13 Abril 2021
POSTALES DEL CONFINAMIENTO. María de la Paz Gutiérrez logró captar con sutileza una realidad de todos en pandemia: querer salir y no poder.
Las emociones pueden expresarse en todo tipo de arte. En la poesía con palabras, en la música con sonidos y en la fotografía con imágenes. Con imágenes potentes, estudios de luces, climas sugerentes y mirada de fotógrafa, la tucumana María de la Paz Gutiérrez fue recientemente premiada por la Fundación María Elena Walsh por su ensayo fotográfico denominado “Un eterno domingo”.
La narración, que está conformada por más de 40 fotos, se hizo en su casa y con sus hijos como modelos, con el objetivo de retratar los sentimientos que invaden durante el aislamiento.
La convocatoria se abrió bajo la temática “Vivir 2020” y el objetivo era premiar una idea desarrollada entre 40 y 80 imágenes. De entre más de 260 participantes y un total de 15.000 tomas, la tucumana fue la elegida.
COMO UN ETERNO DOMINGO. La quietud durante el aislamiento.
“Quiero expresar la angustia, el miedo e incertidumbre que vivimos todos”, explica a LA GACETA la fotógrafa, que siente que cada día es un eterno domingo y la vida, debido al aislamiento, está entre paréntesis.
Nueve meses de trabajo
Gutiérrez cuenta que el trabajo no fue fácil; algunas de las fotografías fueron más difíciles de hacer que otras.
Todas ellas fueron tomadas entre abril y diciembre de 2020, lo que se traduce en nueve meses de trabajo. La idea de armar esta narración -continúa- surgió al hacer talleres de fotografía con Juan Travnik. “Se me ocurrió esto y después surgió lo del concurso. Fue una forma de pasar el tiempo y tener algo que hacer”, asegura.
FESTEJO EN SOLEDAD. Los cumpleaños de 2020 no fueron muy alegres.
Sus hijos participaron encantados: “a los chicos les divierte el tema de posar y las fotografías. Después, queda de recuerdo”, comenta.
De hecho, esta no es la primera vez que sus hijos modelan para ella: “yo tengo un trabajo anterior, que empecé en 2018 y sigue hasta ahora, que son fotografías tomadas en Villa Nougués, en Tucumán, porque voy todos los veranos a visitar a mis padres allá. El trabajo se llama ‘Infancia’”, añade.
Hábitos de pandemia
El jurado, compuesto por Sara Facio, Graciela García Romero y Silvia Mangliardi, buscó premiar un trabajo que demostrase el cambio que la pandemia significó para nuestros hábitos y nuestra vida en general.
CANSANCIO. La pandemia alteró la rutina de todas las familias.
“Había trabajos buenísimos. Estoy muy contenta de que el mío haya sido elegido. Las demás menciones también son increíbles. Me he esforzado un montón, así que ha sido muy lindo que sea reconocido”, afirma.
Al ser consultada por LA GACETA, añade que este tipo de condecoraciones legitima el trabajo del fotógrafo, además de dar prestigio y visibilidad. “Aparte de la satisfacción personal”, agrega.
Menciones
Además de premiar a María de la Paz Gutiérrez, se destacaron tres menciones más. La ganadora recibirá el equivalente en pesos a la suma de 1.000 dólares, la posibilidad de exhibir su obra y de publicar un catálogo con el emblema de la Fundación María Elena Walsh.
Qué siente por Tucumán
Si bien hace dos décadas vive en Buenos Aires, María de la Paz admite que todavía convive con costumbres tucumanas: “nunca llamo a nadie en la hora de la siesta. Acá la siesta no existe, pero yo espero hasta las 16 para llamar a alguien. Es una costumbre que se me ha quedado y a pesar de que hace 20 años que vivo acá, todavía no se me va”, cuenta entre risas.
Tucumán, para ella, significa mucho más: “es mi provincia, mi infancia, parte de mi juventud. Viven mis padres ahí, tengo amigas que siempre veo. Tengo excelentes recuerdos de Tucumán, es una provincia que quiero mucho”, concluye.
(Producción periodística: Nicolás Sánchez Picón)
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