“La ecuación no cierra; sólo pocas PyME sobreviven”

Un empresario gastronómica cuenta porqué debió cerrar su negocio. Las restricciones sanitarias golpearon más al rubro Servicios.

“La ecuación no cierra; sólo pocas PyME sobreviven”

“Nos dolió en el alma tomar esta decisión. No quedaba otra alternativa. La ecuación no cierra; algunas PyME pueden sobrevivir; otras, no”. Rubén Roldán tuvo que comunicar a clientes y amigos que su restaurante, La Criolla Restoarte, debía bajar las persianas tras poco más de dos décadas de actividad.

“Razones de fuerza mayor y ajenas a nuestra voluntad, nos obligan a que cerremos definitivamente las puertas”, comunicó por WhatsApp a su clientela. Al gerente del negocio, que estaba instalado en la céntrica calle Laprida al 100, se le venció el contrato de alquiler, pero Roldán comentó que venían piloteando la situación con serias dificultades por un cóctel de inflación, mayor carga impositiva y las restricciones para sostener los costos fijos, debido a la pandemia de la Covid-19. “A cualquier empresario le causa angustia llegar a fines de mes y hacer piruetas, por ejemplo, para pagar los sueldos del personal, por mencionar uno de los costos fijos”, indicó el empresario a LA GACETA.

Su restaurante es uno de las más de 500 pequeñas y medianas empresas (PyME) que en el último año han quedado en el camino en medio de la pandemia. Durante el año pasado, más de 20.000 empresas cerraron sus puertas, según los números de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). De esta forma, la plaza total se redujo 4,2% y volvió a los niveles de 2008, indica un reporte de Ecolatina. En los últimos años, se observaron tres etapas bien diferenciadas en esta variable:

• Entre 2003 y 2011, la cantidad de empresas del sector privado formal saltó 60%, ayudada principalmente por una economía pujante.

• Entre 2012 y 2018, el estancamiento del PBI tuvo en su correlato en la cantidad de firmas, que permaneció sin variación.

• Finalmente, entre 2018 y 2019 cerraron cerca de 18.000 empresas netas (-3,9%).

La radiografía de las razones sociales es, como podría esperarse, tan amplia como dispar, apunta la consultora. Excluyendo del análisis a las unipersonales (asociadas al cuentapropismo), más de la mitad del total emplea a menos de 25 trabajadores formales. Sin embargo, estas empresas explican menos de uno de cada tres empleos. A la vez, estas firmas pagan salarios un 35% más bajos que la media, que se encuentra “inflada” por las empresas grandes que remuneran mejor, sostiene el reporte al que accedió LA GACETA. En el otro extremo, casi uno de cuatro trabajadores lo hace en firmas de más de 500 personas, quienes cobran un salario 50% por encima del promedio. Así, estas disparidades también se reflejan en la masa salarial: en marzo, las pequeñas empresas concentraron menos de un quinto de esta, mientras que las grandes explicaron casi el 40%.

Asimismo, en marzo pasado, casi un año después del piso del nivel de actividad, las empresas netas no volvieron a crecer de manera significativa; por el contrario, su número sigue estancado en torno a 520.000. De esta forma, el saldo de la pandemia está siendo la pérdida de casi 20.000 unidades productivas (-4%), junto con la destrucción de 100.000 puestos formales de trabajo (-1,6%). El segmento más afectado son las proveedoras de servicios: el 95% de las firmas que cerraron pertenecían a este rubro, representando una caída de 5%. Más de la mitad de los cierres se concentró en empresas de comercio (-4,1%), transporte (-8,1%) y gastronomía y hotelería (-13,8%), casualmente, los rubros más golpeados por las restricciones, apunta Ecolatina.

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