Reacción electoral

Los tiempos electorales han entrado en un tobogán en Tucumán. El cronograma fijado para las elecciones nacionales de medio término marca que en 10 días vence el plazo para pedir el reconocimiento de alianzas y frentes para participar de los comicios. Tras cuatro meses de especulaciones, el quiebre del oficialismo provincial entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador Osvaldo Jaldo se pondría el cartel de definitivo y las diferencias se medirían directamente en las urnas. Si bien la posibilidad estaba latente, plantea un nuevo escenario político no sólo para la fuerza que viene ganando los últimos procesos electorales, sino también para la oposición.

Por separado

El runrún surgido del Ejecutivo sobre los candidatos a senadores y diputados que pretendería impulsar la Casa de Gobierno y la no inclusión de representantes del jaldismo generó la definición que se esperaba desde que se produjo la pelea Manzur-Jaldo. La reacción se dio en parte del Partido Justicialista (PJ). Los 41 (de 100) congresales que responden al vicegobernador se reunieron y formaron un bloque propio llamado “Peronismo Verdadero”. Si bien en los distintos Congresos siempre hubo divisiones, los involucrados no recordaron antecedentes de que llegaran a formalizar un bando de esta manera. En un documento, manifestaron que buscan la unidad para fortalecer y propiciar la continuidad del Gobierno nacional, pero a la vez autorizaron “de ser necesario” a formar una alianza electoral. En el jaldismo dan por hecho de que efectivamente será necesario porque les quedó en claro que no podrán formar parte de la oferta electoral oficial y tampoco les conforman los nombres que trascendieron.

La intención que tenían era lograr una tregua y trabajar por la lista del Ejecutivo a cambio de la postulación de la diputada Gladys Medina, cuyo mandato vence este año. Con esa chance sepultada, consideran que el espacio cuenta con qué enfrentar al manzurismo. En la enumeración, sus referentes incluyen a un vicegobernador; a 40% del Congreso y 9 de 20 consejeros del PJ; una diputada nacional; dos intendentes de municipios grandes; 70 concejales; 20 legisladores y alrededor de 40 comisionados comunales. Hay un aspecto clave que advierten los dirigentes: toda la línea sucesoria tras el gobernador responde a ese espacio. Además de Jaldo, está el resto de las autoridades de la Cámara (Regino Amado y Antonio Ruiz Olivares).

La posibilidad de dirimir las diferencias en una interna no es una opción. Trascendió que voceros del sector ya entablaron conversaciones con diferentes partidos vinculados al Gobierno nacional para avanzar en un armado. Además, Jaldo avisó, en la reunión de congresales, que si eventualmente tiene que ser candidato, lo será.

Mientras, en la Legislatura comenzaron los interrogantes y en los pasillos del jaldismo dejaron entrever que se pueden adelantar algunas decisiones. Las versiones indican que se reflotará el análisis del informe que el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, brindó durante su interpelación. Otro asunto que se retomaría sería el de las comisiones. Es probable que se desplace a dos manzuristas de las presidencias de dos de ellas: Gerónimo Vargas Aignasse de Seguridad y Sandra Mendoza, de Peticiones y Acuerdos.

Adelantaron que Jaldo seguirá cumpliendo con una agenda intensa en el interior y la capital, con una multiplicidad de actividades como en las últimas semanas.

¿Cómo tomaron en el manzurismo lo sucedido? No hubo sorpresa. En el Ejecutivo consideran que se “blanqueó” que el jaldismo “es oposición”. Marcaron la dualidad de pedir espacios para candidatos y, al tiempo, actuar como disidentes. En el entorno del gobernador afirmaron que esperan nuevas acciones por parte de sus contendientes y aseguran que no responderán agresiones. Aseguraron que la intención es mantenerse enfocados en la gestión y sacar partido de las visitas nacionales que se esperan para los próximos días.

Expresaron que las listas de candidatos aún no están definidas y que tienen que ser consensuadas con la Nación. Hasta que eso suceda, ya analizan cómo se conformará el frente que competirá en las PASO. La meta es sumar a la mayor cantidad de fuerzas posibles. Están convencidos de que los “legislativos” apuestan a romper el peronismo y a perjudicar a las nóminas del manzurismo en los comicios.

En las últimas horas, el gobernador estuvo en Buenos Aires y mantuvo un nuevo encuentro con el Presidente. Según habría comentado el mandatario provincial a algunos colaboradores, la intención de Alberto Fernández sería venir a Tucumán para el 9 de Julio. En la Casa de Gobierno aún no hay precisiones al respecto, pero venga o no preparan actos oficiales austeros y sin público por la pandemia.

¿Qué dejó la alusión de Cristina a la causa Qunita? Si bien los cercanos al mandatario reconocieron que en un primer momento hubo inquietud, no creen que haya sido un mensaje político negativo contundente. En el jaldismo la interpretación fue contraria.

Hay sectores del kirchnerismo nacional que advierten que podría haber sido un “tirón de orejas” al gobernador, que es un dirigente que no solía contar con la simpatía de la titular del Senado. Hacen hincapié en que nada de lo que dice o hace ella es casual. En distintos sectores K hubo dos lecturas. Por un lado, algunos afirman que a Cristina le molestó que se hayan deslizado nombres de postulantes que aún no tendrían el OK final de la Nación. Recordaron un episodio similar que involucra a la ex presidenta y al ex gobernador, José Alperovich. En el último acto de 9 de Julio que compartieron, en 2015, ella “retó” al entonces titular del Ejecutivo. “Siento orgulloso de haber cumplido con mi deber”, había dicho Alperovich al cierre de su discurso en el Hipódromo. La entonces jefa del Poder Ejecutivo había reprochado sorpresivamente: “Yo, la verdad, José, no me siento con el deber cumplido. Será porque cuando uno es militante, nunca estás conforme, hermano; sino dedicate a otra cosa”. Aquel enojo de Cristina tenía que ver también con posibles candidatos. No habían logrado un buen acuerdo por los candidatos a senadores, porque en los lugares “salibles” quedaron Alperovich y Beatriz Mirkin y no quienes se sugería. Por el otro lado, hay quienes creen que a Fernández de Kirchner le molestaría una supuesta “sobreactuación” de Manzur sobre el vínculo que mantiene con ella luego de que se conociera que se reunieron en al menos dos oportunidades.

Al margen de las especulaciones, el momento ya quedó en el olvido para el manzurismo. Los allegados del mandatario están expectantes por los coletazos que podrían tener los nuevos episodios de la interna local.

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