En 1988, la banda de hard rock Guns N' Roses presentaba su disco Lies (GN'R Lies) que vendió más de 16 millones de copias en todo el mundo. El sexto tema del disco se denominó Used to Love Her (Solía amarla en español) y dice en su letra: “I used to love her but I had to kill her/ I had to put her six feet under/And I can still hear her complain”. (Solía amarla pero tuve que matarla / tuve que ponerla seis pies debajo / Y todavía puedo escucharla quejarse)
Mucho antes, en 1967, Jimmy Hendrix preguntaba en la canción Hey Joe del álbum Are You Experienced: “Hey Joe, I said, where you goin' with that gun in your hand? Oh/I'm goin' down to shoot my old lady/You know I caught her messin' 'round with another man, yeah”. (“Oye Joe, dije, ¿adónde vas con esa pistola en la mano? Oh / Voy a dispararle a mi mujer/ Sabes que la pillé jugando con otro hombre, sí")
Más cerca de nuestra cultura latina y a los tiempos que corren, en 1994, la banda mexicana Café Tacvba conquistó al mercado latino con su canción movida y pegadiza, La Ingrata: “¡Ingrata!/Aunque quieras tú dejarme/Los recuerdos de esos días/De las noches tan oscuras/Tú jamás podrás borrarte/Por eso ahora tendré que obsequiarte/Un par de balazos/Pa' que te duela/Y aunque estoy triste por ya no tenerte/Voy a estar contigo en tu funeral”, finalizaba la canción.
¿Recuerdan algunos de estos temas? Por aquel entonces, la música “que se escuchaba” era la misma en todos lados porque copaban los pocos espacios de difusión que existían como la radio y la TV y se repetían incansablemente en los boliches. Si bien estas formas de difusión continúan existiendo las plataformas musicales se multiplican hoy (Spotify, YouTube Music, Deezer, entre otras) y cada usuario puede consumir la música que desee.
Pero volviendo a esos “clásicos”, ¿cuántas veces los habremos cantado sin reflexionar sobre lo que decían? Estas canciones, son solo tres ejemplos, de las cientos que hemos escuchado – y arengado-. Desde Cacho Castaña con “Si la agarro con otro la mato”, hasta Los Tekis con “Soltame carnaval”, la lista de temas en donde se describe y avala la violencia machista es larga. Hoy la causa es más noble y grande que un popular grupo de música.
Actualmente la música continúa reflejando estos estereotipos machistas y sexistas – con el ritmo del reggetaon y del trap como principales aliados- aunque pequeños cambios comienzan a surgir en cantantes como Cazzu, por mencionar un ejemplo.
Las canciones que recordamos en esta columna, por supuesto, no pueden ser analizadas desde el contexto actual y mientras existe el reclamo de toda la sociedad sobre el cese de la violencia machista y, especialmente, los femicidios. Pero elegimos mencionarlas por lo brutal de sus letras.
Siguiendo estos nuevos aires, en 2019, Café Tacvba decidió editar la letra de su canción La Ingrata. La nueva versión se presentó en un recital en vivo, pre pandemia delante de 60.000 personas en Ciudad de México. Rubén Albarrán, líder de la banda ya había explicado que la letra original del tema que hablaba sobre el maltrato y justificaba un femicidio había sido inspirada en los corridos norteños, esas canciones populares mexicanas dedicadas entre carteles de droga. Ese día y junto a la artista colombiana Andrea Echeverri de Aterciopelados cantaron La Ingrata con una versión actualizada: “Ingrato/No me importa si me quieres/Vale madre si me dejas. Vengo a romper tu espada, a mandarte a la chingada. Ingrato. Porque soy independiente, porque no te necesito, no soy tu media costilla/Es respeto lo que exijo/Ingrato/ Como madre yo reclamo, ni una más es lo que pido, ningún macho abusivo violará a una chava/ Que la violencia se desaparezca. La tolerancia sea la bandera/y no me importa si lloro un poquito/porque ese poquito será por tu amor”, cantaron juntos en un claro mensaje para detener la violencia en contra de las mujeres.
“Mucha gente dirá que es solo un tema -reflexionó el líder de Café Tacvba en su pedido de disculpas, menciona el diario Infobae-, pero las canciones son la cultura, y esa cultura (el sometimiento del cual habla “Ingrata”) es la que hace que ciertas personas se sientan con el poder de agredir, de hacer daño, de lo que sea”.
Porque la música tiene un poder inigualable: puede ayudar a romper prejuicios, enseñar valores y mostrar la diversidad que existe. Es arte, poesía. Moviliza y también genera incomodidad. Por eso, lo mejor es deconstruirnos en esto también: cuestionar, dejar que nos intime para buscar respuestas superadoras.








