Niños, jóvenes, adultos y mayores: uno a uno, cómo los afecta la segunda ola

Niños, jóvenes, adultos y mayores: uno a uno, cómo los afecta la segunda ola

"Todos tendremos problemas de salud mental", dijo Vizzoti. "Nos hemos vuelto más explosivos e impulsivos", añade una experta tucumana.

 SALUD MENTAL, EROSIONADA. Una médica advierte que son muy altos los indicadores de ansiedad y de estrés. TELAM SALUD MENTAL, EROSIONADA. Una médica advierte que son muy altos los indicadores de ansiedad y de estrés. TELAM
25 Junio 2021

A más de un año y medio de la llegada de la covid-19, estamos hartos. Además de la salud física (los contagios y sus derivaciones), la mental también preocupa. No en vano, la ministra de salud de la Nación, la médica Carla Vizzoti, dijo hace unos días en diálogo con el programa de televisión "Desde el llano", que se emite por el canal de cable Todo Noticias, que todos tendremos problemas de salud mental. "Estamos viviendo una situación crítica, de la que no hay precedentes en el siglo", expresó. Pero en concreto, ¿qué pasa por nuestras cabezas durante esta segunda ola? ¿Qué difiere con respecto a la anterior?

"Hoy estamos con menos recursos, ya sea físicos, psíquicos y materiales. Nos sentimos más cansados y más intolerantes. Estamos agotados, básicamente. Nos faltan fuerzas para la pelea", contesta Cecilia Juárez, psiquiatra y neuropsicofarmacóloga. Si en 2020 la pandemia había fracturado la salud mental de millones de individuos, en 2021 terminó de erosionarla. Encierros, angustias financieras, distanciamientos, miedo al contagio propio y de familiares... la lista de pensamientos que aterran es larga. "Nuestra calidad de vida ha empeorado", resume.

Pero, ¿se puede generalizar y hablar de un agotamiento en los sistemas psíquicos? Sí, prosigue la terapeuta. De hecho, no en vano la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado un síndrome de estrés crónico a nivel global. "De aquí en adelante se verán más trastornos mentales. Habrá más cuadros de depresión, de angustia, de ansiedad, de pánico, de sueño y de alimentación", añade.

- ¿Los niños son los más vulnerables?

- Sí. Durante 2020 y parte de este año estuvieron sin la contención de sus colegios, de sus clubes y de sus amigos. En cada confinamiento, han dependido de sus padres y en consecuencia han quedado marcados por la situación mental que ellos atravesaban. Quedaron a expensas de sus familias. Y mientras hay familias que son continentes, otras no porque no funcionan de manera saludable.

- ¿Qué les pasa a los adolescentes?

- Se ven muchos chicos con trastornos de alimentación. De hecho, ya han aumentado los porcentajes de obesidad.

- ¿Qué observa en los adultos?

- En esta segunda ola se está experimentado un sistema de educación mixto, en donde algunas veces los chicos concurren a las escuelas y otras, no. Esto afecta la dinámica de las casas. Los padres se ven forzados a adaptar sus trabajos a los horarios escolares; es decir, a trazar estrategias combinadas. De alguna manera, se ha puesto en juego el funcionamiento de todos los grupos etáreos. Ya no estamos tan enquistados en el miedo, sino que afrontamos el desafío de aprender a funcionar de manera diferente.

- ¿Esas demandas cotidianas nos ponen agresivos?

- Sí. Esto nos estresa más. Estamos en un momento de mayor tensión. Nuestros ánimo y tolerancia no son los mismos que al comienzo. Nos hemos vuelto más explosivos e impulsivos, y eso se manifiesta en cada área de nuestra vida.

- ¿Cómo ha afectado a los adultos mayores?

- Recordemos que al comienzo de la pandemia, el mensaje era 'si tenés más de 60 años, ni salgás de tu casa ni veas a tu familia porque te vas a morir'. Quedaron encerrados. Perdieron desde sus vínculos hasta sus capacidades de aprendizaje, porque dejaron los talleres y las actividades que realizaban. También se alejaron de sus médicos; en consecuencia, descuidaron sus enfermedades crónicas. Eso les ha producido un deterioro cognitivo notable. De repente te encontrás con personas de 70 u 80 años que no venías desde hace un tiempo y las notás deterioradas.

- ¿La salud mental será la próxima pandemia?

- Las estadísticas así lo hacen suponer. Tenemos que tratar de no llegar a esto, pero en nuestros consultorios se ve una prevalencia de los cuadros depresivos. Y esto conlleva al abuso de productos para dormir y de otras sustancias, como psicofármacos, alcohol, cigarrillos y drogas.

Esta semana se conoció un estudio de la cátedra de Biología y Neurofisiología del Comportamiento de la Facultad de Psicología de la Universidad Uces, de Córdoba, a nivel nacional. Según la investigación, la mitad de los argentinos se siente deprimida por la pandemia. Incluso los profesionales encontraron datos que les obligaron a emitir un alerta: la depresión moderada o severa afectaba, un año atrás, a un 24 % de los encuestados. Hoy afecta al 48 %. Además, casi el 50 % de la población refiere haber subido de peso en la cuarentena. Y una proporción similar confesó que lleva una vida más sedentaria si la compara con los tiempos previos a la aparición del virus.

Ante este panorama, ¿cómo afrontar un futuro próximo lleno de incertidumbres? No sabemos si mañana estarán nuestros trabajos, nuestros estudios y nuestros vínculos. Ni siquiera sabemos si habrá más confinamientos. Todas nuestras plataformas se han movido. Y eso no ha librado a un espacio sin certezas. "Pero los seres humanos necesitamos de esas certezas para progresar y proyectarnos", interrumpe Juárez. No obstante -acota- no van a regresar. Por eso, recomienda aprender a vivir con lo que tenemos. Y pensar que esto va a pasar...

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