Historias de éxito en Tucumán: reinventarse en tiempos de pandemia

Historias de éxito en Tucumán: reinventarse en tiempos de pandemia

En momentos de incertidumbre, aun cuando parece que todo marcha hacia atrás, hay personas que detectan oportunidades y apuestan por fortalecer la economía local. Con emprendimientos novedosos, contra viento y marea, crean productos de calidad y generan fuentes de empleo.

1- Pizzería con masa madre

El espíritu emprendedor fue mayor que los embates de la pandemia y en septiembre de 2020, cuando la crisis recrudecía en Tucumán, nació Forno Gastronómico en el barrio Ciudadela. Se trata de un restaurante dedicado a la producción de pizzas, calzones y sánguches con 100% de masa madre. “Es el único del tipo en la provincia. La gente cercana nos decía que estábamos locos para emprender justo cuando cerraban los locales gastronómicos. Pero nos ganó la mentalidad de sacar algo de la crisis en vez de quedarnos como estábamos”, cuenta Lautaro Del Monte, uno de los cofundadores del proyecto.

Tras recibirse de chef en 2019, el joven de 23 años formó un emprendimiento dedicado a los panificados con masa madre. El año pasado, mientras tomaba un café con su colega Guillermo Soria Reyna, surgió la idea de crear una pizzería. “Él había visto un local que se alquilaba, en donde trabajamos ahora, y había propuesto trabajar con pizzas mientras yo elaboraba panes por separado. Luego pensamos que sería mejor hacer pizzas de masa madre y así empezamos, muy a pulmón. Hoy creo que logramos un excelente producto”, repasa Del Monte.

Forno Gastronómico ya emplea a cinco personas más, dicta talleres culinarios y analiza expandir sus horizontes a Yerba Buena. Una de las características distintivas del emprendimiento es que todas las masas poseen un mínimo de 24 horas de fermentación y son cocinadas en hornos de barro. “La pizza es considerada por muchos como una comida rápida que no alimenta. Nosotros demostramos lo contrario: que puede ser un alimento rico y saludable, sin antinutrientes y que no hincha”, elogia el chef cofundador.

A pesar de la crisis, en medio año de vida el local ha podido sortear los costos fijos crecientes. “La prioridad siempre es pagar. Lo más gratificante de tener el propio negocio es darle trabajo a la gente. Todos necesitamos emprender en algún punto de nuestra vida para rescatar herramientas que poseemos y por ahí no sabemos”, reflexiona Del Monte.

2- Vinilos para decorarlo todo

Los largos meses de encierro en casa hicieron que numerosos tucumanos decidieran destinar el dinero que no consumían en las calles para redecorar sus hogares. Atentos a la oportunidad, varios emprendimientos del rubro aumentaron su presencia en las redes sociales para volver al ruedo cuando las restricciones sanitarias lo permitieran. Uno de ellos es Llama Digital, una marca especializada en vinilos que nació en 2014 y que durante la pandemia ha experimentado un aumento sustancial en las ventas.

Desde los talleres en Yerba Buena, se han expandido por la provincia y han realizado trabajos hasta en Tafí del Valle. También hacen envíos a todo el país. “Al principio de la cuarentena no podíamos salir a colocar los vinilos, así que lanzamos promociones con descuentos. Nuestra misión era lograr que las personas que estaban encerradas viendo las paredes blancas quisieran cambiarlas”, cuenta Romina Ruiz, que dirige el proyecto junto con su hermano Facundo.

Las largas horas en casa fueron aprovechadas por el equipo de Llama Digital, formado por cuatro personas, para publicar ideas y crear diseños novedosos. “Nuestro catálogo se volvió casi infinito. Buscamos que el cliente consiga lo que tiene en mente para sus paredes. Si quieren un león rompiendo la pared, lo hacemos”, ejemplifica la emprendedora.

El negocio familiar decora murales en viviendas, consultorios médicos, bares y locales comerciales. Antes de la pandemia, la demanda era mayor en el último grupo. “Ahora trabajamos mucho más con casas particulares”, especifica Ruiz.

Ante el aumento de la demanda y gracias a la reinvención experimentada durante el último año, la marca lanzó Alpaca Digital, un servicio específico para vinilos de corte. “Es ideal para quienes buscan opciones más económicas y cuentan con menos espacio. No es como el empapelado que hacemos; cada uno pega los dibujos por separado con alta calidad”, exponen los creadores.

3- De recetas internacionales

Facundo García Pinto se define como un cocinero autodidacta apasionado por la gastronomía. En 2017, tras dejar su trabajo como vendedor de autos en una concesionaria, decidió dedicarse de lleno al mundo de las comidas. La intención -cuenta- era hacer algo diferente que no estuviera instalado en la cultura tucumana. Fue así que nació Fafá como una tienda gourmet dedicada a comercializar productos de otras tierras en el centro de Yerba Buena. Con el tiempo, la marca se especializó en quesos y en charcutería, y hoy es un local comercial referente del rubro.

Hasta 2020, el emprendimiento fue creciendo de a poco y atrajo clientes de todo el Gran San Miguel de Tucumán. El verdadero boom vino con la pandemia y el encierro, que renovó los horizontes del proyecto. “Si bien estábamos entre los exceptuados para trabajar, en marzo del año pasado cerramos una semana por la incertidumbre. Luego decidí destinar una camioneta utilitaria que había comprado justo antes para ofrecer delivery, que no teníamos. Cuando menos nos dimos cuenta, ya teníamos más de 30 pedidos diarios”, rememora García Pinto.

Hoy Fafá ofrece más de 60 quesos artesanales y 45 productos de charcutería, entre otras especialidades (muchas de recetas internacionales). “Al inicio de la cuarentena mucha gente pensaba que serían unas semanas de descanso. Algunos decidieron pasarla mejor y optaron por algo diferente, rico y fresco”, interpreta el emprendedor sobre el aumento de la demanda que vivieron.

Una de las sorpresas que dejó la experiencia fue la “enorme” cantidad de clientes en la Capital. Así, el próximo mes la marca abrirá una sucursal en el centro que empleará a siete personas más (hoy ya hay seis trabajadores directos y tres indirectos). “El delivery ayuda, pero la venta presencial genera otras vivencias”, dice García Pinto.

Fafá también ha invertido en cámaras de frío que permiten madurar y crear nuevos sabores con las hormas en el local actual, que incluso es proveedor de otras empresas.

4- Innovación con panificados

Al inicio de la cuarentena, las redes sociales fueron invadidas por un sinfín de imágenes de recetas caseras. El tiempo en casa permitió que muchas personas se dedicaran a cocinar y probar nuevas preparaciones. Pero, ¿cuántas de ellas finalmente emprendieron a partir de la experiencia adquirida, al punto de instalar un local comercial en una de las avenidas más transitadas de Tucumán?

Nicolás Olmedo, un músico formado en Buenos Aires, es uno de ellos. Hoy es dueño de Pannico, una panadería creativa “no tradicional” ubicada el corazón de Yerba Buena. “Todo surgió espontáneamente durante los primeros tres meses de encierro. En casa nos pusimos a cocinar con recetas familiares: mi mamá hizo el pan baguette francés que cocinaba su abuela y se me ocurrió sumarme a modo de hobby. Luego empecé a venderle a mis amigos”, repasa.

De a poco, la actividad que el joven realizaba por placer se transformó en un auténtico emprendimiento. “Tuve gran repercusión ya que es un pan artesanal muy crocante, sin conservantes ni materia grasa. También es precocido y se puede guardar un mes en el freezer”, describe Olmedo.

La pandemia fue un impulso, reconoce. “Tal vez no se me hubiera ocurrido de otra forma. En septiembre ya nos iba muy bien y nos planteamos si podríamos abrir un local. Lo buscamos, decidimos ir con toda y abrimos con maquinaria y horno nuevo, además de elaboración a la vista”, relata.

Los panes de Pannico son producidos de forma manual por siete horas y abarcan múltiples opciones. El mes pasado, la marca incorporó pastelería sin harinas ni conservantes, a base de frutos secos. Hoy ya emplea a cuatro personas y ahora, a punto de convertirse en proveedora para bares y restaurantes, está por incorporar a dos trabajadores más. También está en el horizonte extender la presencia en la Capital.

“Trabajamos duro para ser conocidos y no una panadería más. Estamos sorprendidos por la repercusión”, manifiesta Olmedo.

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