“A alguien con depresión hay que acompañarlo, nunca empujarlo ni presionarlo”

“A alguien con depresión hay que acompañarlo, nunca empujarlo ni presionarlo”

“Una persona con depresión es un luchador que trata de muy diversas maneras salir adelante y estar bien”, dice el biólogo y escritor Mariano Alló, autor de “Cuando el cerebro dice basta”.

MARIANO ALLÓ: “Con la depresión se rompen estructuras del cerebro que modifican sus funciones”. MARIANO ALLÓ: “Con la depresión se rompen estructuras del cerebro que modifican sus funciones”.

Mariano Alló es biólogo molecular y, a lo largo de su vida tuvo algunos episodios de depresión, sin saber qué era. “Tardé más de 20 años después del primer episodio y cerca de 10 años después del primer diagnóstico para resolver lo que me pasaba”, cuenta a LA GACETA desde Heidelberg, Alemania, donde vive y trabaja actualmente. En ese momento cursaba un doctorado y decidió utilizar las herramientas que le brindaba la ciencia para aprender sobre lo que sentía y le pasaba. “Quería encontrar una explicación”, relata.

Así llegó a escribir “Cuando el cerebro dice basta. La trampa de la evolución o por qué nos deprimimos”, un libro que cumplió con el objetivo planteado: “Lo escribí con la intención de ayudar a quienes pasaron o están pasando una situación similar y sentía que quería ayudar con este libro. Fui riguroso en lo científico, relaté algo de mi historia personal y las repercusiones son increíbles. Me llena desde un lugar que nunca me había pasado en mi vida: sentir que ayudé a una, 10, 20 personas, es algo impresionante. No soy médico ni psiquiatra, soy un biólogo que cuenta su historia”, dice.

- ¿Qué siente una persona con depresión?

- Es bastante compleja la respuesta. Si lo vemos a grandes rasgos, lo primero que tenemos que entender es que la depresión es un síndrome que encierra un montón de enfermedades que producen cambios específicos en el cerebro. Se rompen estructuras que cambian su tamaño, hay circuitos que se ven afectados y disminuyen su función y otros que se hiperactivan.

Si vemos que esa máquina central del cuerpo se rompe, los efectos se van a ver en un montón de lugares diferentes. Cuando se analiza la sintomatología de la depresión se encuentran esferas diferentes. Por ejemplo, una de las afectadas es la cognitiva con problemas de memoria a corto plazo, memoria de trabajo que tiene que ver con la capacidad de almacenar información, la velocidad de procesamiento, la atención o capacidad de hacer foco. Los síntomas se pueden ir incrementando, se puede tener uno o varios porque depende de la celeridad o recurrencia de los episodios depresivos.

La esfera emocional también se ve afectada. Una persona con depresión siente tristeza crónica, sentimientos de culpa, irritabilidad, alexitimia que significa no sentir emociones. El sueño también puede verse afectado, hay falta de energía, fatiga. Algunas personas llegaron a sentir dolor físico, es decir, que la depresión va más allá de una cuestión abstracta y mental.

Por último, existen algunas consecuencias secundarias como sentirse solo o confundido porque nadie te entiende o te juzgan. La frustración es otro sentimiento que aparece porque más allá de lo que se ve por fuera, una persona con depresión es un luchador que trata de muy diversas maneras salir adelante y estar bien, aunque eso le implique quedarse en la cama sin poder moverse. Cuesta salir de la cama, una persona en esa situación está dando una batalla que no se puede ver, pero te aseguro que la está dando.

- ¿Cómo se puede ayudar a una persona que sufre depresión?

- Es muy difícil empatizar con alguien que tiene depresión cuando uno no atravesó ese proceso. En mi libro cuento cómo cualquier persona puede ponerse en la piel de alguien que sufre depresión. Entender la depresión es vital para quien la sufre porque con las palabras que se digan se puede quebrar más los ánimos de la otra persona.

Es importante entender que una persona con depresión no elige sentirse así, no es voluntario. Para quienes acompañan a una persona en esta situación es importante que conozcan de qué se trata y puedan empatizar. No se puede forzar al otro a actuar o a sentirse de otra forma, se puede acompañar y estar atento, alerta, porque hay depresiones severas que ponen en riesgo la vida de las personas. Es importante también pedir ayuda a profesionales para que intervengan a tiempo.

El rol de la familia, definitivamente, es acompañar, preguntarle a la persona si quiere estar sola o quiere ir a tomar un café, escucharla, estar al lado pero nunca empujar in presionar.

- ¿Cómo llegaste a indagar sobre cómo funciona la depresión en el cerebro?

- Estaba terminando mi doctorado y decidí usar las herramientas de la ciencia para tratar de aprender lo que pudiera sobre lo que me estaba pasando y sintiendo. Uno siente que todo es producto de los pensamientos, que es algo abstracto. También uno siente culpa, como si uno eligiese estar de determinada manera o culpa porque no tiene la fuerza suficiente para poder quebrar determinadas cosas y estar de otra manera.

Lo primero que hice, fue tratar de entender qué me pasaba. Le contaba a mucha gente, les decía que tenía problemas cognitivos y me decían: ´no puede ser, estás haciendo el doctorado o diste un seminario el otro día´. Yo estaba convencido que tenía un problema cognitivo que nunca hubiese relacionado con la depresión. Ese fue un descubrimiento inicial.

El segundo paso fue ver cómo podía salir adelante. Yo no respondí nunca a la medicación antidepresiva y eso me llevó a otro viaje complicado. Leí papers, trabajos científicos, buscando alternativas a la medicación que tengan un sustento científico. También hice un posdoctorado en neurobiología con la intención de poder aprender e indagar más a fondo estas cuestiones.

-¿Qué se puede hacer, desde el Estado o la sociedad misma para poner como prioridad también la salud mental?

- Son pocos los gobiernos que han movilizado recursos para, por ejemplo, afrontar la pandemia desde la salud mental. Hay muchas cosas que se pueden hacer porque los efectos de lo que está sucediendo pueden ser fuertes y van a quedar para siempre, aunque volvamos a la normalidad o nueva normalidad como le llaman. Se debe garantizar el apoyo a las personas para que puedan atravesar estas situaciones.

Lo que se me viene a la cabeza rápidamente es una aplicación sobre meditación o mindfulness que tienen efecto positivo en salud mental. También realizar ejercicio, crear conocimiento y difundirlo. No hay que tener miedo a pasar por una crisis de ansiedad o estar deprimido, por eso la información debe circular, desde el seno de la sociedad.

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