“El amor no está devaluado, sí sobrevalorado”

“El amor no está devaluado, sí sobrevalorado”

Dos psicoanalistas tucumanos participaron con sus ensayos en el libro “Estúpido y sensual amor”, que se acaba de publicar.

PALABRAS DEL AUTOR. “Sólo cuando nos enamoramos tenemos la creencia de que perderemos la cabeza”. PALABRAS DEL AUTOR. “Sólo cuando nos enamoramos tenemos la creencia de que perderemos la cabeza”.

¿Cómo es enamorarse hoy? ¿Es lo mismo enamorarse que amar? ¿Qué significado tiene el matrimonio? ¿Qué nos ofrecen las relaciones abiertas? Probablemente sea de los temas más conversados: el amor. Las canciones, las novelas, las películas. Siempre hay lugar para analizarlo. Y a la luz de las sociedades contemporáneas surgen nuevos debates. Están los cuestionamientos al amor romántico, a los mandatos, a la fidelidad, al “unidos para siempre”.

Por todos estos planteos navega “Estúpido y sensual amor”, un libro que acaban de publicar siete especialistas que ponen bajo la lupa el amor. Dos de los autores son psicoanalistas tucumanos: Augusto Sosa Padilla Araujo y Gabriel Artaza Saade, con quien conversamos sobre esta nueva publicación.

- ¿De qué trata “Estúpido y sensual amor”?

- El libro aborda un tema milenario, al cual el género humano no deja de escribirle poesías, hacerle canciones y ensayando respuestas filosóficas, sociológicas y psicoanalíticas. ¿Y por qué? Porque es uno de los temas fundamentales del alma humana con el que nos tropezamos todo el tiempo. Nosotros decidimos hacerlo a partir de los semblantes con los que hoy se presenta, por eso hablamos de los amores tóxicos, del poliamor, de los que no pueden terminar una relación, de la función qué cumple la pareja, de por qué el matrimonio es un síntoma, del duelo por el cuerpo joven, de cómo se enamoran los adolescentes. Además, el libro concluye con un ensayo del psicoanalista Gustavo Dessal, escritor literario y del psicoanálisis.

- ¿Por qué eligieron ese título para el libro?

- El título hace alusión a la serie animada de “Los Simpsons” y nos pareció representativo de este tiempo ya que decidimos escribir en modo divulgación, para llegar a lectores de otros campos, cuidándonos de cómo poníamos en juego nuestros tecnicismos propios y para ello acudimos a canciones, novelas y películas.

- ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor en la actualidad?

- Es una excelente pregunta, ya que todo el libro de alguna manera la bordea e intenta apresarla. El amor resiste a una definición, de hecho cuando uno intenta definirlo se ponen en juego valores morales propios de un sistema de creencia. Podemos acercarnos por la negativa, que es un modo de aproximarse. El amor no tiene que ver con los afectos. Solo cuando nos enamoramos tenemos la creencia que sentimos y perdemos la cabeza, por eso el enamoramiento se asemeja a la locura. Pero luego esos sentimientos desaparecen y es un enigma para el sujeto qué es aquello que lo anuda al otro.

- ¿Está devaluado el amor o sos de los que cree que el amor mueve el mundo?

- El amor está sobrevalorado, no devaluado. La degradación es efecto de la sobrevaloración. La historia de la humanidad muestra hechos terribles en nombre del amor, con lo cual el mismo comporta un aspecto más bien oscuro o, para decirlo de otra manera, en el amor no solamente encontramos componentes tiernos sino que también el amor incluye al odio. Muchas veces sucede que se le pide tanto al amor que nos deja pagando. Por eso más bien diría que lo que mueve al mundo –en el sentido de progreso– es el deseo.

- ¿Creés que el amor puede cambiar? Por ejemplo, en tiempos de pandemia o de me too, ¿cambian las formas de amar?

- Para responderte usaría el título de un artículo que escribimos en el libro, “El amor se viste a la moda”, que es una paráfrasis del nombre de una película. Por supuesto que puede cambiar en su presentación. Los lazos, las formas de enlaces han cambiado. Pero después, el amor sigue manteniendo sus embrollos. Y a pesar de eso es una experiencia fundamental de la vida humana. La gente sigue consultando por amor. Después hay aspectos de la época, como las aplicaciones, que le imprimen modalidades novedosas. Pero el amor, en sí mismo, implica una falta y un movimiento en torno a ella.

- ¿Sentís que el amor sigue siendo un misterio? ¿Por qué?

- Yo no diría que es un misterio. El amor no es místico (salvo el religioso) ni esotérico, sino que se caracterizaría por lo enigmático. ¿Cómo amar? ¿Cómo enamorar? Precisamente es una dimensión en la que no hay fórmula, sino más bien malentendido, desencuentro, algo que no termina de encajar del todo. Por otra parte, en todos los tiempos el amor fue sometido a imperativos morales. Hoy es muy frecuente escuchar frases como "soltar", en el sentido de algo que podría implicar la voluntad. Desde el psicoanálisis constatamos que el amor es lo que no suelta, porque nos otorga a veces un resarcimiento narcisista, otras un anudamiento que nos preserva del desamparo y la inermidad constitutiva, y otras puede también devenir un síntoma. Amamos a otro a partir de rasgos que desconocemos, que no pasan por la conciencia y que son difíciles de cernir. Por eso cuando hablamos de amor solo podemos "mal-entendernos", ya que en el amor cada uno habla su propia lengua.

Análisis: “masa de sujetos constipados”

Julieta Lopérgolo, licenciada en Letras y en Psicología, al presentar el “Estúpido y sensual amor” señaló: “en este libro se nos dice que nuestra sociedad produce una masa de sujetos constipados por el amor, esos “que tienen que retener sus sentimientos, no expresarlos de manera desbocada” para no ser tildados como intensos, densos, tóxicos”. “El tiempo está fuera de quicio, sí. La distancia, que solía ser una excepción a las reglas del juego del amor, es hoy la medida común, un asunto cotidiano más allá del amor de pareja. Del mismo modo la clínica ha cambiado. Clínica del whatsapp, de la virtualidad, de lo que pasa entre un mensaje de whatsapp y la incertidumbre y el horror que provoca el refulgente visto, de una espera modulada en estos parámetros, y en los de prácticas como las del ghosting, texting, sexting y afines. La solemnidad que embarga a los enamorados hoy es aún más desproporcionada”, expresó.

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