Cómo saber lo que estamos comiendo

Cómo saber lo que estamos comiendo

Leer las etiquetas de los productos es un desafío. Aquí, algunas advertencias y consejos para lograr una alimentación consciente.

VALOR NUTRICIONAL. Las etiquetas expresan datos de los alimentos como la información calórica. VALOR NUTRICIONAL. Las etiquetas expresan datos de los alimentos como la información calórica.

Información y accesibilidad. Esas son las claves para entender qué consumimos y en qué cantidad. Ante un mercado de alimentos que intenta seducirnos con la palabra Light, el color verde y la conjunción “Rico y sano”, se hace cada vez más necesario convertirnos en consumidores inteligentes, capaces de elegir y de no caer en las trampas de las publicidades engañosas. Pero eso no depende solo de nosotros.

El proyecto de Ley de Promoción de Alimentación Saludable -más conocido como de etiquetado frontal de alimentos-, adquiere cada vez más fuerza. Luego de obtener media sanción en el Senado, en octubre de 2020 (con 64 votos a favor y tres disidencias), esta semana, un plenario de comisiones de Diputados dio dictamen a la iniciativa y será tratada en el recinto en agosto.

La propuesta legislativa es la síntesis de 15 documentos presentados por distintos espacios políticos y busca colocar en la parte frontal de los productos alimenticios etiquetas negras en forma de octógonos, de modo tal que adviertan sobre excesos en componentes como sodio, azúcares, grasas totales y calorías. La intención es facilitar el acceso a información clara a los consumidores, promover buenos hábitos, la educación nutricional y regular la publicidad.

Las presentaciones de los productos que compramos en el supermercado están diseñadas de forma minuciosa para influir en nuestras preferencias y los mensajes de salud que transmiten, no siempre, se condicen con el valor nutricional real de los alimentos. Es por eso que debemos prestar particular atención, pero ¿cómo hacerlo? En diálogo con LA GACETA, especialistas en nutrición brindaron recomendaciones sobre cómo leer la información de los alimentos y explicaron las innovaciones que propone el proyecto de Ley.

“Lo importante es que este proyecto se apruebe tal cual fue llevado al Congreso dado que fue elaborado considerando el perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es decir que responde a rotulados que ya fueron probados en otros países, en particular de Latinoamérica”, considera la licenciada en nutrición (UBA), Lourdes Sosa.

“Con esta ley, el consumidor, al ver los nutrientes al frente del rótulo del alimento, podrá detectar más rápido su composición y así estar más informado sobre lo que está comprando. Esto va a evitar, de alguna forma, que la publicidad influya de manera negativa. Muchas veces nos muestran una cosa, pero cuando vamos al alimento y lo leemos vemos que tiene una composición muy distinta”, señala la licenciada en nutrición y magíster en Investigación en Ciencias de la Salud, Eliana Rodríguez.

En relación a los colores se prestan las principales confusiones. “El paciente diabético compra un alimento que tiene el color verde creyendo que es Light, pero cuando lee en detalle ve que contiene azúcar. Entonces es bajo en calorías, pero no libre de azúcares”, grafica.

Recomendaciones

Es muy importante poner en foco no solo en la cantidad de calorías que el alimento tiene, sino también en el listado de los ingredientes. “El que se encuentra primero es el que está presente en mayor cantidad, después le siguen otros nombres, bastante difíciles de leer, que tienen que ver con los conservantes”, explica Rodríguez.

En esta línea, la profesional alerta que las largas listas de ingredientes son una luz roja: si un alimento la tiene, es preferible no consumirlo, es decir, cuanto menos, mejor. “Cuando no entendamos el nombre de los ingredientes, debemos buscar alimentos que tengan pocos: no más de cuatro o cinco. Si hay más es porque tienen muchos conservantes y aditivos”, indica. Y advierte que un alimento puede ser bajo en calorías, pero que, si su ingrediente principal no aporta nutrientes, no servirá la cantidad de calorías en sí.

Qué es cada cosa

Sosa explica que en el rótulo nutricional, debemos discriminar tres componentes: el tamaño de la porción, las cantidades de porción por envase y determinar el porcentaje de valor diario, que permite conocer los nutrientes que hay en una porción de ese alimento. “Ese porcentaje nos va a ayudar a distinguir si un alimento es bajo en algún nutriente -cuando tiene menos del 5 %- o alto-más del 20 %-, y también conocer los nutrientes que son los ingredientes que posee un alimento para generar calidad nutricional.

“Con esto podemos saber cuáles ingredientes dan calidad nutricional a nuestro alimento -como calcio, fibras vitaminas y minerales- y cuáles no -grasas saturadas, colesterol y azúcares-”, describe.

“La porción puede estar expresada en gramos, pero al lado en medidas caseras, por ejemplo: galletas, una porción (cuatro galletas). Es decir que si se desea comer ocho galletas, habrá que tener en cuenta dos veces la cantidad de calorías, grasas y otros nutrientes que aparecen en la lista de la etiqueta según esté expresada por porción o cada 100 gramos”, añade la licenciada en nutrición Karina Gayá.

En la lista encabeza la información calórica, está expresada en el número de calorías en una porción, “por lo que se tiene que ajustar el número de calorías por las porciones que vas a consumir”. A continuación, se detallan los macronutrientes y, el total de carbohidratos, aparece en letra negrita para que se destaque y se mide en gramos. “En ese total se conforma el azúcar, el almidón y la fibra vegetal. El azúcar se discrimina por separado”, indica.

Gayá sostiene que la cantidad de proteína que se exprese en la información nutricional será de gran importancia para saber si un alimento es hiperproteico o hipoproteico, “para esto se debe tener en cuenta que la recomendación diaria promedio de este nutriente es de un gramo por cada kilogramo de peso al día”, concluye.

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