Tafí del Valle: "Hay que planificar para que en el futuro no lamentemos tragedias"
Laura Bellos, Doctora en Ciencias Geológicas, detalla cómo y cuándo se formó el Valle de Tafí, explica la composición del suelo y advierte cuáles son los riesgos que estamos corriendo a causa del crecimiento demográfico y tecnológico. Una mirada al medio ambiente que arranca hace cientos de millones de años.
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Hace 600 millones de años lo que hoy conocemos como Tucumán estaba cubierto por un mar. Después se sucedieron los procesos tectónicos, los continentes se movieron y mucho más acá, durante el Terciario -iniciado hace 66 millones de años- se formó el Valle de Tafí tal como lo vemos todos los días. Esos son los tiempos que se manejan en geología y por eso es tan amplia la mirada de los especialistas. Es el largo plazo llevado a la máxima expresión. Laura Bellos explica fenómenos como el de la Loma Pelada o el del Fin del Mundo desde la perspectiva de las rocas y el suelo que conforman esas zonas. Ella advierte sobre la necesidad de planificar, por ejemplo en materia de construcción o trazado de caminos, para que en el futuro no lamentemos tragedias.
- O sea que estamos viviendo en lo que fue un lecho marino...
- Sí. Hablamos de un período registrado entre 750 y 541 millones de años atrás. Toda esta región era un gran mar situado en el margen occidental del supercontinente de Gondwana. Cubría desde lo que es hoy el sur de Bolivia hasta llegar a La Rioja, incluyendo Jujuy, Salta y Tucumán.
- ¿Qué sucedió después?
- Pasó un período de apertura de nuevas cuencas, porque los continentes siguieron moviéndose. Hubo una sucesión de cambios en la dinámica, aparecieron lagunas. El aspecto actual del Valle y de las sierras se forma durante la última orogenia, que es la Andina, producida en el Terciario. ¿Qué comprende la orogénesis? Esos fenómenos que derivan, por ejemplo, en la formación de montañas.
- ¿Cómo quedó conformado el suelo del Valle de Tafí?
- Los sedimentos finos que se habían depositado en esa cuenca marina, provenientes de la erosión de las áreas que estaban elevadas, quedaron comprimidos. Empezaron a sufrir cambios por la presión y la temperatura que hay en el interior de la corteza terrestre. Esas rocas, llamadas metamórficas, son muchas de las que hoy están expuestas en las sierras.
- ¿Cómo se las distingue?
- A los del Valle de Tafí los llamamos esquistos bandeados, son esos grises que tienen bandas claras blancas alternadas con otras más oscuras. Se los encuentra caminando por la Quebrada de los Cuartos, al sur de la Loma Pelada o cruzando el puentecito del Rancho de Félix. Son las rocas que hay en mayor abundancia, tanto en las Cumbres Calchaquíes como en las Sierras del Aconquija. Parte de los menhires de El Mollar también están hechos a partir de este tipo de rocas.
- ¿Todas las rocas que hay en el Valle de Tafí tienen la misma composición?
- No, todo depende de los cambios que sufrieron estos sedimentos. En las sierras del noreste de Tucumán -La Ramada, el Nogalito, etc-, en San Javier y en Choromoro las rocas son de bajo grado metamórfico. Hacia al sudoeste es al revés, eran rocas que estaban a mayor profundidad y tienen mayor grado metamórfico. Las llamamos rocas graníticas.
- ¿Qué significa esto?
- Que sufrieron la intrusión de cuerpos ígneos plutónicos. Quiere decir que cuando ese material estaba abajo, en profundidad, cuerpos de magma llegaron allí y se cristalizaron. No es un magma que haya salido a la superficie en forma de lava, porque entonces lo que tendríamos es una roca volcánica. No fue el caso, y el resultado de la cristalización del magma son estas rocas graníticas, que conforman los núcleos de las sierras. Por ejemplo, en la Loma Pelada hay rocas metamórficas en el sur y en el norte, pero todo el cuerpo es de una roca granítica. Lo mismo sucede en el cerro El Pabellón, sobre las Cumbres Calchaquíes; también en El Infiernillo, La Ovejería, el Ñuñorco Grande.
- ¿Se encuentra algún otro componente en el suelo del Valle?
- Hay un período de tiempo geológico que no está representado en rocas en el Valle, porque es el relleno sedimentario de un material mucho más nuevo, proveniente del Cuaternario. Hablamos de hace un millón de años. Es un material fino, entre arcilloso y arenoso, transportado por el viento y por los ríos de montaña. Es todo lo que se ve en el valle y en las laderas de las sierras.
- ¿Se puede comparar la composición del Valle de Tafí con otras zonas similares?
- Por ejemplo, la diferencia con el Valle de Santa María es que el espesor de rocas sedimentarias es mucho más potente y están representadas rocas más viejas. En la Rioja tenés aflorando, adosado a las sierras, material que es del Paleozoico Superior (iniciado hace 541 millones de años). Eso aquí no está representado.
- ¿Cómo se distingue la dureza o calidad de las rocas?
- Un material ígneo o metamórfico, donde los cambios de presión y temperatura hicieron que la roca recristalice y gane coherencia, va a ser más duro que una roca sedimentaria, que se forma por depósito del material. Esas estructuras tan hermosas que se ven en el Valle de la Luna, en San Juan, son rocas sedimentarias, producto de la acción del viento durante millones de años. Es mucho más fácil erodar una roca sedimentaria, por el viento o por el agua, que una granítica o metamórfica.
- Pero en la zona del Fin del Mundo, en la ruta a Tafí del Valle, la roca es granítica y de todos modos se desmorona...
- Sí, es roca dura, pero está alterada por la humedad, por la vegetación, y porque al hacer un corte de camino se genera una inestabilidad en esa roca. Cuando la topadora corta para hacer el camino se genera un talud. Hay que calcular el ángulo y la altura de ese talud para que no se venga abajo. En esas rocas se han degradado los minerales que la conforman, transformándose en otros que son más débiles -como arcillas- y entonces pierden la cohesión primaria, la dureza que tenían.
- ¿Hay algún ejemplo similar?
- Pasa lo mismo en la zona de la Quebrada del Portugués. Intentaron hacer un camino para el que se invirtieron millones y apenas completaron unos pocos kilómetros. En esa zona cada vez que llueve hay derrumbes, porque hay roca dura pero está sumamente alterada.
- ¿Cómo es el caso en la Loma Pelada?
- Cuando empezás a construir indiscriminadamente y sin una planificación lo que se hace es cortar caminos. Quizás hoy no pasa nada, pero el tema del clima es recurrente a lo largo de los años. Tal vez uno ve un río tranquilo durante 100 años y no pasa nada, pero lo que hay que hacer es un estudio de lo que sucedió en el lugar y saber cuál fue la máxima crecida en algún tiempo geológico. Quizás hay terrazas estabilizadas, donde la gente cultiva y hasta instala un pueblo. Pero después viene una tremenda crecida, de esas excepcionales, y se lleva todo. ¿De quién es la culpa? No del río, sino de cómo planificamos las construcciones y nuestra vida.
- Y en la Loma Pelada se están cortando caminos...
- El ingeniero puede hacer bien la cementación, la fundación, los cálculos pueden ser perfectos. Pero han cortado un camino abajo y eso va a generar, a la corta o a la larga, una inestabilidad, al tener un talud. Si no se toman las medidas necesarias para contenerla, ante un episodio de lluvia torrencial, el agua por algún lado escurre. Lo que no podemos decir es cuándo va a pasar, pero estamos generando factores de riesgo que en algún momento pueden provocar un resultado negativo: agua que socave cimientos de casas, que corre por el camino que has hecho. Y cuanta mayor velocidad tenga el agua, más poder erosivo. El tema en la Loma Pelada no es, hasta donde conocemos, de la roca dura, sino de la cobertura sedimentaria.
- Es un problema que abarca todo el Valle, más allá de la loma Pelada...
- Pasa lo mismo en la zona del piedemonte en San Miguel de Tucumán. En Tafí se han encauzado ríos, hay cada vez más deforestación y sobrepastoreo, todo eso va degradando el suelo y eliminando la capa de vegetación que ayuda a retener los materiales y a que el agua filtre en profundidad para que no corra.
- ¿Y entonces? ¿Qué clase de iniciativas necesitamos impulsar?
- No podemos evitar el avance, ni en lo demográfico ni desde el punto de vista tecnológico. Miremos el ejemplo de quienes se quejan contra la minería usando un celular, que es producto de la minería. No podemos ir en contra del avance de la humanidad. Lo que se necesita es hacerlo de manera cuidada, controlada y planificada. En el Valle entran en juego diversidad de factores, muchos políticos, y también la tensión entre los lugareños y los visitantes.
- ¿Cuáles son las experiencias que registran ustedes en sus investigaciones? ¿Cómo los tratan el Valle y su gente?
- Hay lugares en los que no podemos ir a trabajar, a estudiar. Todo por falta de información. Hay lugareños que nos han querido sacar con un látigo. “No me golpeen las rocas”, nos decían, y nosotros sólo buscábamos una muestra con una piqueta, sin hacerle daño al cerro. Nos pasó en El Mollar. Hay lugares a los que no tenemos acceso, porque se han cercado. El que haya gente estudiando su región es un beneficio para ellos, pero sienten que los están avasallando. “No me saquen fotos de la pirca”, nos piden, como si fuéramos a venderla. Pero a la vez es cierto que hay intereses que los están perjudicando.
- Desde el punto de vista geológico, ¿cuál es el futuro de la zona de los Valles?
- Así como no hay forma de predecir cuándo va a ocurrir un sismo o cuándo va a hacer erupción un volcán, menos aún lo que puede llegar a pasar en materia geológica. La separación de un continente para formar un nuevo mar llevó cientos de millones de años. Lo que hoy está sucediendo con la tectónica de placas es que el Atlántico se está separando, y donde hay una separación en otro lado tiene que haber una compresión. O sea que el Atlántico se separa y por debajo de la cordillera de los Andes se comprime. En una zona se crea corteza y en otra se destruye. A la larga, en algún momento si está dinámica sigue, hablamos de cientos de millones de años, los continentes deberían chocar por el otro lado: cerrarse el Pacífico y abrirse el Atlántico.
- ¿Y en cuanto a la zona más cercana a Tucumán?
- Hay un proceso orogénico debajo de Chile, en superficie tenemos los volcanes activos y quizás en profundidad se están formando cuerpos ígneos plutónicos. Dentro de millones de años, si seguimos existiendo (risas), alguien pueda verlo como hoy nosotros vemos el Valle de Tafí.








