Cartas de lectores II: El robo del asado

Cartas de lectores II: El robo del asado

30 Julio 2021

El hecho acontecido en Tucumán hace unos días, en el cual un joven pobre robó un trozo de carne que se estaba asando, es gravísimo. La gente lo tomó para la risa y obviamente también para la burla a los damnificados. Un hecho de estas características nos perjudica a todos, aunque no seamos protagonistas. Porque nos avisa que la pobreza no duerme, que es inquieta, que no mide las consecuencias en las que sumerge al pobre, y que nos refriega la cara achacándonos ser parte de ella. Busca nuestra vergüenza, pero sólo encuentra risas y chisporroteos de comicidad. Pone en evidencia nuestra falta de sentido común y de comunidad, entendida esta última como común-unidad. Si algo está de más en este suceso, es la risa. Y si algo brilla como una estrella, es nuestra falta de caridad con nuestros semejantes. El chico que se llevó la carne quemándose las manos, es sólo el reflejo de una pobreza que arde cada vez más en nuestra bendita tierra. La escandalosa falta de compromiso con los demás con la que vivimos, me trae a la memoria el relato que leí una vez en el libro de humor, titulado “Haciendo jueguitos” (Ed.2015). El mismo decía: “Horas después de que un temblor sacudiera la tierra antes de las 5 de la mañana, un hombre le dijo a su asustada esposa que (por rezar) no dormía: ‘querida, creo que será mejor que le reces un poquito cada día a tu santo favorito, a que esperes que tiemble la tierra para recién rezarles a todos los santos juntos, sin descansar un minuto. Ella, rápida de reflejos, le contestó: ‘que recemos, querrás decir, querido; porque cuando la tierra tiembla, tiembla para todos, no para mí sola”.

Daniel E. Chavez

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