auto un día y que pasó a retirarla uno días después de que ocurriera la desaparición. “No la busqué antes porque jugaba Atlético y preferí quedarme a ver el partido”, explicó.

Dijo que el 28 de octubre, dejó a Milagros cerca de la avenida Papa Francisco, volvió a casa, se bañó y salió a un boliche.

“Me inspeccionaron la casa, la Policía me dijo que me quedara tranquilo, que no estaba acusado de nada, sólo aparecía mencionado en un caso de una chica que había salido a bailar y que no volvía a casa todavía. Traté de quedarme tranquilo, hablé en mi trabajo para ver si me podían recomendar un abogado y también porque un sumario es muy perjudicial en nuestra carrera, te puede costar perder un ascenso o perder el trabajo. Yo no tenía ni una denuncia hasta entonces. En ese entonces me preocupaba mi legajo, no la desaparición, pensaba que Milagros me dijo que me iba a arruinar la vida”, manifestó Rejas.

Aclaró que la víctima no era su ex pareja, sino que el niño podía ser fruto de un romance fugaz, y que él creía que se trataba de su hijo. La fiscala Estela Giffoniello y la abogada querellante Silvia Furque lo indagaron a fondo. “¿Discutió fuerte con Milagros alguna vez?”, preguntó la fiscal. “Nunca, de hecho ella sacó el tema que terminó en el diálogo sobre el ADN del niño, para mí no hacía falta hacerlo”, respondió.

Ante las consultas, fue contestando que esa noche salió hacia Monteros, pero se arrepintió a mitad de camino y regresó a casa. Dijo que no usaba su arma reglamentaria desde 2015. También sostuvo que no le daba importancia a las amenazas que dijo recibir por parte de Milagros, pero que: “Benicio sí me interesaba; quería saber la verdad sobre mi hijo”.

Fiscala: -¿por qué buscó: “descomposición de cadáveres” en Google?

Rejas: - mi padre me pidió que lo buscara en mi celular, él enseña en un instituto fotografía forense y otras materias relacionadas. Tenía una duda sobre eso y le mostré el mismo texto que le aparecería a cualquiera que lo busque ahora.

F: -¿y el luminol en su auto?

R: - En indagatoria me preguntaban por sangre y respondí que no puede haber más que alguna marca, producto de algún pequeño lastimado, porque yo llevaba a mis amigos a jugar futsal y es frecuente rasparse.

Furque: - Usted dice que vio a Milagros esa noche pero cuando le preguntaron por ella en su primera declaración dijo no tener idea ¿Por qué?

R: - Me habían preguntado por una Milagros, no pensé que fuera la misma. Conozco cinco Milagros.

Esas fueron algunas de las cuestiones que expuso el acusado, que recuperó la libertad a fines de 2018 (cumplió dos años de preventiva, plazo máximo que puede dársele a un acusado previo a una condena).

Los demás acusados

Ávila lloró al recordar que esta causa le costó su trabajo y que la escracharan con panfletos y publicaciones. Argumentó que esa noche salió a bailar con sus amigas y que se vio con Rejas al día siguiente. Un intercambio de mensajes con el imputado la complican.

El guardiacárcel Gómez señaló que le compró el celular al acusado para regalárselo a su esposa en el día de la madre. Ese teléfono, según se dio a entender, mantenía activa una cuenta de Google con la que lo rastrearon. Dijo que lo entregaron sin objeciones para pericias.

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