Adiós al talle único en el país

Adiós al talle único en el país

Hace dos meses se reglamentó la Ley que establece la aplicación obligatoria en toda la Argentina del Sistema Único Normalizado de Talles de Indumentaria. La situación en Tucumán y los estudios en marcha.

El 10 de junio, el Gobierno Nacional reglamentó la Ley de Talles (N° 27.521), que establece la aplicación obligatoria en todo el país del Sistema Único Normalizado de Talles de Indumentaria (Suniti). Ese régimen abarca la fabricación, la confección, la importación y la comercialización, tanto presencial como virtual, de la ropa que se hace, ofrece y vende en el país; al ser una ley de orden público, no necesita la adhesión de cada provincia.

La reciente reglamentación explicita que toda la ropa destinada a la población a partir de los 12 años deberá respetar los talles que estarán estandarizados según las medidas corporales de la población argentina, surgidas de un estudio antropométrico a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) que se está realizando en todas las regiones del país. Ya no existirán los “talles únicos”. Un talle 40 o Large -según lo determinen en su momento- tendrá las mismas dimensiones en todas las marcas y en todo el territorio.

“Es inentendible que recién ahora tengamos una norma de este tipo, que es excepcional. Nos venimos manejando con los talles en función de marcas y medidas de otros países. Entonces, cuando pedís un talle en un local tiene una dimensión y en otro, otra distinta. No hay uniformidad. Esta Ley viene a traer por primera nuestro sistema propio de talles de acuerdo a los cuerpos de los argentinos”, sostuvo Raúl Pellegrini, legislador tucumano por Partido por la Justicia Social.

“Hay cuestiones que el Estado debe regular para que todos estemos contenidos. Hoy en día eso no sucede, porque no hay igualdad de oportunidades para quienes van a buscar ropa”, agregó Pellegrini.

Es un avance notable, aunque siempre hay un pero. Según explicaron desde el Gobierno nacional, “esta ley y su reglamentación no regula aspectos vinculados con la oferta”. “Es decir, que, por ejemplo, la obligación de respetar las medidas del Suniti no implica que una empresa o comercio deba tener disponibilidad y oferta de todos los talles disponibles”, se aclaró.

“Este estudio viene a saldar la deuda con todas esas personas que no consiguen ropa. Hay una encuesta que dice que el 65% de las personas -mujeres especialmente- no consiguen talles de acuerdo a su cuerpo. Esto genera un efecto negativo que deriva en múltiples problemáticas, porque es muy excluyente. La primera herramienta para revertir eso será hacer la Ley de Talles efectiva”, resaltó Rubén Geneyro, presidente del INTI, en diálogo con LA GACETA desde el Chaco.

Para conocer nuestros cuerpos

El registro del Estudio Antropométrico Nacional Argentino (EAAr) se realiza actualmente en La Plata y fue retomado luego de la pandemia. Tiene por objetivo definir la forma y las dimensiones actuales y propias de los cuerpos que conforman la población de la Argentina y construirá la base para la definición del Suniti; de esta forma, se podrá alcanzar una mejor comprensión acerca de los tamaños y estructuras corporales humanas en el país.

El INTI ya había comenzado con este trabajo en 2014 y había relevado aproximadamente el 60% de la población argentina con tecnología de escaneo corporal 3D. “Este tipo de estudios se hace en 60 países siguiendo una norma internacional basada en estadísticas. En América se realiza en México y ahora en nuestro país. El decreto reglamentario de junio nos impone la obligación de hacerlo cada 10 años para tener una retroalimentación y, a lo mejor, una reformulación de la tabla de talles”, dijo Karina Bisciotti, ingeniera en materiales y subgerente de servicios sectoriales del INTI.

Hace poco más de dos años, en julio de 2019, los tucumanos que se anotaron como voluntarios del estudio antropométrico tuvieron oportunidad de pasar por un escáner que, con 16 cámaras infrarrojas, tomó 400 medidas del cuerpo humano local. Todas ellas van conformando la base de datos de las cuales saldrán los promedios de las mujeres y hombres en nuestro país, siempre teniendo como punto de partida los 12 años.

La normalización de los talles se llevará a cabo a partir de ese estudio. “Como mínimo se escanean unas 3.000 personas por región. En nuestra provincia se tomarán las medidas a unos 1.000 voluntarios en total. Los participantes pueden ser de cualquier sexo, sin límite de edad”, explicaron en su momento los responsables a LA GACETA.

Una vez finalizado el estudio antropométrico, en aproximadamente ocho meses, se conformará el Consejo Técnico Consultivo del Suniti, presidido por quien sea entonces el Director Nacional de Defensa del Consumidor y Arbitraje en Consumo, de la Secretaría de Comercio Interior, y compuesto por representantes de las cámaras sectoriales, de la sociedad civil, de las asociaciones de consumidores, del Consejo Federal de Consumo, de docentes de las Universidades Nacionales de las carreras de Diseño de Indumentaria y Diseño Textil, del Ministerio de Salud, del Instituto Nacional contra la Discriminación y del INTI. Este organismo tendrá como función elaborar informes a pedido de la autoridad de aplicación sobre cuestiones referentes a la implementación y difusión del sistema de talles. El decreto instituyó a la Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación como autoridad de aplicación de dicha legislación.

“El estudio ayudará a las marcas a producir en base a una demanda real y también la información que surja podrá ser utilizada en el diseño industrial porque se conocerán las formas de los cuerpos argentinos con datos ergonómicos y en cuestiones relacionadas con la salud porque se conocerá una muestra de las alturas, peso e índice de masa corporal promedios. Tiene múltiples usos”, aseguró Bisciotti.

“El voluntario llega a realizarse el estudio luego de haber sacado un turno. Se le hace un breve cuestionario en donde se le consulta si hace deportes o si tiene problemas para conseguir ropa, se lo pesa y se le mide la altura. Luego ingresa solo y en ropa interior, en un recinto en donde las cámaras toman sus medidas y se realiza el escáner corporal que dura 15 segundos. La persona que opera el escáner no ve a quién se le está tomando las medidas. Cuidamos mucho la privacidad y los protocolos por la covid-19”, describió Bisciotti.

Un problema social y cultural

Lourdes Álvarez Farhat (licenciada en Diseño Textil y docente en la Universidad de San Pablo-T) reivindica esta iniciativa. “Una Ley de Talles nos aporta ideología e identidad. Vamos a conocer cómo somos, cuánto medimos y también el espacio que necesitamos para movernos dentro y fuera de la ropa. Como consumidores, nos llevará a evitar situaciones incómodas en un local de ropa y permitirá que cuando se pida un talle de ropa sea real e igual en todos los negocios. Seguramente va a pasar que no te que guste cómo te queda algo, pero se deben aplicar las medidas y habrá más respeto por parte de la marca, que es algo necesario”, sostuvo.

“Si esta ley se cumple como debe ser, la experiencia de marca también se beneficiará. Vas a entender que el problema no eras vos, sino que era un problema social o cultural y vamos a poder avanzar”, concluyó.

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