¿Son seguros los navegadores de internet más populares?

¿Son seguros los navegadores de internet más populares?

A principios de año, una oleada de amigos y contactos decidieron abrirse una cuenta en el servicio de mensajería Telegram. ¿El motivo? Un cambio en las políticas de privacidad de Whatsapp anunciaba que la aplicación sería un poco más intrusiva en la utilización de nuestros datos. Pero la aplicación de Mark Zuckerberg postergó los cambios en las condiciones de uso y las alertas sobre el avance en la intimidad cesaron en los usuarios, por lo menos hasta el próximo 15 de mayo.

La privacidad, como está visto, es algo sensible a la hora de comunicarnos. Queremos que nuestros datos de pago estén resguardados, que nuestras conversaciones sean realmente íntimas y que las empresas sean lo menos intrusivas con nosotros. Sin embargo, pocas veces nos preguntamos por la seguridad que nos ofrecen los navegadores de internet. Estamos tan habituados a ellos que hemos establecido una relación casi incuestionable y seguramente desconocemos qué hacen cuando los usamos.

Brian Chen, especialista en tecnología del New York Times, sostiene que es fácil caer en la inercia de los navegadores, ya que todos ellos nos facilitan una sola necesidad: visitar un sitio web. La elección de los mismos, según Chen, está más bien orientada a los entornos en los que los conocemos: si usamos Windows es probable que elijamos Edge; si usamos los sistemas operativos de Apple, quizás Safari sea el navegador predeterminado; y si estamos familiarizados con el entorno de Android, lo más seguro es que naveguemos siempre con Chrome.

A pesar de ser tan populares, ninguno de estos tres navegadores resultó ganador en un estudio académico sobre el uso de de datos personales. El trabajo, publicado por el departamento de Ciencias de la Computación y Estadística del Trinity College, los comparó con otros tres programas: Mozilla Firefox, Brave y Yandex. El resultado fue que el navegador Brave fue el único programa que no utilizó identificadores que permitieran el seguimiento de la dirección IP del usuario y tampoco compartió detalles de las páginas web visitadas con los servidores de la compañía. La investigación además estableció que una manera de aumentar la privacidad en el resto de los navegadores es desactivando la función de autocompletar en búsquedas que viene activada por defecto. Según el análisis, en dicho momento los programas envían datos de las páginas visitadas a sus servidores en tiempo real.

Los navegadores privados como Brave no suelen ser populares ya que no vienen instalados por defecto en sistemas operativos conocidos. Sin embargo, prometen no solo mayores ventajas en términos de privacidad, sino también en velocidad de navegación y rendimiento de memoria. Para quienes no quieren perderse en las opciones de configuración, es quizás el programa más recomendado ya que las funciones predeterminadas de Brave son bastante eficaces a la hora de bloquear elementos intrusivos en la web.

Pero si no queremos cambiar de navegador podemos hacer algunos de estos ajustes: 1) navegar de forma privada nos protege de que el programa recopile el historial de nuestra actividad, 2) activar opciones para evitar rastreos de terceros, como por ejemplo empresas de publicidad, 3) asegurarse de utilizar sitios cuya dirección comience con “https” a la hora de ingresar datos sensibles y 4) no usar las funciones de autocompletado ni de guardar contraseñas.

Si queremos ir un paso más hacia la privacidad de los datos tenemos que saber que ninguno de los navegadores aquí mencionados protegen al usuario de las redes privadas o de los proveedores de servicios de internet. Es decir, si estamos en un hotel o en una oficina, es posible que nuestra actividad en la red quede expuesta, a pesar de que utilicemos el modo incógnito de cada programa. Para ello tendríamos que familiarizarnos con una tecnología llamada VPN -siglas en inglés de red privada virtual-, que en resumen crean una segunda red por la cual navega el usuario sin que terceros sepan por ejemplo qué sitios visita o qué datos ingresa. Para la tranquilidad del lector, hay VPN que son gratuitas y muchas de ellas se integran fácilmente con los navegadores.

Más allá de la terminología técnica es bueno saber que las opciones para recorrer la web son variadas y que en cada navegador existen distintas opciones para proteger nuestra privacidad. Es solo cuestión de levantar el capot cada tanto y perderle el miedo a las opciones de configuración, pues allí están, nada más y nada menos, que las llaves de nuestra intimidad digital.

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