Comprometerse a dejar de fumar en pandemia

Hoy se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, para concientizar a la sociedad de los peligros que corren los fumadores. Este año, la Organización Mundial de la Salud lo festeja con el lema “comprométete a dejarlo”, reconociendo el tabaquismo como un agravante que maximiza las posibilidades de transitar la enfermedad con mayor gravedad.

Esto ha hecho que muchos fumadores, ahora temerosos, inicien el camino para dejar el vicio. “Durante este periodo hubo más consultas. Ocurrieron dos cosas: en la primera etapa de la pandemia hubo mucha incertidumbre y no había cigarrillos o se vendían muy caros. Es una droga y el adicto los compra al precio que sea, donde sea, de cualquier marca. Esto ha generado un disparador de decir ‘bueno, esto me está diciendo que tengo que dejar de fumar’, sumado al temor de tener coronavirus siendo fumador. Por otro lado, hubo mucha gente a la que el confinamiento le generó más estrés y fumaron más”, destaca Ariela Tarcic, neumonóloga y referente del programa provincial de Lucha Antitabáquica. “Al fumar uno se está arriesgando muchísimo más a contraer la enfermedad, por el simple hecho de bajarse el barbijo para fumar y el llevarse la mano a la boca para pitar”, adelanta.

“Además, hay una enzima en los alveolos (donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono) que tiene una altísima afinidad al virus, entonces actúa como puerta de entrada; hay mayor posibilidad de que el tabaquista contraiga la enfermedad”, agrega.

Consecuencias

La especialista explica que es común diagnosticar a pacientes fumadores de larga data con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). “La covid produce una alteración en la zona subpleural de los pulmones, aunque puede afectar todo el pulmón. Es como una especie de vidrio esmerilado que produce una inflamación en el tejido que sostiene el órgano. Si una persona padeció neumonía por covid y sufre secuelas y además EPOC, va a quedar con un flujo de aire muy disminuido y va a ser necesaria una rehabilitación”, advierte.

En primera persona

“Me hice el test un viernes y el sábado ya tenía el pulmón súper cargado y estaba complicada”, narra Patricia Eugenia Fresco (37), abogada especialista en derecho de familia y tabaquista desde sus 15. “Cuando me enteré de que tenía covid me arrepentí y me sentía muy mal; si yo no hubiera fumado no estaría tan complicada y con riesgo. Tengo hijos chicos, sostengo mi casa, y es horrible pensar en qué no vas a estar, pero esto me permite decir ‘no fumo más’”, cuenta. “Fue un susto tremendo, ahora no quiero saber nada con el cigarrillo”, asevera.

Hace poco más de un año había decidido dejar de fumar a partir de una enfermedad en los bronquios. Su adicción llegó a tal punto que se nebulizaba y después fumaba. “No podía parar”, admite. “Estaba desesperada, no podía respirar, cuando quería hacer deporte o reirme, no podía porque me agitaba. La pasaba mal -recuerda-; empecé a buscar ayuda, me comentaron del grupo de cesación tabáquica y ahí comencé a dejar”. El problema fue la pandemia. “Tuve una recaída y me sentí muy mal. No me gusta fracasar y sentí que lo estaba haciendo, pero la doctora me explicó que podía pasar”, enfatiza. Y es que en su trabajo suele atravesar situaciones muy duras: “uno trata de canalizar los nervios con algo. Por ahí busca con el cigarrillo tapar ciertas emociones que vas sintiendo, pero no tapás nada”, justifica.

La ahora ex tabaquista dice que lo primero es reconocer que uno tiene la adicción: “yo no voy a poder fumar nunca porque no lo puedo controlar. Es importante reconocer la adicción para poder tratarla”, asegura. El segundo paso, buscar ayuda.

“Si yo puedo recomendar algo es que nunca fumen: cuando uno es joven lo usa como juego, en una reunión, pero llega un momento en que te atrapó y no podés salir”, subraya.

Industria tabacalera: cómo se encuentra en Tucumán el sector

“La situación económica está muy complicada: son pocos los recursos con los que el productor cuenta para continuar trabajando”, explica Susana Migles, presidenta la Cámara del Tabaco de Tucumán. Según comenta, no se ha fijado aún el precio para la campaña 2021, pero el mayor problema es que los productores todavía no cuentan con las semillas para los almácigos. “El año pasado perdimos casi el 50% de la producción -cuenta-; y tener las semillas tardes ha sido uno de los motivos”. Al iniciar la plantación tarde, los calores afectan los plantines. Otra situación que complica al sector es el covid: “han fallecido familias casi completas, hay otras enteras con el virus. Los productores jóvenes se están contagiando -remarca-: tenemos esperanza en la vacuna”