Multiorgasmos: los hombres también pueden

Multiorgasmos: los hombres también pueden

Es viable sentir un orgasmo sin eyacular y viceversa. Claves para alcanzar el placer masculino y repensar nuestro cuerpo.

POSIBILIDADES. El sexo tántrico nos invita a aletargar la eyaculación para vivenciar orgasmos más nítidos. POSIBILIDADES. El sexo tántrico nos invita a aletargar la eyaculación para vivenciar orgasmos más nítidos.

Sencillos, lineales y predecibles... El chiste sería “ojalá así fueran los hombres” pero, en honor a la verdad, todos somos seres únicos y complejos. La misma norma corre para los orgasmos.

En la configuración de nuestra sexualidad, el clímax masculino tiene sus propios mitos e ideas preconcebidas. Para empezar a resetearnos, acá va un punto esencial: al tener sexo (en el momento culmine) no siempre aparece “el combo”.

“Si bien es frecuente que al llegar al orgasmo el hombre eyacule, no es necesario que ambos procesos ocurran al mismo tiempo o vayan de la mano. Podemos sentir la cima del placer sin expulsar semen”, afirma el urólogo Marcos Cornello.

Por obvias referencias esto se llama orgasmo seco y hay varias razones que lo provocan. “En el marco de lo accidental su causa central es un agotamiento de reservas después de varios rounds eróticos. Al 'acabar' el hombre pasa por un período refractario de recuperación. Entre los jóvenes estos tiempos son menores y tranquilamente ellos pueden volver a presentar erecciones y orgasmos antes de acumular suficiente semen nuevo”, explica.

Otros motivos van asociados a las cirugías de próstata y de extracción de vejiga o al consumo de ciertos fármacos para tratar la presión arterial alta. Además, los orgasmos secos aparecen en pacientes con diabetes, esclerosis, problemas en la espina dorsal o insuficiencia de testosterona (hipogonadismo).

El lado B de este análisis es también entender que la erección y la eyaculación son viables desde la respuesta física sin sentir un mínimo de satisfacción.

“Hay muchísimos hombres que mantienen una vida sexual activa sin llegar a disfrutar nunca un orgasmo porque los educaron en ambientes donde el sexo era algo meramente mecánico o reproductivo o les cuesta abrirse a sus emociones y dejar de lado las expectativas socioculturales”, reflexiona el terapeuta de parejas.

Multiorgasmos

Lo interesante ocurre cuando logramos controlar la eyaculación por cuenta propia. ¿Te imaginás pausar “la descarga” para sentir el triple de placer? ¿Es posible? El Tantra sugiere que sí y hasta nos enseña técnicas para conseguirlo.

El precepto es que la mente y nuestros pensamientos son capaces de domar los reflejos instintivos del cuerpo. “Sin ser demasiado rebuscados, la eyaculación es producto de una serie de contracciones musculares y espasmos. Por eso, esta práctica milenaria afirma que el proceso puede aletargarse con determinados ejercicios de respiración y relajación”, comenta la sexóloga Maira Lencina.

Al conseguirlo, una puerta (algo secreta) se abre frente a nuestros ojos: los multiorgasmos. “Por lo general, el pene pierde su erección luego de eyacular pero, de no llegar a esta instancia, no hay nada que nos impida tener muchos orgasmos consecutivos y mantener el placer en alta. Todo es cuestión de canalizar la excitación y concentrarnos en las sensaciones del organismo”, destaca Cornello.

Paso a paso

¿Te gustaría sentir en carne propia la experiencia? Para arrancar, hay especialistas que recomiendan detener la penetración (o masturbación) al instante en que sintamos la pronta venida del orgasmo.

“Luego, hay que presionar la uretra (punta del pene) para frenar un poco la expulsión del semen. Otra opción es  apretar con fuerza la base de los testículos y el perineo. Al reiterar el proceso, a la larga el cambio podrá notarse”, detalla Lencina.

Sin embargo, antes que forzar la manipulación física, la mejor manera de lograr un orgasmo múltiple es trabajar con nuestra mente y diversas secuencias de exhalación e inhalación.

“Aunque suelen asociarse solo a las mujeres, los ejercicios de Kegel son igual de recomendables para que los varones alcancen un clímax súper placentero. Una mejor resistencia y tensión de la musculatura genital siempre va a potenciar las contracciones y, por ende, los orgasmos”, acota el sexólogo.

Desde la cosmovisión oriental, otro sugerencia es relajarnos con el chi kung (rama de la medicina tradicional china que promete efectos positivos duraderos sobre la virilidad y energía sexual).

Tanto en el sexo tántrico como con el resto de alternativas, la única advertencia es jamás intentar estas prácticas en forma autodidacta.

“La consulta a un profesional es fundamental para evitar lastimar la zona íntima con acciones bruscas. Por ejemplo, hay portales virtuales en los cuales se aconseja cortar siempre el chorro de orina para optimizar la eyaculación. A la larga esto es contraproducente”, aclara el sexólogo Gabriel Boschetti.

Eyaculación retrógrada

La eyaculación retrógrada ocurre cuando el semen ya producido ingresa a la vejiga en lugar de salir al exterior a través del pene.

“La eyaculación retrógrada es interpretada por algunos académicos a modo de sinónimo de los orgasmos secos, mientras otros la señalan en una categoría mayor que los abarca. Lo esencial es saber que -en líneas generales- no es perjudicial para la salud ni afecta la calidad de la erección u orgasmos”, acota Boschetti.

De ocurrir la situación a menudo (y sin buscarla) el conflicto aparecerá al querer concebir hijos. “Llegada esa instancia es aconsejable recurrir a un andrólogo y, por las dudas, chequear  de antemano con un urólogo para descartar la presencia de otras patologías que causen dicha reacción”, afirma.

Orgasmo Prostático

¿De qué se trata?

Este orgasmo se consigue con la estimulación y los masajes o suaves toques en el punto “P”: una zona abultada, del tamaño de una nuez, ubicada en la próstata (glándula encargada de producir el líquido seminal). Para ser un poco más exactos: está a unos cinco centímetros de la entrada del ano. Las caricias y los roces en esta área se caracterizan por brindar una sensación de goce intensa. No obstante, una buena parte de los hombres hetero aún sienten cierto rechazo hacia la práctica, porque creen (erróneamente) que puede poner en duda su orientación sexual.
“El motivo son los tabúes y la asociación de esa área con la homosexualidad o la falta de higiene. Una vez superadas estas percepciones limitantes, los masajes prostáticos ofrecen otro tipo de interacción en la pareja que es ideal para fomentar la intimidad y confianza”, explica la sexóloga Maira Lencina.

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