La salud bucal quedó en el olvido en tiempos de pandemia

La salud bucal quedó en el olvido en tiempos de pandemia

El miedo al contagio y el hecho de que muchos odontólogos dejaron de atender con obra social llevó a los pacientes a descuidarse los dientes.

EN EL CONSULTORIO. Los pacientes llegan con urgencias y muchas veces no es posible salvar las piezas dentales. EN EL CONSULTORIO. Los pacientes llegan con urgencias y muchas veces no es posible salvar las piezas dentales.

La crisis del coronavirus ha convertido la odontología en una profesión de alto riesgo. La mayoría de los dentistas, que trabajan a 20 o 30 centímetros de bocas ajenas, tuvieron que cerrar sus consultorios durante un mes o más tiempo el año pasado. No ha sido año para nada fácil para ellos. Las consultas bajaron muchísimo en 2020, mientras los precios de los elementos que utilizan aumentaron en forma alarmante. Y ahora luchan con las consecuencias de eso meses de olvido de cuidado dental.

Según detectó una encuesta de la Asociación Dental Estadounidense, la atención odontológica fue el servicio de atención médica más descuidado durante la pandemia. En nuestro país, la situación no fue muy distinta. Por eso, cuando los pacientes empezaron a volver al dentista (los que pudieron), estos profesionales se encontraron con muchos problemas. Una pausa en el cuidado bucal puede tener consecuencias y derivar en la pérdida de las piezas dentales, advierten. Y otro detalle no menor: los gérmenes que se multiplican en la boca también pueden diseminarse y causar problemas en otras partes del cuerpo.

¿Qué ocurrió?

Conseguir un turno de un odontólogo que reciba obra social se convirtió en una odisea para muchos pacientes desde hace más de un año. Lo sabe bien Soledad Ferre. Tanto esperó, que al final perdió un diente y ahora tiene que pensar en un implante. “Casi no hay dentistas que no atienden en forma privada. Tengo obra social, pago una diferencia importante y así y todo debo sacar plata cada vez que tengo un problema en la boca”, dice la mujer, indignada.

Cuando comenzó la pandemia, los odontólogos reclamaron que las obras sociales y prepagas cubrieran el costo de los materiales bioseguridad y subieran los honorarios para cubrir los insumos que se usan en la consulta. La respuesta, en la mayoría de los casos, fue negativa. Entonces, muchos profesionales tomaron la decisión de abandonar las cartillas para atender exclusivamente de forma particular, cuenta la odontóloga Nelly Zenteno.

“Los pacientes dejaron de ir al dentista primero por miedo. En segundo lugar, porque la mayoría estaba atendiendo emergencias únicamente y en tercer lugar porque los profesionales dejaron de recibir obras sociales. Los costos de los materiales en algunos casos se incrementaron hasta en un 300% y no lo querían reconocer. Muchas obras sociales abandonaron a los afiliados y también a nosotros los odontólogos”, cuenta Zenteno, quien ante esta situación armó junto a otras tres colegas un grupo solidario, con el objetivo de poder adquirir los insumos de bioseguridad comprando al por mayor y a costos más bajos.

Las consecuencias de haber dejado en un segundo plano la salud bucal fueron varias: cuando la gente volvió a los consultorios, lo hizo con su boca muy descuidada. En los que ya tenían patologías, la situación se agravó. Lo que estaban en tratamiento de ortodoncia tuvieron que extender más allá de lo previsto los controles. “Además, por la situación de angustia e incertidumbre se incrementó el número de personas con problemas de bruxismo”, explica.

La salud bucal quedó en el olvido en tiempos de pandemia

Estragos

“La pandemia hizo estragos no solo en la boca de nuestros pacientes; también en la situación de muchos odontólogos que quedaron sin pacientes por un tiempo largo y tuvieron que salir a buscar un plan B. Muchos se deprimieron y la pasaron mal. Las obras sociales se portaron muy mal”, apuntó.

La odontóloga Susana Carrizo coincidió en que lo que impulsó a muchos profesionales a abandonar las prepagas y asociaciones fue la brecha casi irreconciliable entre lo que se paga por prestaciones y el costo de los insumos y equipos de bioseguridad.

“La situación es complicada. Hoy, buena parte del trabajo de los odontólogos es explicarles esto a sus pacientes, intentando que no se rompa la confianza y que entiendan que no es mala voluntad. También que comprendan que el costo de los elementos de bioseguridad (el kit le sale unos $1.500 al paciente) es para cuidarlos a ellos y a nosotros”, cuenta.

Si bien en la actualidad la atención casi se normalizó, siguen atendiendo menos personas. No pueden recibir la misma cantidad de pacientes que antes porque entre turno y turno hay que desinfectar el consultorio.

Natalia Nieva, que se dedica a la parte de ortodoncia, tuvo que aprender a calmar a sus pacientes por videollamada, en plena cuarentena. Con turnos más espaciados trata de que ninguno corte con sus controles. “Algunos pacientes dejaron de lado sus tratamientos más que nada por cuestiones económicas y otros por miedo”, resaltó.

La dieta y las caries

“Situaciones comunes que se vieron en el consultorio después del confinamiento fueron muchas caries, algunas muy profundas, por la falta de control y por la dieta: en los momentos de encierro los chicos consumen muchas harinas, dulces. También noté casos de bruxismo en niños, algo que antes no se veía tanto, pero que con la pandemia se exacerbó, y muchísimo más en los adultos”, describió.

¿Cuáles son los riesgos de pasar más de un año sin ir a una consulta odontológica?, le preguntamos. “Es algo que nos puede puede costar caro porque aunque no sintamos nada o nos veamos más o menos bien, las caries o enfermedades de las encías, son silenciosas, van sin prisa pero sin pausa. Y de repente nos encontramos con problemas mayores que podríamos haberlos solucionado con prevención. Una visita anual o semestral al dentista, depende del caso, es suficiente”, precisó.

¿Cuánto cuesta ir hoy al dentista? Aunque puede haber variaciones de acuerdo a cada profesional, en forma particular en promedio se está cobra entre $ 1.500 y $ 2.000 ($2250 es el valor estimativo de la consulta odontológica ). El kit de insumos de bioseguridad por la pandemia cuesta unos $1.500 y no todas las obras sociales los cubren. A eso hay que sumarle el costo del arreglo que necesite el paciente. El arreglo de una caries, se paga entre $ 250 y $ 1.200. Si hablamos de tratamiento de conducto, la cosa cambia.

Juan Pablo Valdez Abadía, vicepresidente del Colegio de Odontólogos de Tucumán, reconoció que durante la cuarentena muchos pacientes que necesitaban un dentista no sabían donde ir, ni en la parte pública ni en la privada.

“Muchos odontólogos han decidido durante la pandemia salir del sistema y atender sólo de forma privada. Hoy, lo que se paga por consultas y prácticas está por debajo del costo de los materiales e insumos”, sostuvo, pero no descartó que la situación se pueda solucionar en el corto plazo.

María Cecilia González Páez, del Círculo Odontológico de Tucumán, contó que hace muy poco asumieron las nuevas autoridades de la entidad y se encontraron con un panorama bastante preocupante porque muchos profesionales se retiraron, ante las dificultades para atender con obras sociales y prepagas. El círculo es precisamente el organismo que hace los convenios con estas asociaciones privadas.

“La situación es alarmante porque muchas personas se dejaron de atender (tanto en la parte pública como privada) y hoy vemos las consecuencias: piezas dentales que eran para tratamiento de conducto ya van directamente a extracción, por ejemplo. En ese sentido, estamos apostando de nuevo fuerte a la prevención con un programa que se llevará a cabo en las escuelas. También estamos en tratativas y reuniones para hacer nuevos convenios con las obras sociales, ver que se mejoren los aranceles y así la gente pueda volver a tener un servicio tan esencial como es el odontológico", apuntó.

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