

A mis hijos varones les pedí ayuda para recordar los reglamentos y forma de jugar, para nosotros, las bolillas, para otros, las bolitas o canicas. LA GACETA nos preguntó: ¿Qué hacer con los chicos? Alta inquietud de padres con niños en edad escolar, hartos ya de clases virtuales, tele y celular y encima de vacaciones. No lo piensen más, volvamos a los sanos antiguos juegos infantiles. Los invito a jugar a las bolillas, el boom del momento. “Canchita” de tierra bien alisada, “Tarro” o bolsillo lleno de bolillas. ¿A qué jugamos? Al “Hoyito” (pequeño orificio en la tierra, gana el que emboca primero: al “Ojito primero” (se hace un círculo, gana el que acierta a la parada, largando la tera desde la altura del ojo); o a la “Parada”, por más de dos bolillas, “moro a moro” o en pareja (padres no juegan), se hace un triángulo en la tierra y a tres metros, la línea, se acuerda el reglamento que dice: no vale jugar con acero o moneda. Sí con tera, terón, piedrina, poliana, japonesa, huesinano y lecherita. No puede irse si va ganando o devuelve todo. No saque estorbo ni hurta. Vale tirar rodillita, colgadita, con efecto, coladita y tinqueadita. No puede cambiar bolillón mateado ni partido ni pedir “me vuelva” o “medila”. Al que haga “quilita”, capotón furioso . Si quema la tera, recibirá un “gosisiga”, hasta que la erre. Alto todo invento. Saque y sepa o jugamos al vale todo. ¿Empezamos? “Tirúltima” (tiro última). Este entretenido juego tiene más reglamentos que la Constitución; así y todo se empezó a desvirtuar cuando los mayores empezaron a jugar y apostar dinero; por lo demás, es un sano esparcimiento en el que participa toda la familia. Ciertamente es auténtica cultura popular, cultura bolillera.
Francisco Amable Díaz
franciscoamablediaz@gmail.com







