Juegos y recuerdos de los 80 y 90 que encierran dolor y culpa

Juegos y recuerdos de los 80 y 90 que encierran dolor y culpa

“Raíces” lleva a escena en El Atelier el abuso infantil a dos niños atrapados en el tiempo.

CUERPOS ADULTOS. Pablo Campisi y Abril d’Oliveira actúan en “Raíces”. CUERPOS ADULTOS. Pablo Campisi y Abril d’Oliveira actúan en “Raíces”.
17 Abril 2021

Como si su nombre presagiara algo, “Raíces” estuvo enterrada desde fines de 2019 y hoy germinará. La obra del Grupo El Atelier estaba lista para hacer temporada en marzo del año pasado, precisamente durante el fin de semana en el que se decretó la cuarentena estricta. Esta noche, a las 21 en el espacio cultural de Mate de Luna 2.930, será el tiempo de largar la cosecha, que en teatro se llama estreno.

“El proyecto surge con una dramaturgia espacial, ya que usa las particularidades de la casa real que tiene El Atelier. Los actores son Abril d’Oliveira y Pablo Campisi, con escenografía de Sofía Seidán y producción de Juan Soria”, afirma el dramaturgo y director Ignacio Hael.

El texto aborda el abuso infantil, la no aceptación de las sexualidades y la búsqueda de justicia. “Tras las puertas de una propiedad se vienen a desenterrar situaciones vividas particularmente en una familia de clase media; en realidad, son hechos monstruosos que suceden en muchos más hogares de los que quisiéramos. Hay un llamado a presenciar este relato poco particular, de manera ficticia, pero que intenta sacudir al espectador y activar su sensibilidad y denuncia”, explica.

A pesar de su temática dramática, Hael aclara que “la obra tiene lugar también para el humor, para mostrar las infancias de los 80 y 90 con juegos, canciones características de la época, la adolescencia llena de romances y cartas de amor”. “Los dos personajes son hermanos que recorrerán esos momentos con objetos sensibles que despertarán seguramente una memoria emotiva en el espectador. Son dos niños adultos, que se han detenido en el tiempo, dos hermanos estremecidos, dos cuerpos cansados”, agrega.

En la trama se trabaja, precisamente, con la evocación de la memoria que empuja a recuerdos tapados: “han estado pensando hace mucho tiempo, pensando y doliendo, pensando y sufriendo, pensando y huyendo, ambos marcados por el dolor. Están atrapados en su casa por su propia voluntad, pero hay una inminente necesidad de clamar la angustia, de gritar unas cuantas verdades, o al menos apaciguar ese fuego que los quema y que es la culpa”.

“Estamos grabando”

Desde un lugar muy distinto, pero también sobre los recuerdos y la reconstrucción de la identidad familiar, habla Lupe Valenzuela en su obra “Estamos grabando”, que se repondrá esta noche, también a las 21 en La Sodería (Juan Posse 1.141), al aire libre.

Valenzuela recupera viejas cintas que grabó su padre entre 1979 y 1985, Pichuco Valenzuela Aráoz, y con ellas y videos y fotos personales elabora una propuesta del género del teatro documental y la autoficción que fue reconocida como la mejor obra realizada en Tucumán en 2019. La autora y directora comparte además escenario con Andru Zamora y María José Medina.

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