El encanto del viaje en tren: el ajetreo del ferrocarril volverá a la plaza Alberdi

El encanto del viaje en tren: el ajetreo del ferrocarril volverá a la plaza Alberdi

Hace días se anunció que repararán el puente del río Salí y los convoyes llegarán otra vez a la capital. Por ahora la cabecera es Cevil Pozo.

CEVIL POZO. Trabajadores del tren que fue a Buenos Aires controlan a los últimos pasajeros en subirse a los vagones. CEVIL POZO. Trabajadores del tren que fue a Buenos Aires controlan a los últimos pasajeros en subirse a los vagones. LA GACETA / FOTOS DE JOSÉ NUNO

Viajar en tren es una experiencia distinta, a la que muchos tucumanos no están acostumbrados. Subir a un vagón, ocupar un lugar, escuchar el sonido de la locomotora, sentir el movimiento de las ruedas y ver cómo empieza a desplazarse para dejar la estación atrás es algo que no se vive todos los días. Es por lo que significa esta experiencia que los viajantes eligen el tren para llegar a destino. Por eso y por la notable diferencia de precio que existe entre viajar en este medio de transporte o en ómnibus o en avión.

Desde hace casi dos años, estos dos viajes semanales se concretan desde Cevil Pozo, a siete km al sureste de la capital, debido a que está dañado el puente ferroviario sobre el río Salí. Pero la semana pasada se anunció que será reparado el puente y los trenes volverán a llegar y a salir desde la estación central Mitre, ubicada frente a la plaza Alberdi.

Cómodo y placentero

“La pasamos lindo arriba del tren; estamos 24 horas que las disfrutamos mucho, nos gusta el tren”, dice Analía, en referencia a lo largo del viaje (que suele durar incluso más de 30 horas, a diferencia del ómnibus que son sólo 18), pero destacando el disfrute del recorrido debido a la comodidad de sus instalaciones. Analía, junto con su pareja Jorge, subieron al tren que salía desde Cevil Pozo con rumbo a Buenos Aires, el último martes a las 12. Contaron que no llegarían hasta Retiro porque su destino era Rosario.

La pareja decidió tomarse unos días de descanso y para aprovecharlos al máximo habían venido a Tucumán, luego fueron un poco más arriba hasta Jujuy y volvieron a la provincia. “Vinimos a descansar”, explicaron al unísono ambos, oriundos de Las Parejas, Santa Fe.

Ellos, al igual que el resto de los pasajeros, debieron ir hasta Cevil Pozo para abordar el transporte porque desde hace más de 18 meses que dos pilares del puente ferroviario que está sobre el río Salí se encuentran en malas condiciones, razón por la que el tren no puede ingresar a la capital tucumana.

Un nuevo comienzo

Dos efectivos de la Policía Federal, parados en la entrada a la estación, controlaban el pasaje y daban el ok para que Eliana Décima entrara y subiera al vagón en el que viajaría hasta Buenos Aires en busca de un nuevo comienzo.

Abrazos, besos, lágrimas y miradas cargadas de ilusión se percibían en el ambiente, envuelto de una atmósfera de despedida, fuera de la estación. Eran los parientes de Eliana que habían ido a saludar a la mujer de 32 años antes de su partida a la capital del país. “Me voy a Buenos Aires por trabajo, porque quiero crecer, porque busco nuevas oportunidades”, dijo Eliana. “Dejo todo atrás, dejo mi casa, mi familia, todo. Voy a buscar una nueva oportunidad”, agregó, emocionada, sin levantar la cabeza del camino para no evidenciar aún más sus lágrimas.

Eliana tomó la decisión hace más de un año, aunque por distintas razones -entre ellas, por supuesto, la pandemia- el viaje se atrasó más de la cuenta. “Venía estirando y estirando la decisión porque me daba miedo, me daba ‘cosa’, y finalmente me decidí, lo hice”, afirmó Eliana mientras cambiaba el equipaje de brazo por el cansancio.

Nancy, su hermana menor, la seguía unos pasos atrás para ayudarla a llevar las valijas desde la entrada hasta el tren por un camino de tierra que parecía no terminar. “El jueves pasado se le pasó el tren”, contó la hermana en un tono confidencial.

La mujer tiene claro en cómo buscará las nuevas oportunidades que tanto anhela: a través del arte. “Sobre todo voy en busca de arte, que es lo que me gusta. La pintura, la cerámica, a eso me dedico”, precisó. Y allá, en Buenos Aires, no estará sola. En Retiro la recibirán sus familiares porteños, que la acompañarán en su camino por la capital.

El sueño de cantar

Martina Díaz Paz, de sólo 16 años, apenas podía con su ansiedad mientras esperaba que fuesen las 12.45 para empezar un viaje que podría marcar un antes y un después en su vida. Es que la adolescente viajó a Buenos Aires para audicionar en el concurso “Talentos Federales”, que conduce el productor Guillermo Marín, y alcanzar algo con lo que sueña desde niña: ser cantante.

La joven era acompañada por su madre, Marina Paz, su tío y su abuela. “Vamos a un evento. Ella -señalaba a su hija con la mirada- va a competir por un puesto en ‘Talentos Federales’. Y su talento es cantar, así que lo va a lograr”, dijo la madre, y los barbijos no alcanzaban para ocultar las sonrisas de ilusión en las caras de la familia tucumana.

“Todo surgió por redes sociales. Por Instagram hay muchos productores y aparentemente el talento que tiene ella hizo que estos productores le dieran una oportunidad”, explicó Marina sobre su hija, que no necesitó pasar ningún casting en vivo para ser seleccionada y sólo le bastó con mandar un video cantando.

Luego de enviar el video al programa la adolescente no podía esperar hasta saber el impacto que había tenido en los encargados de seleccionar a los participantes. Hace dos semanas, finalmente, le comunicaron que había sido elegida para cantar en el teatro Broadway de Buenos Aires frente a Guillermo Marín y que la podrían ver en vivo en toda Argentina.

“La verdad que voy con las expectativas muy altas y espero que todo salga bien. También estoy muy contenta y ansiosa”, alcanzó a decir Martina mientras subía al vagón en donde viajó a enfrentar uno de los desafíos más importantes de su vida.

La adolescente se presentó el sábado. “Estamos agradecidos con toda la familia porque se portaron muy bien. Esto también es mérito de todos los parientes que la apoyaron”, dijo la madre, que no se olvidó de aquellos familiares que no pudieron acompañarla en el viaje.

Ayer un tío de Martina, Emilio Paz, dijo a LA GACETA: “se lució, ella que nunca pisó un teatro ni tuvo ningún festival... la rompió, pero en el concurso había muchos talentos tremendos de todas las provincias, cantantes con profesores, couch de canto y cantantes que participaron en otros programas”. “Ahí me pareció como que no era justo, que tendrían que haber separado por categorías... pero bueno, nos volvemos contentos... Martina, la familia y todos los que nos apoyaron, de diez todo”.

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