Sentir placer sexual es un derecho

Sentir placer sexual es un derecho

Muchas mujeres vivencian su clímax con desconocimiento, culpa o presión social. La importancia del conocimiento corporal.

BENEFICIOS. Tener orgasmos ayuda a disminuir el estrés y mejora el humor gracias a la descarga de sustancias como dopamina, endorfinas y oxitocina.  BENEFICIOS. Tener orgasmos ayuda a disminuir el estrés y mejora el humor gracias a la descarga de sustancias como dopamina, endorfinas y oxitocina.

Hoy es el Día del Orgasmo Femenino y eso significa que tenemos la excusa perfecta para levantar la copa, brindar y deslizarnos hacia la habitación.

¿Por qué se celebra hoy? A la fecha se le atribuyen varios orígenes, pero la anécdota más popular es que surgió en Esperantina (Brasil). Luego de conocerse un estudio universitario en cual el 28% de las mujeres de la región eran incapaces de llegar al orgasmo, un concejal dio paso a una ley para que la salud sexual femenina sea un asunto de agenda pública.

En otros países, en cambio, la efeméride aparece el 31 de julio y se atribuye a campañas publicitarias de empresas eróticas o incentivos de la ONU.

Pese a estas variaciones en el calendario, el propósito de contar con un día especial para vocalizar los “oohhh”, “mmm” o “ahhhh” es idéntico en ambos casos: las mujeres debemos reivindicar el goce sexual, ya que sentir placer y disfrutar de la intimidad forma parte de nuestros derechos sexuales.

“Hay quienes por cuestiones religiosas o socioculturales desconocen lo que es el clítoris, confunden el orgasmo con la excitación o tienen sexo desde lo meramente instrumental o reproductivo. La información genera empoderamiento. Sin conocer nuestro propio cuerpo jamás vamos a avanzar hacia un bienestar sexual integral”, comenta la profesora de ESI María Leticia Rueda.

Al respecto, la especialista señala que nuestra educación formal e informal aún tiene varias cuentas pendientes. “Cuando mantenemos las primeras charlas sobre sexualidad con los adolescentes, el enfoque suele ir hacia las enfermedades y la prevención del embarazo. Hay un enfoque muy necesario sobre ‘lo no debería pasar’”, explica.

Sin embargo, poco se enseña sobre el placer y las emociones positivas que vivenciamos. “Ese factor es el que permitiría a las jóvenes manejar mejor las expectativas ajenas y potenciar su autocuidado al estar en situaciones en las cuales dejaron de sentirse cómodas”, acota Rueda.

Deben gritarse con fuerza y hacer que perdamos la cordura... Con tantos estereotipos, porno y mandatos externos, otro gran enemigo del orgasmo femenino es la presión que nos imponemos o exigen.

Creer que el sexo siempre será fantástico, que le debemos algo a alguien o que vamos a sentir lo mismo sin importar nuestro estado anímico, solo genera un efecto rebote que nos aleja de esas cosquillas satisfactorias.

Hay algunas investigaciones que lo comprueban. En 2019, el Hospital de clínicas de la Universidad de Buenos Aires realizó un estudio con 500 mujeres. De ellas, el 30 % manifestó que nunca había tenido un orgasmo y el 47 % afirmó haber padecido alguna disfunción sexual (falta de deseo, poca lubricación, dispareunia o anorgasmia) a lo largo de su vida.

Lo alarmante es que de estos números solo el 3 % realizó luego una consulta médica para solucionar sus problemas.

“A nivel mundial se estima que  el 45 % de mujeres sienten algún tipo de malestar en sus relaciones sexuales, sea porque juegan en contra factores psicológicos, enseñanzas con carga negativa sobre la libertad física o hay inconvenientes de orden ginecológico”, detalla la ginecóloga Lorena Sterpino.

En la mayoría de las instancias son situaciones tratables, pero existe tanto miedo, vergüenza y tabú que las pacientes reprimen sus pensamientos.

En que fallamos

Para arrancar a cambiar el mundo “un orgasmo a la vez”, el primer paso es replantearnos nuestras relaciones de pareja. En este sentido, el fallo más perjudicial es simular aquello que no se siente.

“Debemos dejar de relegar nuestras necesidades en la cama y ese rol de sumisión/mero receptor dispuesto a satisfacer el ego de un amante. En reiteradas ocasiones, para evadir situaciones incómodas, arruinar el momento o reformar la autoestima ajena somos nosotras quienes atentamos contra nuestro final feliz”, puntualiza la sexóloga Leticia Cañas.

El motivo es que nos resulta más sencillo fingir un orgasmo a expresar aquello que en verdad sentimos o esperamos. “Las excusas son muchas y responden tanto a pensamientos románticos como a la falta de comunicación interna en la pareja o de confianza. Incluso, hay pacientes que temen ser consideradas ‘frígidas’ por la falta de respuestas espectaculares (jadeos intensos y gritos) o ‘putas’ al poseer mayor experiencia y tomar la iniciativa”, argumenta Cañas.

El otro foco a trabajar es la “distribución de responsabilidades” en la bienvenida al orgasmo. “En la historia, el falocentrismo nos ha hecho creer que el responsable de la felicidad sexual femenina es el hombre. Incluso hicimos de esto un asunto de virilidad”, acota.

Lo negativo es que nosotras lo respaldamos al interiorizar que el sexo finaliza con la eyaculación de ellos o al hacer prácticas egoístas en las cuales jamás se tiene en cuenta nuestra excitación.

Las estadísticas también tienen bastante que decir sobre el asunto, ya que en promedio solemos alcanzar mejores orgasmos con la autoexploración (con o sin sex toys de por medio).

“Esto demuestra la falta de información que hay sobre el mapa corporal femenino y los mecanismos de censura que nos imponemos o dejamos pasar por costumbre. Con la cantidad de derechos alcanzados y movilizaciones feministas, hoy es tiempo de pensar también al orgasmo como una metáfora de liberación de ataduras y un acto de autodeterminación para nuestro género”, finaliza Sterpino.

A la mente viene la frase de la sexóloga francesa Valérie Tasso: “un orgasmo no se tiene, se aprende a tenerlo. O mejor dicho, se aprende a permitirse obtenerlo”.

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