Viviana Bernardó: “lo rural es otro espacio para ser contado”

Viviana Bernardó: “lo rural es otro espacio para ser contado”

En esta entrevista, la escritora de “Aquello era el cielo” habla de sus influencias, del proceso creativo y de su rol como entrevistadora.

Viviana Bernardó, escritora de Aquello era el cielo. Viviana Bernardó, escritora de Aquello era el cielo.
03 Mayo 2021

Viviana Bernardó es docente, periodista y Magister en Escritura Creativa. Escribe en la revista La Agenda (Ideas y cultura en la ciudad). Coordina talleres de lectura y escritura, además de un ciclo de entrevistas a escritores denominado “Mientras escribo”.

En 2020 publicó su primer y gran libro de cuentos “Aquello era el cielo” (Editorial Nudista).  Sobre el libro, dijo el escritor Guillermo Martínez: "Los cuentos de “Aquello era el cielo” crean con lazos sutiles un solo mundo de belleza áspera y extraordinaria al borde de lo rural, en pueblos que persisten bajo la “luz cruel” de la provincia. Una abuela tragicómica convertida en profeta de la pampa, una niña criada entre prostitutas en un paisaje de camiones y rotondas, un pozo que debe alimentarse cada tanto en un patio. La escritura de Viviana Bernadó tiene la fuerza natural y prodigiosa de una corriente que lleva en sí materiales diversos y, entre sedimentos antiguos, el brillo solapado e intermitente de lo nuevo".

Por la pandemia, la presentación del libro se está volviendo a realizar en este 2021, y ha sido la excusa perfecta para charlar con esta escritora y periodista nacida en General Villegas y que actualmente reside en Capital Federal.

Hasta hace unos años, parte de la literatura argentina insistía, en cuentos y novelas, en las grandes urbes. Pero desde hace un tiempo hay un regreso a lo rural. Parte de tus cuentos se desarrollan en zonas casi rurales o de provincia. ¿Por qué? ¿Qué posibilidades abre lo rural?

Es que yo también quería escribir sobre las grandes urbes, Daniel. Y no sé decir si lo desestimé en algún momento, pero lo cierto es que di a leer una novela que estaba escribiendo con toda la inseguridad del mundo, por supuesto, a una escritora reconocida en Buenos Aires. Eso que yo llamaba la novela además de estar ambientada en la ciudad estaba muy mal escrita. No me acuerdo cuándo pero calculo que fue alrededor de 2008. En la devolución de lectura surgió que no había recorrido de ciudad y eso era totalmente cierto porque yo no conocía bien la ciudad. Entonces en algún momento empecé a pensar en personajes de mi zona. No es que hubiese leído tampoco a mis contemporáneos, o sí, pero las  imágenes que surgían tenían que ver conmigo, pertenecían a mi infancia como por ejemplo un monte de frutales con una tapera que me parecían alucinantes, el recorrido de la avenida de tierra que bordea las quintas, las casas de horneros en los olmos viejos que aún hoy me despiertan curiosidad, el club La Lucila, el parque municipal, la plaza de Villegas. En ese paisaje conocido para mí trabajé con estos personajes y ciertos temas. Vos me preguntás por qué y yo pienso que ese paisaje me atraviesa de la misma manera que la escritura, y necesito explorarlo. Lo rural es otro espacio para ser contado, es un lugar menos visitado en la escritura, por cierto, pero es el lugar donde nací, crecí y viví más tiempo.

2- ¿Por qué te interesa entrevistar a otros escritores/as?

En principio por curiosidad, porque ningún camino es igual a otro y esas experiencias me resultan enriquecedoras en lo personal, pero además hay personas, un público, al que también le atrae y eso es superlativo, porque tiene que ver con compartir un trabajo que si bien es solitario, que se dé a conocer a través de la palabra y que haya otros y otras que también se interesen me motiva más. Me da mucho placer entrevistar, conectar con otras personas que escriben me estimula, lo siento parte de un diálogo creativo.

Justo antes de empezar a leer tu libro , terminé con IT, de Stephen King. Y tuve una sensación de diálogo con tu libro, en el sentido en que en tus cuentos también hay muchos chicos vagando solos. O chicos libres de la presencia de los adultos. Me pareció una percepción forzada, pero después vi tu ciclo de entrevistas que se llama “Mientras Escribo”, igual que el libro sobre escritura, de Stephen King. Quería saber si sos una lectora de este escritor norteamericano, o si simplemente estoy delirando.

No leí mucho a Stephen King, la verdad. Confieso que vi la película y leí el libro El resplandor en una ocasión en que estábamos trabajando con las chicas de la biblioteca pública de General Villegas para llevar a Mariana Enríquez, que es muy fan de Stephen King. Entonces lo hice para armar los talleres en los que se preparaba al público lector. Pero tengo muy presentes algunos cuentos de él que suelo usar con alumnos de escritura, El hombre del traje negro por ejemplo es impresionante desde la estructura, la situación de misterio circular en ese encuentro con el diablo, la duda de si se encontró o no con la madre del protagonista, la tensión. Por supuesto que pensé en el título del Ciclo de entrevistas cuando me di cuenta de que mi idea genial era una copia totalmente inadvertida del título del libro sobre escritura del autor. Pero me seguía gustando y lo dejé. Ese libro además está en mi biblioteca y es una especie de manual increíble para los que escribimos. Me gustaría explorar ese género, leer la obra completa de Stephen King. Todavía no lo hice.

A Liliana Heker le preguntantes por el síndrome de la página en blanco. ¿Te pasa?

No experimenté todavía el síndrome de la página en blanco. Pero además creo que es porque recién empiezo formalmente a escribir, vengo de hacer una maestría que me dejó las puertas abiertas a muchas experiencias diversas de escritura para explorar, creo que con eso tengo para rato. Liliana Heker ha pasado gran parte de su vida escribiendo, son otras experiencias me parece. Por eso se lo preguntaba. Además ella enseguida supo identificar su camino en la escritura, fue muy inteligente en ese aspecto y comenzó a trabajar en ello formalmente desde muy joven, y también en la revista El grillo de papel.

Otra de las preguntas quehiciste fue si un escritor tiene muchos temas o, pocas obsesiones y vuelve a ellas una y otra vez. ¿Cuáles serían esas obsesiones tuyas?

Las obsesiones me interesan mucho. Bolaño decía que podíamos estar escribiendo el mismo cuento hasta el último de nuestros días. Cuando yo me siento a escribir estoy sola con lo que soy, me enfrento a mí, con mis preguntas. En Aquello era el cielo hay niños y niñas en cierta situación de vulnerabilidad, niños abandonados, lejos de la mirada de los adultos. Ese es uno de mis temas, no sé si voy a seguir escribiendo sobre ello hasta el último de mis días. Ahora estoy trabajando en una novela sobre una pareja, pensando en el fin del amor, cómo se produce, además de los deseos de una mujer por fuera de la familia y los hijos, también ambientada en el entorno rural.

 ¿Cuáles son los libros que te hicieron dar ganas de escribir?

Los libros que me hicieron dar ganas de escribir son muchos, pero te nombro algunos. En busca del tiempo perdido de Proust, todos los libros de Alice Munro, todos los libros de Sara Gallardo, todo Bolaño, Antonio Di Benedetto, Thomas Mann, Clarice Lispector, Gonzalo Celorio, Juan Rulfo, Georges Perec, Marosa di Giorgio, Arnaldo Calveyra.

Tus cinco libros favoritos

1-Entre mis favoritos están en primer lugar Cae la noche tropical de Manuel Puig, y voy a citar a escritores argentinos, porque la verdad es que leo muchísimo pero estos libros me parecieron increíbles y además entrevisté a los autores para el ciclo. Las tormentas de Santiago Craig, La hija de la cabra de Mercedes Araujo, Tres hermanos de Esther Cross, La luz mala dentro de mí de Mariano Quirós, Albanegra de María Casiraghi, Islandia de María Negroni, Teorema natural de Teuco Castilla, La Jesenská de Ana Arzoumanian, Frescos de amor de Liliana Heer, La débil mental de Ariana Harwicz, La virgen cabeza de Gabriela Cabezón Cámara.





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