Alcohol, celulares y redes, contras al volante

Alcohol, celulares y redes, contras al volante

06 Abril 2021

En plena Semana Santa la tragedia volvió a ser noticia en Argentina sobre accidentes de tránsito que podrían evitarse. Este tipo de hechos tiene como protagonistas a jóvenes que consumen alcohol, manejan un vehículo al mismo tiempo y se filman con sus celulares. Como si todo eso fuera poco suelen subir los videos a las redes sociales en un paradójico modo de diversión.

El Viernes Santo, los argentinos amanecieron con la ingrata noticia de un accidente en el que murieron dos jóvenes hermanas en Lanús, provincia de Buenos Aires. Aunque no hace falta aclarar que se trata de un problema que se repite en todo el país. Dos hermanas de 22 y 26 años murieron a la madrugada cuando el auto en el que viajaban con tres amigos chocó contra una columna en una esquina del barrio de Villa Caraza, Lanús, repetían las noticias del viernes. Tras el fuerte impacto, debido a que el vehículo iba a gran velocidad, se derrumbó parte de un techo de un comercio, eran las primeras informaciones que se replicaban en todos los medios.

El accidente ocurrió pasadas las tres de la mañana. Los cinco jóvenes viajaban en un Audi A1 y circulaban a más de 150 kilómetros por hora, en el momento en el que el conductor perdió el control y chocó contra un local de lotería, del cual se derrumbó el techo.

Según la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo, más de una cuarta parte (27%) de todos los jóvenes de 15 a 19 años son bebedores habituales. Las tasas de consumo son más altas entre los jóvenes en Europa (44%), seguidas por las Américas (38%) y el Pacífico Occidental (38%). Las encuestas escolares indican que en muchos países el consumo de alcohol comienza antes de los 15 años con diferencias muy pequeñas entre niños y niñas.

Las estadísticas también muestran que la mitad de los argentinos maneja su auto después de haber consumido alcohol. Una encuesta revela el comportamiento de los compatriotas respecto del alcohol al volante. Las principales conclusiones del estudio son las siguientes: siete de cada 10 argentinos mayores de 18 años toma bebidas con alcohol con mucha frecuencia (desde todos los días hasta todos los fines de semana). El medio de transporte más elegido para las salidas nocturnas es el auto propio, independientemente que consuma o no bebidas con alcohol. Cinco de cada 10 encuestados conduciría su auto después de haber consumido bebidas con alcohol. El 47% se subiría al auto de un amigo que consumió bebidas con alcohol. Entre los principales motivos que refieren sobre por qué la gente bebe y conduce se encuentran el no haber tenido malas experiencias, el pensar que no las tendrán y suponer que no están tan alcoholizados como para no poder manejar. El 51% declara conocer trucos para engañar los controles de alcoholemia.

La encuesta fue un trabajo realizado por la consultora D'Alessio para conocer el comportamiento de los argentinos respecto del alcohol y el volante. Las cifras son preocupantes. A este escenario hay que agregarle el uso de las redes sociales y los celulares. En enero pasado, un nuevo estudio de la organización “Luchemos por la Vida” demostró que en los últimos 13 años se cuadruplicó el uso de la telefonía celular durante el manejo de autos particulares, pasando del 4,1% de los conductores, en 2007, al 17,2%, en 2020.

El estudio se centró en la ciudad de Buenos Aires, pero la realidad de las otras provincias difícilmente varíe. Solo basta ver lo que sucede en las calles de Tucumán tanto de día como de noche. El peligro también incluye a los peatones. El informe de “Luchemos por la Vida” también ofreció un diagnóstico sobre el uso de teléfonos celulares por parte de peatones al cruzar la calle. El estudio demostró que el uso de aparatos de telefonía móvil mientras cruzan la calle se incrementó aún en mayor medida que entre los conductores de automóviles particulares, pasando del 4,3% en 2007 al 18,3% en 2020, en plena pandemia. Educar a los jóvenes sobre los riesgos es fundamental para frenar estas tragedias que podrían evitarse.

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