“El futuro incierto causa trastornos”

“El futuro incierto causa trastornos”

Las consecuencias de esta crisis sanitaria todavía están lejos de poder verse, sostiene el psicólogo Jorge Garaventa en su diálogo con LA GACETA.

REFLEXIÓN. Las consecuencias pueden repercutir de una forma devastadora. REFLEXIÓN. Las consecuencias pueden repercutir de una forma devastadora.
09 Junio 2021

Es difícil vivir sin un horizonte de futuro. Y esto, sin dudas, tendrá un impacto en quienes aún no pueden establecer un proyecto de vida, como es el caso de los jóvenes: uno de los grupos más afectados por la crisis sanitaria actual.

“Con el aumento del empobrecimiento, con lo que ha arrasado la pandemia, con la incertidumbre que atravesamos… las consecuencias de esta crisis sanitaria todavía están lejos de poder verse. Lo novedoso de esta situación, a comparación de otras crisis, es que esta vez es a nivel global”, sostiene el psicólogo Jorge Garaventa.

En la juventud, este futuro incierto puede llevar a trastornos en el estado de ánimo, a cuestiones donde la salud psíquica se ve afectada. De todas formas, según el especialista, un sector amplio de la juventud ya venía transitando desde hace seis o siete años en un contexto de falta de expectativas y de oportunidades.

“Son muchos años de vacío. El problema es que las consecuencias pueden repercutir de una forma devastadora, de igual manera que la pandemia afectó a los adultos mayores”, puntualiza Garaventa.

“Es fundamental que, en la medida que se empiece a pensar en la pospandemia, se entienda la responsabilidad de los Estados para ir armando la contención necesaria: ir pensado lugares de inserción para estos grupos etarios”, remarcó el profesional, quien cree más que nunca se necesitará un Estado activo, dispuesto a intervenir en aquellas situaciones de desigualdad y marginación que esta crisis agudizó.

Por otro lado, Garaventa no cree que haya una gran migración de jóvenes. Según él, muchos países pondrán trabas a este tipo de movimientos.

En números

La población joven, que supone el 20% del total en todo el país, ya tenía grandes dificultades en el acceso y permanencia a trabajos formales y de calidad, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

El panorama empeoró a partir del confinamiento estricto. En el segundo trimestre de 2020, con gran parte de la actividad económica paralizada, la tasa de desempleo creció hasta el 13,1%, la más alta desde 2005. La desocupación juvenil se disparó más que el de ningún otro grupo etario. Entre las mujeres de 14 a 29 años, el grupo más afectado, aquellas sin trabajo pasaron del 23,9% en marzo de ese año a 28,5% en junio. Entre los varones, la desocupación creció del 18,6% al 22,7%.

Las desocupación de las mujeres jóvenes es más del doble que la general y la brecha entre géneros aumentó aún más en 2020. Esta realidad, según diferentes investigaciones, se produjo porque las tareas domésticas, las educativas y de cuidados no remuneradas, recayeron principalmente sobre las mujeres en el contexto de la pandemia. Ellas realizaron el 76% de este tipo de quehaceres frente al 24% que desarrollaron los hombres.

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