Cartas de lectores: afinidad literaria

Cartas de lectores: afinidad literaria

Cartas de lectores: afinidad literaria
31 Julio 2021

El universo de las letras en comunión con su concepción idílica, romántica, ficcional y filosófica de la existencia y los acontecimientos, cuyo arte con su profunda y exquisita visión y perspectiva, puede ayudar a interpretar y entender la realidad, pero a pesar de tantas cualidades no la modifica. El mundo literario al construir una obra, una narración, un relato, siente que la vida se refleja en el arte y este en la vida; gran parte de la que hay en su creación es comparable a lo que ocurre en la naturaleza humana. El convencimiento de que el mundo no cambia a pesar de excelentes libros, es la reflexión que desvelaba al escritor argentino Andrés Rivera (1928-2016), no obstante, su incredulidad y escepticismo, ello no mellaba su fuerza y vigor para plasmar su utópico pensamiento en la escritura. Algo semejante pensaba el escritor mexicano Benito Taibo, 1960, apostando con unción a la lectura (LA GACETA Literaria 16/05/19), afirmando que un libro no puede cambiar al mundo, pero puede cambiar al niño, a la mujer, al hombre que puede cambiar al mundo. Si la literatura es sólo literatura, en el sentido que no es trascendente, si no es capaz de repercutir sobre la realidad, entonces no es literatura, sentencia el escritor español Javier Cercas (1962). En esta sucesión de semblanzas, la presencia de un excelente narrador como Tom Wolfe (1930-2018), es inevitable, diagnosticando la sociedad de su época y exhibiendo en cada presentación su evidente vanidad, que le sirvió tal vez, para construir la realidad presuntuosa y arrogante de los banqueros de Wall Street en su famosa novela “La  hoguera de las vanidades”. En un compendio de las pasiones humanas, aparece la gigantesca y monumental descripción de los distintos caracteres, por parte de Shakespeare, convocando a todos los héroes y personajes de sus obras cumbre: allí estaban Julieta, enferma de amor; Otelo  de celos; Calibán, de odio; Hamlet, de duda; Falstaff, de concupiscencia; Shylock, enfermo de avaricia; Macbeth de envidia, todos desfilan bajo el signo de sus distintas enfermedades. Las olas golpean impetuosas las rocas, otras veces llegan armoniosas, acariciando suavemente los duros peñascos hasta conocerse, es decir, la poesía y la prosa. La literatura es ese arte bello de la expresión que por medio de las palabras nos revela poco a poco un nuevo mundo, diferente del que conocemos.

Alfonso Giacobbe

24 de Septiembre 290

San Miguel de Tucumán

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