Las canas, una exigencia menos

Las canas, una exigencia menos

Las canas son cabellos que carecen de melanina, que es el pigmento que da color tanto al pelo como a la piel, al iris del ojo y al vello corporal. El principal factor por el cual aparecen, conocido hasta el momento, es el genético.

Actrices de la talla de Diane Keaton, Jane Fonda, Jamie Lee Curtis, Jodie Foster, Helen Mirren y Glenn Close decidieron, entre otras, llevar su silver look: el pelo gris o platinado. La bella Gwyneth Paltrow (foto) –una abanderada de lo natural- ya había sorprendido a todos con su pelo a medio teñir en los Golden Globe de 2020 y fue noticia en medios internacionales. Lejos de juzgarla, “las canas están de moda”, replicaron los titulares. Es que los pelos blancos que se asoman en las cabelleras siempre estuvieron asociados al paso del tiempo, a la vejez.

En Argentina, Cecilia Dopazo (Tango Feroz), icónica actriz nacional, invadió la televisión con esta tendencia. Se mostró orgullosa y generó una sorpresa en todos, debido a que tuvo una excelente aceptación en su público. "Yo ni me planteaba que podía dejármelas. Con la pandemia fue la excusa; no podía ir a la peluquería. A mí me relajó, me apareció una libertad y me hizo tan bien. Hay una comunidad que se llama silver sister; son chicas de 15 años, 45 años que tienen canas y que dicen que el blanco también es un color. No soy esclava de lo que se supone que debe ser. Nunca tuve tanto trabajo con este pelo en simultáneo”, dijo Dopazo en medios nacionales.

Nueva liberación

En la misma sintonía, la conductora Carla Conte fue otra famosa local que se animó al cambio de look y dijo en un video que posteó en sus redes sociales que la idea de dejar de teñirse la tenía en mente desde hacía mucho tiempo: “Odiaba las raíces y la obligación de teñirme cada tres semanas. No entendía por qué tenía que hacerlo porque no odiaba tener canas”, dijo muy segura de su decisión y agregó: “¿Qué estoy tapando? ¿Los años? ¿Tapo vejez? ¡Estoy re feliz con el cambio!”, aseguró y explicó que hace 10 años se sentía “más vieja” por otras cuestiones.

Desde antes de 2020, el año de la pandemia, los looks con canas o 100% platinados ya estaban en boca de muchos cuando un grupo de personas en todo el mundo comenzaron a reivindicarlas como parte de una nueva liberación que implica salir de lo social y culturalmente aceptado o indicado. Porque, ¿quién dice que hay que teñirse cuando aparecen las primeras canas? ¿No debería ser una elección?

El año de la pandemia, coinciden quienes siguen el tema de cerca, fue un boom, si de canas hablamos. Allí, muchas mujeres se animaron a probar este look puertas adentro, para sentirse seguras, confiadas y luego mostrarse naturales en el mundo.

Quienes llevan adelante el movimiento y se animaron al cambio, ven cientos de ventajas: no perder más tiempo en la peluquería, no utilizar químicos en el pelo o generar posibles alergias a los productos. Muchas de las que se animaron se sienten liberadas. “Tengo el pelo sano, ¡lo amo! Ya no me lo aliso porque me queda súper con mis ondas. Antes no había manera que me quedara bien con el secador y la tintura ¡Qué suerte mi transición!”, dice Anabella, de provincia de Buenos Aires en la página de @silverargentina que reúne historias de mujeres que están transitando el camino de las canas, de todo el país.

Lo que “queda bien”

Y los mensajes de este grupo y con el hashtag #silversisters se repiten incansablemente en redes sociales: para teñirse hay que invertir dinero y tiempo, algo que muchos sienten como una “esclavización moderna”. Es por esto que dejar de hacerlo, se siente como la liberación de una opresión o de una obligación.

Es cierto entonces, el momento llegó. Hoy las canas son la última reivindicación feminista porque en los hombres siempre fue diferente: “hasta pensamos que las canas y la panza les quedan bien, pero a las mujeres nos juzgamos diferente”, dice Angie Colombo a LA GACETA, modelo platinada y representante en nuestro país de Silver Sisters argentina, una movida que interpela a la tintura a través de las canas.

Probablemente este sea el fin de una regla no escrita que indicaba que un señor con canas era sexy pero que una mujer estaba obligada a taparlas para no mostrarse más longeva.

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