Historias de desarraigos reales que se narran desde los escenarios

Historias de desarraigos reales que se narran desde los escenarios

En el encuentro teatral Mujeres a Escena se evoca a Margarita Xirgú. La violencia en Colombia en un conflicto que no tiene solución a la vista.

UNA AMISTAD ENTRAÑABLE. Andrea Juliá aborda el vínculo entre Margarita Xirgú y Federico García Lorca en su obra “Dalias de dormida luna”. UNA AMISTAD ENTRAÑABLE. Andrea Juliá aborda el vínculo entre Margarita Xirgú y Federico García Lorca en su obra “Dalias de dormida luna”.

La actriz española Margarita Xirgú partió desde su país de gira por América en enero de 1936. Seis meses después, estalló la Guerra Civil que la forzó al exilio hasta su muerte. Siempre evocó a Federico García Lorca, asesinado por el franquismo, quien había prometido un reencuentro. Esa mujer habita un tiempo sin tiempo atravesada por la memoria desencajada.

Ese es el argumento de “Dalias de dormida luna”, la obra que hoy a las 21 se podrá ver por el canal de YouTube del festival internacional Mujeres a Escena, que organiza Sala Ross. La puesta del grupo Teateatro es dirigida por Horacio Medrano, con texto y actuación de Andrea Juliá. En esta jornada, además, comenzarán las actividades paralelas a la presentación de espectáculos (ver “Charla”).

Uno de los ejes no escritos de la convocatoria al festival, que fue surgiendo desde las propias obras, es la violencia (tanto simbólica como expresa). En ese sentido, desde Colombia el grupo Colectivo Ruta Sur aportó su mirada con la obra “El lugar más feliz del mundo”, que aborda el extenso conflicto armado que padece su país. La puesta también aborda el desarraigo: gira en torno al regreso de una adolescente al pueblo del que debió huir con parte de su familia una década atrás, y su reencuentro con recuerdos, emociones, evocaciones y signos de lo vivido.

LA GACETA dialogó con la directora Skai Velásquez Valencia sobre el proceso creativo, su resultado y la actualidad colombiana. “En primer lugar nos situamos desde el respeto a los dolores que son transversales a nuestra historia patria; luego hicimos una ardua labor investigativa, reconstruimos masacres y lugares, hablamos con víctimas de los enfrentamientos entre diversos actores armados. La forma más pertinente para el relato fue la reivindicación a través del acto poético en escena, no buscando el dulzor ni amainar dolores o hechos desgarradores, sino más bien para elaborar un acto ritual donde todas las personas que lo vean vivan con nosotras esta historia, rían en medio del dolor, lloren por las atrocidades que no cesan en este país y finalmente podamos elaborar un duelo colectivo, con la ilusión de que un día ya no haya más repetición de estas historias tan profundamente dolorosas”, describe.

La participación del grupo se da en un contexto de extrema conflictividad en Colombia: “en Cali llevamos 50 días de paro nacional; sumado a la vivencia de la pandemia, vivimos una coyuntura política histórica, nos hemos volcado a las calles y desde el arte hemos acompañado los actos de lucha por una vida digna y replanteamos eventos, talleres y funciones ante el clamor de unidad y resistencia”.

- ¿Lo que está pasando actualmente en las calles muestra un pasado no superado?

- Aquí no hay pasado superado, hay una secuencia de hechos históricos que jamás han terminado, somos secuencia bélica de un pueblo gobernado por tiranos disfrazados de buenos ciudadanos en campaña política, sujetos megalómanos que se sulfuran cuando el mismo pueblo que los eligió clama ser escuchado. La confrontación nunca ha acabado. Las minorías empobrecidas, olvidadas y abandonadas, se han volcado a la calle: no tienen nada que perder y están dispuestas a dar la vida. Las peticiones van desde una educación superior gratuita hasta la posibilidad de empleo. No son reclamos desmedidos ni imposibles, pero hay muchos negacionistas de la verdad y el Gobierno no ha tomado el camino del diálogo.

- ¿Qué rol les cabe a las víctimas?

- Ser víctima en este país es algo cotidiano. Su rol es el de ser nadie, convertirse en una cifra para las estadísticas. La vida no vale nada, te balean si hablas y si callas también, te desaparecen o te matan socialmente en el olvido y abandono si sos minoría o pobre. Estamos atravesando un momento muy complejo en nuestra cotidianidad. La injusticia es paisaje; me da náuseas saber tan instaurada en nuestra mente a la muerte. El dolor es familiar, es local, es de la comunidad.

- Yendo a lo artístico, ¿se puede hablar de un teatro femenino?

- Se puede y se debe hablar de un teatro femenino: los temas, argumentos y creaciones son universales, aunque en cada espacio o región varían, pero la perspectiva femenina indudablemente es otra. Es un acto reivindicador y liberador, donde no se excluye sino que se prioriza la voz de la mujer en sus preocupaciones, sentires, dolores y sueños; es la posibilidad de preguntarnos y de resolver en el escenario todo aquello que se pone en clave política y reivindicativa desde tantos silencios adquiridos con el paso del tiempo. Ser mujer y crear va ligado, la potencia femenina es creadora por sí misma en el teatro, en el arte y en la vida misma.

- Es una visión que no está limitada a lo artístico.

- La historia de la humanidad nos confirma que la participación de la mujer fue relegada por mucho tiempo. Ahora hemos construido nuestros espacios a pulso para corroborar lo importante de nuestras apuestas. Me pienso desde una perspectiva de género decolonial, me pongo en un lugar en el que debo cuestionarme todo el tiempo, debo increparme por muchos factores que me afectan por mi entorno y convicciones, para realmente saber qué quiero llevar a la escena, qué es vital para mí comunicar.

- ¿Cómo se trasciende la mera puesta escénica?

- La trascendencia va ligada a la experiencia liberadora de poner nuestra voz como mujeres, a esos cuestionamientos vitales que nos llevan a querer transformar nuestros pensamientos en arte. El camino es largo, muchas antes que nosotras lo caminaron e indudablemente delante de mi generación vienen muchas mujeres más cuestionándose cómo es esto de crear desde nuestras voces y ritmos, preguntas que van ligadas al ser mujer y a resolverlas en el cuerpo, en la escena y en comunión con quienes nos ven.

- ¿El machismo impera en el teatro?

- El teatro no es un territorio machista, sino que todo el mundo lo es, como lo confirma la historia, la religión, la política, la literatura, el arte, los deportes y la vida íntima; siempre las voces que más relevancia han tenido son las masculinas, mayormente blancas y heterosexuales. Afortunadamente el camino de la reivindicación va creciendo, las voces disidentes se han hecho sentir y continúa la lucha por la equidad.

- La virtualidad les permitió estar en el Mujeres a Escena.

- Participar de este encuentro fortalece redes en torno al arte teatral y en lo que venimos caminando en esta actualidad trazada por la virtualidad desde cada ciudad, región o país y cómo ello ha hecho que nuestras creaciones se direccionen al lenguaje audiovisual desde el teatro. Implica paciencia y hasta un poco de resignación ante un momento donde la presencialidad no se da espontánea y naturalmente dadas las condiciones. Sin embargo, la fuerza creadora y el poder de la juntanza hace que este tipo de espacios sigan promoviendo el encuentro así sea desde esta modalidad. En los primeros meses de la pandemia hubo una gran conmoción; cuando empezamos a aceptar el confinamiento nos volcamos a la virtualidad con charlas, sueños y ensayos desde las pantallas. Al comprender mejor los cuidados y superar el miedo, nos fuimos reuniendo de a poco y entre pocos. Sí quedaron muchos procesos huérfanos, finalizados y abandonados. Los grandes damnificados hemos sido los artistas, así que desde la necesidad creativa y económica hemos retomado el encuentro gradual.

DESDE CALI. Skai Velásquez Valencia reivindica el teatro femenino. DESDE CALI. Skai Velásquez Valencia reivindica el teatro femenino.

Charla
Preguntas para Carolina Pizarro, del Odín Teatret

Hoy a las 15, por el canal de YouTube del Festival Internacional de Teatro Mujeres a Escena, se mantendrá una charla abierta con Carolina Pizarro, quien integra el prestigioso Odín Teatret en Dinamarca. La teatrista argentina dirigió junto a Luis Alonso una versión de la obra “¿Te duele?”, de César Brie, que ya participó del encuentro virtual. Como todas las actividades, el acceso es gratuito pero está habilitado un link para realizar aportes voluntarios.

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