09 Mayo 2021
“La sucia política ofende a tucumán”
Manzur-Jaldo era una fórmula en las elecciones. Como si fuera la molécula del agua: H2O. Hoy esa fórmula al igual que la del agua en su fase gaseosa -según dicen los que saben química- “se encuentran separadas y en desorden”. Tal cual, con la diferencia que esta “guerra” entre los componentes de la fórmula es una traición al electorado que la votó. Ese mismo electorado, burlado en su buena fe, no debería votar ni a uno ni a otro ni a quienes ellos propongan. Así les den dos o tres bolsones o más billetes u otros regalos electorales. Claro que no solamente traicionan a quienes eligieron la ”fórmula” sino que la conducta de Jaldo y de Manzur agrede a todo Tucumán, a nosotros los ciudadanos todos, aún a quienes no los votamos. Una vergüenza en todo el país, con una provincia empobrecida por acción y omisión de los enriquecidos gobernantes. En una provincia donde su Corte Suprema de Justicia (que alguien explique lo de “Suprema”) no puede (¿o no quiere? tener acceso al laberinto judicial del caso Paola Tacacho que sufrió el abandono de persona por parte del Poder Judicial y de todo el sistema de gobierno de Tucumán. Fuimos una provincia líder en el NOA y el Norte Grande. Hoy somos un “ejemplo” vivo de lo que no es la democracia, la seguridad, el orden, el crecimiento, el desarrollo. Si no fuera que tenemos, proporcionalmente, uno de los sectores de pobreza más grandes del país sino que disponemos de una Legislatura con el presupuesto más alto de todas las provincias. Con “vía libre” para que Jaldo disponga (y lo dice la constitución de Alperovich) de cuánto les paga a los legisladores y cuánto quiere de presupuesto que “no puede ser vetado por el PE” porque así está en la Carta ¿Magna? que la votaron, entre otros, 14 legisladores de entonces (2006) que eran a la vez ¡convencionales! Por eso la del 2006 es además de un engendro -ya perforado por inconstitucionalidades operantes desde la Justicia- un mamarracho institucional. Me duele Tucumán. Sólo lo reconozco en mis poemas y en los otros poetas de esta tierra mancillada a manos de políticos que deshonran la política.
Carlos Duguech
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