
ESPACIO Y SILENCIO. La Villa Olímpica se abrió hace dos días, sin ceremonias de bienvenida ni medios de prensa. La estancia de las delegaciones será bajo numerosas restricciones a lo largo del evento.

Desde su origen en la antigua Grecia, los Juegos Olímpicos se desarrollaron en un ambiente festivo, primero como consagración religiosa al dios Zeus y espacio de cese de hostilidades entre las ciudades, y ya en la era moderna, como eventos deportivos de alcance global y transversalidad económica. Sin embargo, la pandemia está haciendo de los Juegos de Tokio una pesadilla logística, que se sostiene sólo por los compromisos asumidos con los patrocinadores y la preparación de los deportistas. La decisión de cerrar las puertas hasta para los espectadores japoneses, motivada por el aumento de casos de coronavirus en el país en los últimos días, terminó por conferirle a esta edición postergada y cuestionada un aura distópica más propia de los Juegos del Hambre que de los Juegos Olímpicos.
Esa sensación se percibió con fuerza en la apertura de la Villa Olímpica, hace dos días. Los organizadores resolvieron endurecer algunas medidas luego de que Japón registrara su mayor número de contagios en los últimos seis meses, por lo que la llegada de las primeras delegaciones transcurrió en un clima casi fantasmal, sin ceremonias de bienvenida ni presencia de medios.
Se prevé que las instalaciones alojen a más de 15.000 competidores a lo largo de los Juegos, y todos deberán seguir procedimientos inéditos y muy específicos para evitar los contagios (ver aparte).
Dado que menos del 20% de la población del país está vacunada, el gobierno japonés pidió a la organización extremar la seguridad. Y eso se tradujo en un protocolo muy estricto, que pondrá a prueba la eficiencia del sistema y la paciencia de los atletas. Las medidas comienzan incluso antes de llegar al país del Sol Naciente: en los días previos al viaje, los participantes deben descargar una aplicación en el celular, en la que deberán registrar sus datos físicos a fin de elaborar un historial médico. Además, se pide reducir al máximo el contacto con otras personas en los días previos a abordar, y contar con un hisopado negativo dentro de las 72 horas previas al vuelo. La vacuna, en cambio, no es obligatoria, aunque sí recomendable.
Y eso es sólo el principio.
Controles y más controles
Lo denso empieza una vez se pone un pie en el aeropuerto, sea Narita o Haneda. Además de presentar el comprobante de test negativo, los atletas de algunos países listados deben hacerse un nuevo hisopado ahí mismo. Si alguien arroja resultado positivo, se le denegará el acceso y se lo derivará a un centro de aislamiento, junto a aquellos con quienes haya estado en contacto. Estos serán evaluados posteriormente para determinar si se les permite entrar o no a Tokio. “La llegada al aeropuerto fue muy complicada, sumamente exhaustiva, hay que llenar una aplicación que luego deberás llenar todos los días para decir si te sentís bien. Todo el trámite en el aeropuerto duró cuatro horas, porque te hacen un control, de un control, de otro control...”, testificó el regatista Santiago Lange, en el inicio de su séptima cita olímpica.
Los que puedan ingresar, deben salir inmediatamente del aeropuerto. Nada de free shop ni souvenirs. Tampoco se alienta el turismo: los deportistas deben evitar centros comerciales, restaurantes, transporte público y actividades fuera de la Villa Olímpica o de los establecimientos donde se concentren hasta la apertura de aquella. De hecho, entre las medidas de seguridad está la de llegar con la mínima antelación posible a la Villa antes de competir y dejarla como máximo dos días después de participar.
Durante su estancia en Japón, los miembros de las delegaciones deberán someterse a controles diarios apenas se despiertan por la mañana, y tomar precauciones como llevar barbijo en todo momento (salvo entrenamientos y competencias) y evitar saludos o celebraciones que impliquen contacto físico. “Evite gritar, vitorear y cantar. Encuentre otra forma de mostrar apoyo o celebrar durante la competición, como aplaudir”, apunta la guía para los deportistas publicada por la organización. De sexo, ni hablemos.
Si se detectara un positivo, se lo aislará y se evaluará a todas las personas con las que haya tenido contacto.







