Asegurar el derecho a la teta es responsabilidad colectiva

Aunque las ventajas de la lactancia para la salud comunitaria son innegables, la mitad de los bebés se quedan sin ellas a los seis meses. Inciden mitos, modelos parentales, condiciones laborales y la industria. Y ahora, también la covid.

COMPROBADO. La lactancia es fundamental para el desarrollo del bebé, porque le ofrece todos los nutrientes y defensas que necesita. ARCHIVO LA GACETA COMPROBADO. La lactancia es fundamental para el desarrollo del bebé, porque le ofrece todos los nutrientes y defensas que necesita. ARCHIVO LA GACETA

Si todos los bebés de 0 a 23 meses fueran amamantados de forma óptima (en exclusiva hasta los 6 meses y luego, con alimentación complementaria), salvarían su vida más de 820.000 niños menores de 5 años. Contundentes datos de la OMS, y ya con eso bastaría. Pero además, dar (y recibir) la teta es un derecho, y en ese punto en Argentina tenemos cosas buenas para contar: según difundió el Ministerio de Salud con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que estamos recorriendo (y que publicó Télam), el amamantamiento alcanza al 95% de los recién nacidos.

Pero que los derechos estén reconocidos no es lo mismo que poder ejercerlos, y en ese punto la realidad ya no es tan linda: sólo el 40% lo logra después de que el bebé tiene 6 meses; y en muchos casos se debe a la reincorporación de las madres a la vida laboral. Es un dato preocupante, y no sólo en nuestro país.

Por eso, el lema que propuso la OMS para este años es “Proteger la lactancia, una responsabilidad compartida”.

Algunos de los problemas

“Todavía hoy debemos lidiar con mitos sin fundamento científico que no deberían ser tenidos en cuenta: que hay leches maternas que ‘no sirven’; o que son insuficientes y el bebé se queda con hambre; o que el tamaño de las mamas influye en la cantidad de leche. Nada de esto es cierto”, explicó Roxana Conti, pediatra y miembro de la Subcomisión de Lactancia Materna de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

“Muchas veces algo supuestamente tan ‘natural’ como dar la teta, no se logra”, contó la neonatóloga Claudia Quinteros, a cargo de la Unidad de Lactancia de la Maternidad. “La lactancia está rodeada no sólo de mitos, también de temores; y es muy importante ayudar a las madres a disolverlos”, resaltó.

“Los temores tienen que ver con la vida del niño: la familia, lógicamente, quiere que crezca sano y fuerte. Por ejemplo: muchas veces en el primer control el bebé no sube de peso lo esperado, y eso hace que la mamá se desmoralice y tenga miedo”, agregó Carolina Courel, licenciada en Nutrición en el policlínico Ramón Carrillo, de Yerba Buena, y especialista (formada en la SAP) en lactancia materna.

Lo cierto es que lentamente e esta realidad se va modificando: lo muestran las cifras del principio. Pero, resalta el comunicado conjunto de la OMS y Unicef para esta conmemoración, hacen falta medidas (y hacen falta con urgencia, se desprende también de las cifras) lograr “entornos que faciliten que las madres y los bebés practiquen la lactancia materna”. Y estas medidas -destaca el documento- son de al menos tres tipos:

Asegurar el derecho a la teta es responsabilidad colectiva

• garantizar que gobiernos, personal sanitario e industria apliquen el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, para proteger a las madres y bebés de prácticas de comercialización agresivas de la industria de alimentos.

• garantizar que el personal sanitario disponga de los recursos y la información necesarios para apoyar eficazmente la lactancia materna (entre otras, con iniciativas como la de Hospitales Amigos de la Infancia) y que se cumplan las directrices sobre asesoramiento en materia de lactancia.

• garantizar que los empleadores concedan el tiempo y el espacio que se necesita para amamantar, desde licencia de maternidad de mayor duración a salarios adecuados.

“Los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado tienen la oportunidad de realizar inversiones y compromisos inteligentes para hacer frente a la crisis mundial de la malnutrición -incluyendo la protección y la promoción de la lactancia materna y el apoyo a la práctica- por medio de políticas, programas y acciones más contundentes”, añade el documento.

“La OPS/OMS recomienda implementar leyes que garanticen a las trabajadoras tiempo y apoyo para amamantar -advirtió Maureen Birmingham, representante de la OMS en Argentina-. Esto incluye licencia de maternidad remunerada como mínimo de 18 semanas; licencia de paternidad remunerada para fomentar la responsabilidad compartida de los hijos; espacio seguro, privado e higiénico en el lugar de trabajo para amamantar; tiempo, para extraer y guardar la leche, y servicios de guardería infantil asequibles”.

Lactancia y covid-19

“En muchos países, la pandemia provocó interrupciones en los servicios de apoyo a la lactancia materna”, añade el documento, y agrega: “varios países notificaron que los productores de alimentos para bebés han agravado los riesgos al generar temores infundados de que la lactancia materna pueda transmitir la Covid-19, lo que les ha llevado a comercializar sus productos como una alternativa más segura que la lactancia materna”.

“La leche materna es una fuente irremplazable nutricional e inmunológica. Si la mamá está clínicamente bien, no hay razones para contraindicar la lactancia. Lo que debemos hacer es enseñarle cómo minimizar el riesgo de contagio, que -claramente- no viene por la leche sino por las secreciones respiratorias”, aseguró Fabiana García, infectóloga perinatal y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).

Es que las ventajas son muchas: un metaanálisis de 50 estudios permitió a los especialistas afirmar que la presencia del genoma del SARS-CoV-2 en la leche materna es poco común (5% de los caso). “En otros estudios ese porcentaje es aún menor; y por otra parte, que el genoma esté presente no significa, por ejemplo, que los jugos gástricos del bebé no lo destruyan”, resaltó García. En segundo lugar, más de un año y medio de pandemia dejó claro que los recién nacidos, si se infectan, cursan la enfermedad asintomáticos o con síntomas leves, que (destaca la SAP) no contrarrestan los beneficios de la lactancia. Y, en tercer lugar, se observó alta presencia de anticuerpos contra SARS-CoV-2 en la leche del 83% de mujeres que tuvieron covid-19 y amamantan.

Las precauciones para amamantar si se tiene Covid son, en esencia, las mismas que para cuidar al resto de la familia, señaló Quinteros: lavado de manos antes y después de levantar al bebé; mantener ambientes ventilados y tener todo el tiempo correctamente colocado el barbijo, lo que implica -añadió- cambiarlo a diario y su lavado con agua y jabón. “Eso, si no hay mocos; si los hay, hay que cambiarlo (y lavarlo) cada vez que se humedezca”, añadió .

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