
BUEN TRABAJO. Agustín Almendra volvió a mostrar muy buenas cosas en un mediocampo joven para Boca. REUTERS

Podríamos decir que, como en sus viejas épocas, Boca dejó atrás los problemas en el ámbito nacional y se motivó como nunca para jugar la Copa Libertadores. Sin embargo, el Boca que le ganó claramente ayer a Santos por 2 a 0 en La Bombonera, es el mismo que viene siendo en la Copa de la Liga Profesional. Al menos en el último mes.
Después de la dolorosa derrota ante Unión en Santa Fe, el equipo resucitó con triunfos en todos lados: ante Atlético en La Boca, ante Huracán en Parque Patricios y ante The Strongest en La Paz. El de ayer también fue en La Boca pero tiene el agregado de haber sido ante el último finalista del torneo. Es más, ante el equipo que lo eliminó en semifinales.
Ese 0-3 categórico en Brasil que terminó con las ilusiones coperas de Boca en la Libertadores 2020 tiene el efecto completamente opuesto al triunfo de anoche. Un 2-0 con goles de Carlos Tevez y Sebastián Villa (asistido por el “Apache”) dejó muy bien parados, no solo a sus figuras en un gran momento, sino también a sus volantes. Esa línea de tres juveniles por la que apuesta Miguel Ángel Russo sigue dando frutos desde que la puso ante el “Decano”: Alan Varela, Cristian Medina y Agustín Almendra.
La mezcla de experiencia en los goles y juventud en la marca le aporta a este equipo una ventaja que puede ser importante en este torneo. Es la mezcla que le permite a Boca mantener una racha de cuatro victorias al hilo y que intentará llevar a cinco, el próximo domingo ante Lanús. La particularidad será que jugará casi 12 horas antes del inicio del partido de ayer: a las 10 de la mañana.
El triunfo de ayer, ante el rival más duro, no solo encarrila a Boca en el grupo C de la competencia sino que envía un mensaje al resto de los competidores: el “Xeneize” volverá a pelear el torneo que lo tuvo como ganador en seis oportunidades.
Su próximo partido en la Copa será el martes 4 de mayo, ante Barcelona en Guayaquil, desde las 21.30.







