Orgullosos de Belgrano, pero con frío

Orgullosos de Belgrano, pero con frío

Cada vez que un alumno ingresa a 1° año en la Escuela de la Patria “Comercio N° 3” hace su promesa de lealtad a la Bandera. El espíritu belgraniano sobrevuela durante toda su vida escolar, en cada proyecto institucional como el de la Feria de Ciencias. Antes de egresar reafirman su promesa de lealtad. Desde hacía tiempo venían programando para 2020 ser sede nacional de un encuentro entre las cuatro escuelas creadas con el legado de Belgrano: las de Jujuy, Loreto (Santiago del Estero), Tarija (Bolivia) y Tucumán. No pudo ser, la pandemia se metió en el medio.

Para ellos fue una gran frustración, porque se cumplían los 250 años del nacimiento del prócer y los 200 de su muerte. No habían podido hacer la promesa a la Bandera en forma presencial ni tampoco el acto colación de grado en el establecimiento como sí lo hicieron las otras escuelas. No tenían espacio para cumplir con el protocolo. La Escuela de la Patria de Tucumán tiene el triste privilegio de ser la única en todo el país que no se terminó de construir.

Ubicada en lo que era el Campo de las Carreras, escenario de la Batalla de Tucumán, con 49 años de existencia y con una población 1.687 alumnos, la escuela no tiene un patio techado para hacer un acto escolar. Todas las galerías tienen sus cubiertas en mal estado, filtran agua de lluvia. Para realizar Educación Física los alumnos deben trasladarse al club Belgrano, y pagar un cánon por su uso. Cuando se realizan los actos de fin de curso la Escuela de la Patria tiene que alquilar el teatro San Martín, para poder albergar a alumnos y padres que suman más de 900.

“¡Ay Patria mía!”, diría Manuel Belgrano si supiera en lo que termina su legado entregado con tanta generosidad a Tucumán. En 1813 el General había resuelto que lo que el Gobierno le debiese por los triunfos en las Batallas de Tucumán y Salta fuera destinado a la construcción de cuatro escuelas públicas en lugares que él mismo eligió. Se destinaron 40.000 pesos fuerte en ese momento.

En 1998, gracias a las gestiones del entonces diputado Miguel Nacul, entre otros, se pudieron conseguir fondos para la obra. Pero la construcción quedó paralizada. En la escuela todavía se conserva una maqueta del proyecto que ocupa una manzana: Lavalle, Jujuy, Bolívar y La Rioja. Allí se ven las dos escuelas, la primaria y la secundaria. La primera se terminó de construir, pero la segunda quedó conclusa. El modelo, a escala, mostraba la parte de la secundaria con su biblioteca, laboratorio de Ciencias Naturales y sala de usos múltiples, de los que carece completamente hasta ahora. El proyecto se completa con un anfiteatro y un microestadio con dos canchas. Todo quedó en el plano del anhelo. Es decir, se terminó la primera etapa, que era la construcción de la escuela primaria; la segunda etapa, que es la secundaria, quedó a medias, y la tercera, que es el complejo deportivo, el SUM y el anfiteatro nunca se hicieron.

No se sabe a ciencia cierta por qué se detuvo la obra. Según el historiador Luis Yanicelli, la Nación mandó los dineros para que se construyera la escuela en el marco de un plan que era el Emeta. No eran fondos del legado sino de construcciones escolares que se atribuyeron al legado. Pero esos fondos no alcanzaron.

Sea como fuere, la única evidencia es que hoy no hay fondos. Se hicieron muchas gestiones desde la supervisión de Educación ante los gobiernos de Macri y el actual, pero no se logró respuestas. En 2020 el propio Nacul junto a los diputados nacionales Mario Leito, Carlos Cisneros y Mabel Carrizo se reunieron con el ministro Juan Pablo Lichtmajer para anunciar que estaban trabajando en un proyecto para la reactivación de la segunda y última etapa de la obra de la Escuela de la Patria.

El profesor Lucio Reales fue quien propuso a la Escuela de Comercio N° 3 como Escuela de la Patria. Llevaba el nombre 12 de Octubre y tuvo que renunciar a su identidad para ser parte del proyecto. Desde que se fundó no tenía sede propia y se veía obligada a mudarse por distintos locales hasta que en 1999 se le asignó un lugar propio en Lavalle 950, donde se encuentra actualmente.

A pesar de tener un enorme espacio, la escuela no cuenta con comodidad para hacer un acto escolar con sus 48 divisiones de alumnos que funcionan en dos turnos y más de 300 docentes y no docentes. Para poder realizar la promesa de lealtad a la Bandera se tendrán que turnar las siete divisiones de 6° años que suman 280 alumnos.

Solamente un curso de 6° año tiene 54 alumnos. Es el resultado de una medida excepción ya que el año pasado nadie quedó de curso por disposición ministerial. Todos los chicos pasaron porque se tomaron 2020 y 2021 como una sola unidad pedagógica. En ese curso hay cuatro burbujas. Los docentes organizan con calculadora cómo harán para que todas las burbujas puedan participar en el acto de forma presencial. Quizás deban suspender las clases y dedicar los tres días a ceremonias mediadas por dos horas de limpieza y sanitización. Todavía no lo saben.

Lo que sí saben es que ya no quieren perder más tiempo. Los chicos necesitan un patio techado y un complejo para poder realizar Educación Física. Piden que Construcciones Escolares se los construya con dineros de cooperadora. La humildad, la pobreza y el valor forman parte del espíritu belgraniano. Los chicos están orgullosos de Belgrano, pero tienen frío.

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